MÉRIDA.- De ‘Calle Nueva’ a Pasaje Emilio Seijo Rubio, esta conocida y quizás dada por sentada calle del comercio en el Centro Histórico está a un año de cumplir cinco décadas como punto de referencia para los meridanos y meridanas.
Un 15 de julio de 1976 se inauguró el pasaje dedicado al comercio, entonces local, y que en 2025 también alberga a empresas extranjeras.
Así dio la cobertura el Diario de Yucatán:
La Calle Nueva se convierte en el Pasaje Emilio Seijo Rubio
Tres meses antes de su inauguración, el paso en la entonces llamada ‘Calle Nueva’ se cerró al tránsito de vehículos para comenzar su remodelación.
Se trató de un proyecto del Ayuntamiento de Mérida para recuperar más arterias en el primer cuadro de la ciudad y transformarlas en áreas para peatones.

Según relató el Diario en ese entonces: “el Ayuntamiento utilizó como nuevo piso los ladrillos franceses, que desde principios de siglo daban peculiar fisonomía a la 65 y otras calles de la ciudad, y que en los últimos tiempos fueron reemplazados con cemento hidráulico o asfalto”.
La Comuna, en la administración 1971-1976, usó ladrillos semejantes al remodelar el parque de Itzimná.
Así fue la inauguración del Pasaje Emilio Seijo
A partir de las 7:30 de la noche de ese jueves 15 de julio, la Calle Nueva pasó a llamarse Pasaje Emilio Seijo Rubio, en una ceremonia presidida por el entonces gobernador, el Dr. Francisco Luna Kan, y el alcalde de Mérida, Ing. Federico Granja Ricalde.
El Pasaje presentaba feérico aspecto con sus farolas encendidas.
La numerosa asistencia se deleitó con la música de la Orquesta Típica de Yucalpetén y se les obsequiaron refrescos, cortesía de los comerciantes.
Después del corte del listón, los dirigentes estatales y municipales y del sector privado recorrieron la remozada vía.
También asistieron los secretarios primero y segundo de la Comuna, Sr. Rafael Cervera González y Lie. Wilbert Maldonado Vázquez, entonces gerente de la Cámara de Comercio, el lic. Efraín Díaz y Díaz y el director de Administración Municipal, Profr. José T. Vivas Arias.
Otros directores y jefes de departamentos de la Comuna también estuvieron presentes en el evento anunciado unos días antes.

¿Por qué se le puso el nombre de Emilio Seijo Rubio?
Tras las obras de remozamiento, la Calle Nueva fue renombrada como Pasaje “Emilio Seijo Rubio”, en honor del comerciante hispano que fundó en esta ciudad la Compañía General de Comercio.
El Sr. Jorge Seijo Gómez, hijo del fallecido comerciante ibérico, Don Emilio Seijo Rubio, precursor del comercio organizado y promotor de diversas obras sociales en Mérida, cortó el listón simbólico en compañía del gobernador y el alcalde ese 15 de julio.
Según relató Gonzalo Navarrete Muñoz, historiador yucateco, Seijo Rubio provenía de una familia de hidalgos españoles sin fortuna, y con poco interés de permanecer en su natal España.
Llegó a Yucatán, México por recomendación de don Rogelio V. Suárez, cónsul español.

Después de un tiempo, y tras distinguirse por su incansable labor, su honestidad y su lealtad, emprendió sus propios negocios.
Consiguió la distribución de los explosivos Du Pont y posteriormente fundó el mítico polvorín La Compañía General de Comercio S.A, Construcciones de Yucatán S.A. y La Compañía Mercantil Peninsular S.A.
Fue conocido por su compromiso social, pues fundó un asilo de ancianos, participó en el Centro Español, en la Liga de Acción Social y en la Cruz Roja; asimismo, ayudó a todo aquel que se lo solicitaba.
Fue cónsul de España en Mérida y “cuando se cumplieron 50 años de haber llegado a México regaló miles de hamacas y cobertores a niños de familias necesitadas, escribió el cronista”.
¿Cuánto costó la remodelación del Pasaje Emilio Seijo?
Según reportó el Diario, la remodelación se hizo con la cooperación de los comerciantes entonces establecidos en dicha calle, quienes aportaron $177, 404, que hoy en día equivalen a unos $443, 510 (tomando en cuenta la inflación y la reconversión de 1993).
Los trabajos, según desglose proporcionado por la oficina municipal de prensa, tuvieron un costo de $378,214.50 (945,536 pesos actuales), cubierto en un 55% por los comerciantes establecidos en el Pasaje.
La aportación de los locatarios, sin embargo, tenía contemplado subir a un 60 por ciento cuando algunos terminen de pagar los $22,000 que adeudan por la reparación de 63 metros lineales de marquesina.
En síntesis, las partidas están desglosadas como sigue (cifras de 1976, previas a la conversión a 2025):
- Demolición de aceras y pavimento, nivelación de canos y bóvedas para el sistema de drenaje, colocación de adoquines, rejillas, pinturas de fachadas y ventanas, etc: $235,631.50.
- Instalaciones para iluminación con siete faroles estilo colonial de vapor de mercurio con sus respectivos postes metálicos: $60,000.
- Pago de derecho de alumbrado a la Comisión Federal de Electricidad (CFE): $20,500.
- Trabajos de jardinería y hechura de maceteros: $20,000.
- Demolición y reconstrucción de 63 metros lineales de marquesina, ya que la que existía amenazaba con derrumbarse: $42,083.
“La aportación de los locatarios del Pasaje Seijo, fijada por ellos mismos de acuerdo con los metros lineales que ocupan los frentes de sus comercios, fue de $177,424”, escribió el Diario.
Segunda remodelación en 2012
La calle también tuvo una remodelación en 2012, durante la administración estatal de Ivonne Ortega Pacheco, como parte de las obras de reconstrucción de calles del Centro Histórico de Mérida.
En el pasaje Emilio Seijo, la gobernadora develo una placa con motivo de los trabajos que ahí se hicieron y se colocó en el subsuelo del lugar una “capsula del tiempo” en la que se incluyeron notas periodísticas acerca del desarrollo de los trabajos en el centro histórico.

Cabe resaltar que con motivo de esas labores, el INAH aseguró varias piezas de cerámica, huesos de animales y fragmentos de botellas de varios tamaños y colores encontrados en el pasaje Emilio Seijo.
A simple vista los especialistas consideraron que parte del material que han encontrado hasta ahora tiene 200 ó 300 años de antigüedad, de modo que son de la época de la Colonia. El resto son piezas del período moderno.
Un año antes se colocaron las bancas verdes, similares a las que se encuentran en la Plaza Grande.

FOTO: Emanuel Rincón Becerra (ARCHIVO)
Hoy en día, el Pasaje Emilio Seijo nuevamente enfrenta las consecuencias del clima y el paso del tiempo; en cada extremo se colocaron grandes botes de basura y ciertas partes se ven dañadas y con huecos en el suelo.
Sin embargo, sigue siendo un punto de referencia para los ciudadanos a la hora de realizar sus compras, ya sea para épocas de celebración como la Navidad o Halloween, o algo del diario como regalos de cumpleaños.




































