(Primera Columna publicada el 19 de julio de 2011)
Siete sacerdotes de la cúpula del Clero yucateco nos escriben, con fecha 14 de julio, una “carta de gobierno” de la Arquidiócesis para protestar por las alusiones al arzobispo Emilio Carlos Berlie Belaunzarán que se hacen en nuestra columna “Pecado público” el sábado 2 del mismo mes.
“Pecado público” se refiere a una opinión de Felipe Calderón Hinojosa que cita dos frases del evangelio, “sepulcros blanqueados y raza de víboras”, cuando habla de la solidaridad de los obispos de Ecatepec, Mexicali y Tijuana con Jorge Hank Rohn, ex alcalde de esta última ciudad de Tijuana, con motivo de las conocidas acusaciones que condujeron a su detención.
En aquella columna se transcriben tres párrafos de la declaración del presidente de la república sobre los prelados:
“Tengo acercamientos con algunos obispos de primera, como los de Tehuacán y de Puebla. Rodrigo Aguilar. No es el caso de Ecatepec y Tijuana.
“Creo que todavía está pendiente una explicación de por qué defienden a Rohn, por qué lo presentan como modelo de santidad si tiene 19 hijos con varias parejas, se dedica a lo que se dedica y hace lo que hace.
“Me gustaría ver obispos más comprometidos con la verdad y la justicia, que con intereses políticos y económicos”.
“Pecado público” considera luego que entre los obispos que guardan amistad con Hank Rohn está también monseñor Berlie Belaunzarán, obispo de Tijuana antes de ser trasladado a Yucatán.
Como testimonio de la amistad de don Emilio Carlos con Jorge Hank, la columna recordó que en la muerte de la señora madre del señor Berlie el señor Hank “publicó una esquela de gran tamaño manifestando sus condolencias y reiterando su amistad al arzobispo de Yucatán”.
Los siete presbíteros que suscriben la mencionada carta manifiestan en su escrito “nuestra desaprobación por sus alusiones ofensivas e infamantes a la figura del Arzobispo de Yucatán… le recordamos la importancia de respetar y hacer respetar el valor de la sucesión apostólica y de la designación que ha hecho el Santo Padre en la persona de S.E. Mons. Emilio Carlos Berlie Belaunzarán”.
En relación con la misiva de los siete eclesiásticos, nos permitimos las siguientes reflexiones:
1. La “carta de gobierno” no dice en ninguno de sus renglones que la columna del 2 de julio incurra en una falta a la verdad, o sea, en una mentira, en sus alusiones a monseñor Berlie.
2. Si los siete presbíteros consideran que la verdad es ofensiva e infamante es muy cuestión suya. La columna no se siente culpable.
3. La columna se abstuvo de opinar si el señor Berlie es un obispo de primera o de otra clase.
4. La columna en ningún momento ha impugnado la designación del Papa en la persona del señor Berlie. No pretendemos enmendarle la plana al Sumo Pontífice.
5. La columna respeta, ha respetado siempre el valor de la sucesión apostólica. Hacerla respetar, sin embargo, es una responsabilidad que corresponde a la conducta que observen y el ejemplo que den los señores obispos en el desempeño de su ministerio.
6. La columna del 2 de julio se ocupa del llamado “Club de Roma” y lo califica de “élite que, según conocida clasificación de los jerarcas de la Iglesia mexicana, preside el cardenal Rivera, arzobispo primado de México, y se distingue por su simpatía por los gobernantes egresados del PRI”. La columna también se abstuvo de indicar si el señor Berlie pertenece o no al Club.
7. Si algún lector se preguntara si tal vez los señores sacerdotes quieran decir, entre líneas, que la simpatía por los gobernantes priistas es ofensiva e infamante cuando procede de obispos, nos sentimos obligados a aclarar que tal comentario caería en el campo de la hipótesis, la interpretación y la conjetura.
8. Como a Felipe Calderon Hinojosa, a la columna le “gustaría ver obispos más comprometidos con la verdad y la justicia, que con intereses políticos y económicos”.
Los siete cupulares que firman la “carta de gobierno” son: “José Rafael Palma Capetillo, Obispo Auxiliar. Mons. Joaquín Vázquez Ávila, Vicario General. Mons. Carlos Heredia Cervera, Vicario del Clero. Fernando José Sacramento Ávila, Vicario de Pastoral. Armín Rivero Castillo, Vicario de la Vida Consagrada. Oscar Manuel Cetina Vega, Ecónomo Diocesano. Pedro José Echeverría López, Canciller Secretario”.
La columna comprende que los siete quizá se vean obligados a firmar un texto que tal vez no fue escrito por ninguno de ellos, y entiende también, sin solidarizarse, que lo hayan suscrito por sentirse obligados a una obediencia que, a nuestro juicio, no es conveniente para el bien común.— Mérida, 19 de julio de 2011.
