Aunque poco frecuente, el infarto al miocardio silencioso representa un riesgo para las personas que muchas veces subestiman los síntomas. “Estamos en un caos desde el punto de vista de salud cardiometabólica”, señaló el cardiólogo Rubén Omar Yza Villanueva.
A diferencia del infarto típico, caracterizado por dolor intenso en el pecho, sudoración profusa y dificultad para respirar, el infarto silencioso tiene síntomas poco evidentes o que podrían confundirse con otra afectación, lo que retrasa su diagnóstico y tratamiento.
“Un infarto al miocardio silencioso es un padecimiento que, afortunadamente, no lo vemos tan frecuentemente. Sin embargo, podemos entenderlo como un padecimiento que se genera igual que los infartos que tienen síntomas importantes”, explicó el especialista en entrevista con el Diario.
¿Cuáles son las señales del infarto silencioso?
Entre las señales atípicas que pueden indicar un infarto silencioso se encuentran molestias en la boca del estómago, dolor en el maxilar, en la garganta, en la parte alta de la espalda, sensación de indigestión, aturdimiento o sofocación.
“Esos son síntomas que se pueden asociar a, por ejemplo, golpe de calor, y no piensan que tengan un cuadro coronario agudo”, agregó. El principal riesgo radica en que muchas personas no acuden al médico al presentar estos síntomas no específicos. En ese sentido, el diagnóstico oportuno requiere una evaluación médica detallada.
“Es importantísimo hacer una estratificación de riesgo cardiovascular”, subrayó el doctor Yza.
Dicha estratificación implica considerar antecedentes familiares de enfermedad coronaria, así como factores de riesgo como tabaquismo, obesidad, sedentarismo, hipertensión, diabetes y colesterol elevado.
“La genética sigue teniendo un peso importante, yo diría que aproximadamente un 50% del peso de lo que representa el riesgo en un paciente determinado”, afirmó.
Estudios a realizar
En caso de sospecha, se debe realizar un electrocardiograma y un análisis de sangre para medir los niveles de troponina i, una proteína que indica daño al músculo cardíaco. “Si yo checo ese paciente, veo un electro normal, pero la troponina i está en 200, ese paciente yo lo tengo que someter a un ecocardiograma en ese momento”, explicó.
Si se confirma el infarto, el tratamiento debe iniciarse de inmediato con medicamentos para evitar un daño mayor, y en muchos casos se recurre al cateterismo para destapar la arteria obstruida. La causa principal de estos eventos es la aterosclerosis, es decir, la acumulación de placas de grasa y calcio en las arterias.
Según el cardiólogo, “del total de infartos, el 20%, una quinta parte, pueden ser silenciosos”. Estos casos no diagnosticados a tiempo pueden derivar en complicaciones como insuficiencia cardíaca. “La mayoría de los pacientes que tienen infarto silencioso no se diagnostican y pueden llegar a los 3, 4, o 5 días, pero ya no con dolor, sino con todos esos síntomas de falta de aire, palpitaciones, sudoración y baja de la presión”.
Lamentablemente, muchos pacientes subestiman las señales de alerta. “Obviamente en el subconsciente uno no quiere aceptar que puede tener un infarto y siguen haciendo su vida normal… luego al poco tiempo vuelven a tener síntomas”, señaló. Al realizar un ecocardiograma Doppler se detecta que “el corazón está desgastado en una parte, la movilidad de esas zonas ya no está y la fracción de expulsión del ventrículo izquierdo está disminuida”.
La solución no solo está en el diagnóstico, sino en la educación desde edades tempranas. “Se debe de promover este tipo de educación a la población porque un pueblo informado es un pueblo que está más preparado”, señaló. No obstante, el doctor Yza Villanueva reconoció que aún falta mucho por hacer. “Estamos en un caos desde el punto de vista de salud cardiometabólica”, lamentó, para luego señalar que las enfermedades cardiovasculares, junto con la obesidad y el cáncer son pandemias que nunca van a desaparecer.
Falta de prevención
El cardiólogo expresó su preocupación por la falta de prevención. “Nosotros los cardiólogos vemos muy pocos pacientes en etapa temprana. Llegan con nosotros ya tarde porque ya tienen años de diabetes mal controlada, presión mal controlada, llegan obesos y les haces pruebas y ya tienen un problema coronario”.
Finalmente, hizo un llamado a estar atentos a las señales, por más sutiles que sean. “Podemos resumir que la clave es hacer una campaña que ayude a tener a la gente pendiente de esas molestias que pueden ser simple sofocación, simple sensación de molestia en los codos, una sensación como rara de digestión”.
“No estoy diciendo que por la menor molestia corran a urgencias, sino que consulten con su médico de confianza… la oportunidad en el diagnóstico es clave. No esperar a que se sientan casi morir para ir al hospital”.
Según estadísticas nacionales, de las cerca de 230 mil muertes por enfermedades cardiovasculares registradas al año, el 75% se deben a infartos o problemas coronarios.
