Cerca del campanario de la Catedral de Mérida hay un humedecimiento considerable debido a las lluvias de la tormenta tropical “Cristóbal”

Las fuertes lluvias provocadas por la tormenta tropical “Cristóbal” causaron en los templos católicos afectaciones, que van desde la caída de una espadaña en la parroquia de Tekantó hasta filtraciones y humedecimiento en techos y paredes.

“De los más de 300 edificios, se estima que el 80% tiene algún tipo de problema; la mayoría se trata de filtraciones, no es daño estructural”, informó el arquitecto Ignacio Antonio Bojórquez Carvajal, director técnico de la Dimensión de Bienes Eclesiásticos y Arte Sacro de la Arquidiócesis de Yucatán.

En Mérida, la centenaria Catedral presenta filtraciones que causaron grietas en la nave mayor y en la sacristía, que provoca el humedecimiento de muros.

En la iglesia de la Tercera Orden (El Jesús) se reportó el desprendimiento de piedras del muro de la pared con vista a la calle 59 del Centro; mientras que en las capillas laterales de la parroquia de Santiago Apóstol se filtró agua.

Sin embargo, los daños más graves se presentan en los templos del interior del Estado. Por ejemplo, en Tekantó se cayó la espadaña y se dañó un techo por la caída de ésta; en Santa María de Yaxcabá se cayó parte de un muro de la sacristía; mientras que las iglesias Chapab y Abalá se inundaron.

La lista de iglesias que también tienen problemas de fisuras y grietas son: Temozón, Tepakán, Suma, Ucí, Maní, Oxkutzcab, Motul, Chablekal, Izamal (en los claustros), Tizimín, Hunukú, Dzitás, Chancenote, Muna, Chumayel, Yaxcabá, Tixcacaltuyub, Huhí, Calotmul, Lepán, Abalá, Hoctún, Tahmek, entre otras.

Apoyo del INAH

El arquitecto Bojórquez ya recibió la llamada de Ántonio Vega Rangel, responsable encargado de Programa de Prevención de Desastres en materia de Patrimonio Cultural del INAH (Previnah), para ponerse de acuerdo con él sobre posibles daños a las estructuras.

En un inicio se reportaron los daños ocurridos en Tekantó y Chapab, aunque “pensábamos que no cubrían daños por inundaciones, pero sí la tomaron como un desastre meteorológico; entonces las iglesias donde no se cayó nada pero que sí sufrieron este problema estarán atendidas por el seguro”, indicó acerca del apoyo que ofrece el INAH en derrumbes e inundaciones.

Adelantó que ésta o la siguiente semana, los encargados del seguro del INAH viajarán desde Ciudad de México a Yucatán para inspeccionar las iglesias dañadas e inundadas.

Explicó que las iglesias coloniales con problemas de fisuras y grietas también serán un tema a tratar con el INAH para obtener el permiso y trabajar en su mantenimiento lo más pronto posible, ya que la temporada de lluvias continúa. “Toda iglesia colonial debe tener permiso del INAH para las intervenciones”.

En estos casos los gastos corren a cargo de la iglesia y para ello se buscará apoyo del gobierno y bienhechores.

En el caso de la parroquia de Tekantó —donde urge apuntalar los muros—, el área de Asuntos Religiosos del Gobierno del Estado se comunicó con la Arquidiócesis para ofrecer su apoyo.

El entrevistado alertó que las consecuencias de la filtración de agua se verán reflejadas en seis o siete meses. “El problema es que toda esa humedad, al ‘enchumbarse’ en los muros, hará que se empiecen a caer los acabados”.— Claudia Sierra Medina

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