Las piñatas son uno de los elementos más representativos y esperados en fiestas decembrinas. Detrás de su elaboración se encuentran artesanos que, con creatividad y constancia, dan forma a estas piezas festivas.
Entre ellos está Sara Aracelly Pech Rodríguez, quien desde hace cuatro años se dedica de manera constante a hacer piñatas con diversos diseños. Aunque su primer trabajo en este oficio lo realizó hace aproximadamente una década, fue tiempo después cuando decidió convertir esta actividad en su principal fuente de ingreso.
Sara Pech trabaja de manera independiente y, pese a tener un diagnóstico de sordera, ha logrado desarrollar su oficio sin que esta condición represente un impedimento.
Por el contrario, su trayectoria se ha caracterizado por la perseverancia y el aprendizaje continuo, cualidades que se reflejan en cada una de sus creaciones.
Además de la elaboración de piñatas, aprendió a preparar pasteles, actividad que complementa su gusto por las manualidades y amplía las opciones de trabajo que ofrece a sus clientes.
Su aprendizaje fue paulatino, relató. En un inicio se limitaba a observar el proceso de elaboración, acompañando a conocidas para conocer de cerca las técnicas, los materiales y cada una de las etapas del trabajo.
Cada detalle que veía lo memorizaba, hasta que hace cuatro años decidió formalizar su conocimiento e inscribirse en un curso.
Ese taller, al que asistió sin dudar, marcó el inicio de su emprendimiento al permitirle identificar sus habilidades, así como la paciencia y el cuidado en los detalles necesarios para este oficio.
La entrevistada señaló que en la temporada decembrina las piñatas con mayor demanda son las tradicionales de estrella, características de las posadas y celebraciones familiares.
También indicó que entre los diseños más solicitados se encuentran figuras de Santa Claus y pingüinos; sin embargo, las estrellas continúan encabezando la lista de pedidos.
Sara Pech compartió que la demanda de su trabajo se mantiene relativamente constante a lo largo del año, a diferencia de otros oficios con marcada estacionalidad. Durante la temporada navideña, refirió, muchas personas optan por elaborar sus propias piñatas, lo que contribuye a equilibrar los pedidos entre quienes se dedican de manera permanente a este oficio.
Esta dinámica le permite contar con un flujo estable de clientes todo el año; no obstante, precisó que septiembre y diciembre son los meses en los que registra mayores ventas.
Además, indicó que elabora diversos modelos y que también atiende pedidos especiales, incluidos trabajos exprés para clientes que requieren las piezas con urgencia. Su especialidad son las piñatas tipo tambor, caracterizadas por ser planas en ambas caras.
Actualmente exhibe y comercializa sus creaciones tanto en su taller como en Caucel Pueblo, donde le facilitaron una terraza para mostrar y surtir sus piezas, espacio que con el tiempo se ha convertido en un punto llamativo por el colorido de las piñatas para quienes transitan por la zona.
La artesana comentó que cada día, antes de iniciar su jornada, encomienda su trabajo a Dios.
A lo largo de su vida ha enfrentado diversas dificultades personales; sin embargo, señaló que ninguna ha logrado detenerla.