El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) fue construido en la opacidad y por “dedazo”, sostiene Mexicanos contra la Corrupción e Impunidad en una reciente investigación.  En ella sostiene que “prácticamente el 100 por ciento de los contratos fueron por asignación directa o por invitación restringida a proveedores elegidos por los mandos militares.

Esto significa que todas las contrataciones de las obras fueron asignadas sin licitación, muchas de ellas a proveedores sin experiencia o que carecían de infraestructura o instalaciones.

En la revisión de una muestra de 1,233 contratos que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) asignó para la obra de Santa Lucía, se identificaron empresas recién creadas que obtuvieron multimillonarias adjudicaciones; proveedores vinculados con factureros e incluso contratistas con antecedentes de corrupción. De los contratos revisados, el 77.24% se asignaron por invitación restringida a proveedores elegidos por los mandos militares y el 22.76% por asignación directa.

Aeropuerto de Santa Lucía: irregularidades en los contratos

Entre las irregularidades detectadas está que Grupo IUSA, en la que Raúl Salinas de Gortari fue director y actualmente es asesor de la presidencia, obtuvo un contrato por un monto máximo de hasta 715.1 millones de pesos como parte de la obra del Aeropuerto de Santa Lucía. El presidente Andrés Manuel López Obrador  ha insistido en que el expresidente Carlos Salinas, encabeza la llamada “mafia del poder”.

Otro caso es que la empresa Grupo Gilbert Estructuras en Acero, acusada de corrupción en el desmantelamiento del anterior aeropuerto (NAICM) volvió a ser contratada por la Sedena pese a las irregularidades que fueron denunciadas por otros contratistas. Ahora pasó de comprar acero a rentar camionetas. 

La mencionada empresa firmó, por adjudicación directa, un contrato de un millón 109 mil 888 pesos, correspondiente al arrendamiento de vehículos utilitarios sin opción a compra, para las obras del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.

A estas  irregularidades  se unen las dadas a conocer en una investigación de Latinus, en noviembre pasado, donde se revisaron  alrededor de 900 documentos. En ese entonces se dio a conocer que una empresa pasó de rentar juegos infantiles a proveer de tractocamiones al Ejército. Por otro lado, una tlapalería pequeña de la colonia Tacuba, en la CDMX, es la que surte de material hidráulico.

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Aeropuerto “Felipe Ángeles”: ¿cómo se asignaron los contratos?

Los 1,233 contratos  revisados por MCCI suman  un monto de 17 mil 385 millones de pesos, que representan alrededor de una cuarta parte del costo total de la obra. “Es decir, los detalles de cómo se gastaron 3 de cada 4 pesos permanecen en la opacidad”, sostiene la publicación.

De acuerdo con la página oficial de la construcción del aeropuerto, sólo existen 20 frentes en construcción, pero MCCI identificó que había al menos 26. Esos frentes corresponden –entre otros- a la adquisición de insumos y equipo para las obras de la torre de control, las pistas centrales, la terminal de pasajeros y el estacionamiento del AIFA, entre otros espacios.

Sin embargo, la Sedena solo entregó información de 23 de los 26 frentes solicitados mediante la ley de transparencia y negó documentos de las obras correspondientes a la interconexión vial del tramo El Caracol a Caseta Tultepec; el tramo IACM Terminal 2- El Caracol y los detalles de obra de la brigada de policía militar, con el argumento de que dichos frentes no se encontraban en proceso de ejecución, por lo cual no se habían realizado contratos.

Conexión entre el AIM y el AIFA 

De acuerdo con la respuesta que la Sedena, estaban contempladas obras de interconexión del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (IACM) con el Aeropuerto Felipe Ángeles (AIFA). En el transcurso de la revisión de los documentos que entregó la Sedena, MCCI detectó que la construcción del aeropuerto mixto civil/militar y la rehabilitación de las instalaciones militares está conformado por al menos 48 frentes, no solo 20 como dice el sitio oficial.

Además de negar acceso a todos los frentes de la obra, la Sedena entregó expedientes incompletos. Esto se pudo constatar porque los números de archivos se saltan frecuentemente en la numeración seriada.Todos los contratos, a los que se tuvo acceso son básicamente de la compra de materiales, así como la renta y adquisición de equipos electrónicos y de transporte. Ninguno corresponde a las obras ejecutadas en el lugar, que estuvieron a cargo de ingenieros militares.

Jessica E. Ruiz Rubio es licenciada en Periodismo y maestra en Gestión de la Mercadotecnia. Comenzó su carrera periodística en 2004, año en que ingresó a Grupo Megamedia. Se especializa en análisis...