Las recientes declaraciones del gobernador Joaquín Díaz Mena y del secretario de Economía y Trabajo, Ermilo Barrera Novelo, en las que se presume un crecimiento económico de 1.7% en Yucatán este año, generaron reacción en el ámbito legislativo.
El coordinador de la bancada del Partido Acción Nacional en el Congreso del Estado, Roger Torres Peniche, manifestó que esos pronunciamientos omiten un análisis de fondo sobre la realidad económica y laboral de la entidad.
En su opinión, el crecimiento debe analizarse en un contexto nacional de estancamiento económico. Y de inmediato cita números:
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) confirmó que en noviembre de 2025 la economía nacional no arrojó crecimiento anual y presentó una contracción mensual de -0.2%, particularmente por la caída del sector secundario, que acumula dos meses consecutivos a la baja.
“Cuando la industria y la construcción se debilitan a nivel nacional, estados como Yucatán, que no tienen una base industrial sólida, quedan especialmente expuestos”, subrayó el legislador. “No hay crecimiento sostenido sin un sector secundario fuerte; lo que vemos son apenas rebotes temporales”.
El diputado explicó que el propio gobierno del Estado reconoce que el mayor dinamismo económico se concentra en el sector primario y en los servicios.
Sin embargo, añadió, esta estructura revela limitaciones de fondo: el sector primario no genera suficiente valor agregado ni empleo formal masivo, mientras que el sector terciario —dominante en la economía yucateca— no ha logrado compensar la debilidad industrial y de la construcción.
“Yucatán produce y vende, pero no transforma”, enfatizó. “Allá está la raíz del problema: sin industria no hay productividad ni empleos bien pagados”.
Ocupados, más no empleados
En cuanto al aspecto laboral, Torres Peniche señaló que, aunque Yucatán presenta una tasa alta de participación económica y una de las desocupaciones más bajas del país, estos indicadores esconden una realidad preocupante: más del 58% de la población ocupada se encuentra en la informalidad, sin acceso a seguridad social y sin prestaciones.
“No es lo mismo estar ocupado que estar empleado”, puntualizó. “Muchas personas trabajan sin recibir un salario formal o están sin derechos laborales. La baja desocupación no refleja éxito, sino la imposibilidad de la gente de darse el lujo de estar desempleada”.
Añadió que durante 2025 se han registrado pérdidas constantes de empleo formal ante el IMSS, con miles de plazas desaparecidas a lo largo del año, lo que ha empujado a más trabajadores hacia la informalidad y ha deteriorado la calidad del empleo en el Estado.
El coordinador panista señaló que, en perspectiva, el desempeño económico de Yucatán muestra clara desaceleración: de crecimientos superiores al 5% pasó a 3.9% y posteriormente a 1.7%, lo que representa una pérdida de más de la mitad de su dinamismo en un solo año.
“Compararse con un país estancado no es un logro, es apenas un consuelo estadístico”, sostuvo. “La métrica correcta no es crecer más que otros, sino crecer menos que antes”.
