Las aplicaciones que prometen recrear versiones digitales de familiares fallecidos mediante inteligencia artificial (IA) representan un “peligro espiritual” para los católicos y otras personas que podrían usar la tecnología en lugar de seguir un duelo sano, según expertos.
La empresa de inteligencia artificial 2wai desató una polémica en redes sociales tras revelar su aplicación homónima, la cual permite crear versiones digitales de seres queridos utilizando grabaciones de vídeo y audio.
Calum Worthy, cofundador de la aplicación, afirmó en X que la tecnología haría que “los seres queridos que hemos perdido formen parte de nuestro futuro”.
Su publicación la acompaña con un vídeo que muestra a una familia interactuando continuamente con la proyección digital de una madre y abuela fallecida.
De acuerdo con un reporte de la Agencia Católica de Noticias que retoma ACI Prensa, la app recibió elogios de algunos expertos en tecnología, aunque también hubo reacciones negativas de personas que la calificaron de “vil”, “demoníaca” y “aterradora”, mientras que otras predijeron que se usaría con fines macabros.
2wai no respondió a las solicitudes de comentarios, aunque su director ejecutivo Mason Geyser declaró al periódico “The Independent” que el anuncio pretendía ser deliberadamente polémico para “provocar este tipo de debate en línea”.
Geyser afirmó que considera la aplicación como una herramienta para ayudar a preservar los recuerdos de generaciones anteriores, más que tener una relación con un avatar de IA. “La veo… como una forma de transmitir algunos de esos buenos recuerdos que tuve con mis abuelos”, expresó.
No está claro si una aplicación de este tipo es compatible con la comprensión católica de la muerte ni con temas más difusos como el duelo.
El padre Michael Baggot, profesor asociado de bioética en el Pontificio Ateneo Regina Apostolorum, reconoció que los avatares de IA “podrían recordarnos ciertos aspectos de nuestros seres queridos y ayudarnos a aprender de sus ejemplos”.
Sin embargo, “no pueden capturar toda la riqueza del ser humano encarnado” y corren el riesgo de “distorsionar el legado del difunto” al inventar interacciones que escapan a su control.
Brett Robinson, director asociado del Instituto McGrath para la Vida Eclesial de la Universidad de Notre Dame, añadió que hay un “peligro espiritual” en la tecnología, pues no es un producto neutral, sino que “tiene una profunda capacidad para moldear nuestra percepción de la realidad, independientemente del contenido que se muestre”.
