(Primera Columna publicada el 4 de junio de 2005)
Entre los asuntos públicos de trámite pendiente está la investigación que el PAN ha comenzado a practicar sobre las causas de que su diputado local Antonio Hadad Manzur haya votado a favor de la ratificación de dos magistrados del Tribunal Superior que a juicio de su partido se han designado por su servicio deficiente a la sociedad.
Se trata de una polémica que envuelve a figuras del partido que por la importancia del puesto que desempeñan, sus aspiraciones a cargos de elección popular o la representación que tienen del grupo político al que pertenecen comunican un interés general tanto a los episodios y etapas de investigación como a su resultado.
Los papeles protagónicos corresponden hasta ahora a Hadad Manzur, Silvia López Escoffié, Xavier Abreu Sierra y Benito Rosel Isaac.
El señor Hadad está adscrito en la nomenclatura política a la facción que dirige Ana Rosa Payán Cervera, precandidata a la gubernatura en las elecciones de 2007. Como el partido calificó su voto de “traición”, le ha aplicado la ley del hielo a don Antonio e inició los trámites de su expulsión, previa audiencia ante la Comisión de Orden que se ha puesto al frente de la averiguación La señora Silvia, diputada federal, infanta de la corte de Ana Rosa y punta de lanza de las aspiraciones reales en el Congreso, avivó la hoguera del escándalo cuando, en respuestas a comentarios de Primera columna, involucró a Xavier Abreu y Benito Rosel en el voto traidor.
La columna opina en su comentario que la representación del “trust” Payán en el Congreso estaba comprometida, o inclinada, a votar por la ratificación debido a los servicios útiles que, en el caso Medina Abraham, los magistrados han rendido a la familia Abraham Mafud, amiga y benefactora también, según parece, del destacamento que dirige Ana Rosa.
Basada en que los magistrados se han distinguido por proteger y amparar en el Tribunal Superior a intereses oscuros que han favorecido el imperio de la corrupción voto en Yucatán, y dada la comunión en que cohabitan los diputados del PRD y el PRI, la columna opinó que para cumplir los presuntos compromisos del caso Medina Abraham bastaba un, sólo un más para imponer la ratificación.
¿Para qué dos desertores si uno es suficiente? ¿Para qué debilitar a la red quemando a una diputada que aspira a la alcaldía? Como chivo expiatorio era más barato el señor Hadad, que tiene o tenía en la política un peso específico menor.
Inconforme con los puntos de vista de la columna, en declaraciones que hizo a este periódico, Silvia López admitió implícitamente algunos, con su célebre aclaración de que ella y sus compañeras de grupo “no somos las damas de la caridad, pero tampoco las diablas como nos pintan”.
Las quejas de la diputada levantaron una polvareda. Le “dan en la torre” a Ana Rosa, “que iba bien en los municipios” -la precampaña por la gubernatura-, y “resalta otra vez Patricio”, pues “suben sus bonos en el interior del estado”. Esta protesta da la idea de una confrontación, un conflicto de intereses en el señor del partido entre el gobernador Patrón Laviada y la ex alcaldesa meridana.
Otros autos de fe de la señora López levantaron ampolla. Abró en la cultura neopanista nuevo cuadro sinóptico para destapar la camada de los “agachados”. Antes que le dijeran “¡nombres, señora, diga los nombres!”, se anticipó a incluir entre los encogidos a Xavier Abreu, estrella menguante del desarrollo social y pretendiente atorado a la gubernatura, y Benito Rosel, auriga visible del carro de los legisladores panistas.
Doña Silvia nos avisó que si don Xavier se ponía de pie y sacaba la cabeza veríamos que detrás del voto traidor de Hadad estaban también Abreu Sierra y la antigua simpatía que lo une a la familia Abraham Mafud.
En cuanto a don Benito, la diputada nos relató que el señor Rosel es “cabeza de playa”, también tiene conexiones convincentes con la familia Abraham, juega “a las carambolas dobles” con los objetivos y, aunque sabía bien cómo votaría el desertor, nada hizo por evitarlo.
En una respuesta que tendrá su debido lugar en la historia, don Xavier no niega la cruz de su parroquia, pero proclama que no es “chivo de cristalería” y advierte, respecto a las acusaciones de Silvia López: “Esto es lo que está destruyendo el PAN, una lucha intestinal por el poder”.
Esa alusión a los chivos de cristalería fue motivo de los más diversos comentarios por la posible relación, entrevista por algunos eruditos, con otro pretendiente a la corona.
Don Benito contestó que la diputada López está levantando “cortinas de humo” para ocultar su asombrosa insistencia “en exculparse a sí misma y otras personas a la que ella es afín”. Recordemos -la columna puntualiza- que estamos hablando de la traición.
En referencia a las manos que estuvieron detrás de la traición, tanto dentro como fuera del PAN, el señor Rosel anuncia que “en su momento todos los conoceremos, ya que todo cae por su propio peso y tarde o temprano estas (las manos) se revelarán”.
Infantas, cabezas de playa, cortes reales, pretendientes a los tronos, agachados, encogidos, carambolas, chivos, manos negras, confrontaciones, conflictos de intereses, luchas intestinales de potencia destructiva, precandidatos enganchados a una misma familia…
Con el debido respeto a las reglas internas del PAN, la columna propone que la transparencia que Patricio Patrón Laviada quiera izar como bandera de su gobierno -a ver si lo dejan- sea también la divisa que caracterice en la Comisión de Orden los estudios que ha comenzado sobre los antecedentes y las consecuencias de la traición. Para animar a los ciudadanos a concurrir a las urnas con un voto razonado a favor de los candidatos del PAN, es necesario que sepamos quién es quién, quién está con quién, quiénes los empujan y hacia quiénes tiran. Si se quedan agachados no sabremos a qué hora y con quién nos podrían dejar plantados.
Ha trascendido que, en el primero de los juicios, Silvia López ya compareció ante la Comisión de Orden para sustentar su acusación a don Xavier, a don Benito, y concretar su advertencia de “que puede haber más traidores entre los panistas”.
La columna espera que el partido, en una demostración de seriedad y de respeto al ciudadano, dé amplio trámite de prensa a la declaración de la diputada López Escoffié.
No se busca adelantar vísperas, pero es bueno evaluar, lo más pronto posible, la urgencia de comenzar en Yucatán la poda, la purga de contaminados que ha propuesto el presidente nacional, señor Espino, para prevenir descalabros electorales.
Cualquier depuración de contaminados, sea cual fuere el partido, redituará apreciable beneficio al estado y la nación, pues tenderá a redimir de aventureros, convenencieros y logreros las listas de los candidatos, o sea, las filas de nuestras próximas autoridades.
