En Yucatán existen unas 1,800 especies de plantas, de las cuales aproximadamente 8% son endémicas. “Esto significa que tenemos una riqueza vegetal que debemos preservar y promover”, informó María Leticia Roche, subdirectora de Infraestructura Verde del Ayuntamiento de Mérida.
“Alrededor de 500 de estas plantas tienen un potencial ornamental, lo que subraya la importancia de su uso en el entorno urbano”, añadió la funcionaria.
Según refirió, plantar especies nativas y endémicas no solo ayuda a conservar la biodiversidad, sino que mejora la resiliencia de nuestros ecosistemas urbanos.
“Estas especies están adaptadas a nuestras condiciones locales y requieren menos recursos en términos de riego y mantenimiento”, dijo.
Entrevistada en el marco del Foro de Arboricultura, María Leticia Roche destacó la importancia de diferenciar entre especies de árboles endémicos, nativos y exóticos en la planificación urbana, debido a que estas distinciones impactan la biodiversidad y la calidad de vida en la ciudad.
Luego señaló que, según la información disponible de los centros de investigación, en el estado se encuentran aproximadamente 1,800 especies de plantas, tanto endémicas como nativas, que incluyen hierbas, árboles, arbustos, palmas y plantas de la duna costera.
De este conjunto de flora, continuó, es fundamental seleccionar aquellas especies que tienen potencial ornamental o que pueden adaptarse al ambiente urbano.
Se calcula que 8% de estas plantas son endémicas, lo que hace conveniente su propagación, ya que son exclusivas de la entidad.
“Las especies endémicas son aquellas que son exclusivas de una región, como el yaax xuul o el ‘aguacate de monte’, mientras que las nativas pueden encontrarse en otros lugares.
“Las especies exóticas, como el flamboyán y la naranja agria, provienen de otras regiones y han sido introducidas en nuestro ecosistema”, explicó.
Retos
La funcionaria también reconoció que hay desafíos. “Es fundamental que los centros de investigación proporcionen más información sobre estas especies a los productores, para diversificar su oferta en el mercado”.
Un ejemplo de este esfuerzo es el libro ‘Árboles, Arbustos y Enredaderas Recomendables para Ciudades y Poblados de la Península de Yucatán”, que ha sido bien recibido, pero actualmente se encuentra agotado.
“Además, es crucial fomentar el aprecio por nuestra vegetación nativa, ya que muchas veces los espacios públicos con plantas nativas son utilizados como vertederos. Esto no solo deteriora el ambiente, sino que también limita el disfrute de estos espacios”, aseguró.
La entrevistada recordó que en Mérida se han utilizado más de 120 especies de árboles en los últimos años, principalmente nativos.
Sin embargo, advirtió que es esencial preservar áreas de vegetación nativa. “No debemos dejar áreas residuales y luego realizar nuevas plantaciones. Cada acción cuenta en la preservación de nuestro ecosistema”.
Asimismo, consideró que al incorporar especies nativas y endémicas se fomenta la biodiversidad local, se contribuye a restaurar y mantener los ecosistemas urbanos, ayuda a conservar y restaurar los hábitats naturales.
Esto es crucial para la protección de la fauna local como las 250 especies de aves entre migratorias y residentes de Mérida y el mantenimiento de los servicios ecosistémicos.
María Leticia Roche remarcó que la incorporación de más árboles en el entorno urbano no solo mejora la calidad de vida, sino que también contribuye a la salud pública y al bienestar de los ciudadanos.
“El objetivo es crear un entorno más amable y sostenible para todos los meridanos”, comentó.— DAVID DOMÍNGUEZ MASSA
Flora en Mérida
María Roche, subdirectora de Infraestructura Verde del Ayuntamiento de Mérida, habló del valor del arbolado.
Siembra consciente
Respecto a los árboles exóticos, María Leticia Roche subrayó la importancia de conocer sus características antes de plantarlos. “Es vital asegurarse de que se adapte al suelo calizo de Mérida y que no cause daños a las infraestructuras urbanas”.
Islas de calor
También abordó el fenómeno de las islas de calor urbanas, que elevan de manera significativa la temperatura en áreas urbanizadas. “La sombra de los árboles es crucial para mitigar este efecto. Al bloquear la radiación solar directa, ayudamos a mantener el aire más fresco y reducimos la temperatura superficial de materiales como el asfalto y el concreto”.