(Primera Columna publicada el 5 de mayo de 2011)
La importancia que Vittorio Zerbbera adscribe a los inusitados fenómenos económicos y financieros que ocurren, como maldición bíblica, en el gobierno del estado no se debe sólo al afecto que siente ya por los yucatecos y la preocupación con la que ve cualquier circunstancia que atente contra su bienestar: se debe, además, a las instrucciones que ha recibido del Movimiento Mundial contra la Mafia, representado en nuestro país por el profesional siciliano radicado en Mérida.
Es una preocupación que se puso de relieve en la plática sanjuanista del otro día, con César Pompeyo, sobre una tesis atribuida a los señores y señoras que acompañan a Ivonne Ortega Pacheco en la diaria, metódica tarea de botar o hacer desaparecer los fondos públicos que les llegan por conducto del presupuesto o por la congestionada vía de los préstamos.
En la mencionada charla del otro día, don Vittorio expuso la tesis de que el régimen que preside la señora Ortega apoya su afición a dilapidar en su firme creencia de que los yucatecos padecen de una deficiencia mental crónica que permite que se les tome el pelo con cualquier cuento chino.
El señor Zerbbera se refirió en la conversación de ayer miércoles a otra prueba de esa propensión recurrente del gobierno estatal y su partido a explotar ese déficit intelectual progresivo que adjudica a los yucatecos. La prueba es la declaración de bienes que deben hacer los funcionarios públicos.
-Esa obligación de declarar sus bienes -consideró don Vittorio- es una más de las “vaciladas” -¿uso bien esa palabra?- que hace inigualables los informes pecuniarios que vosotros recibís de vuestras autoridades.
-Según leo en la prensa, las declaraciones que los funcionarios públicos deben formular antes, durante y después de su encargo son secretas, estrictamente confidenciales, de manera que no se les puede hacer del conocimiento de los ciudadanos.
-Está terminantemente prohibido investigar si tales funcionarios, al rendir su declaración de bienes, dicen la verdad o cuentan pura mentira. Entonces, si no se puede saber lo que declaran, si no se puede comprobar si es cierto o falso lo que dicen en su declaración, ¿para qué rayos declaran, César? Es una obra maestra del humor negro, de la reducción al absurdo que vosotros toleráis en el comportamiento de vuestros gobernantes. Sois cómplices de esas cortinas de humo extendidas para ocultar el verdadero, triste destino de los dineros del pueblo.
-¿Cuánto de ese dinero se canaliza hacia la mafia, César, por las vertientes del PRI? ¿Es ésa la razón de vuestra Mérida sea catalogada como la ciudad de la paz? En Sicilia están preocupados. Me han enviado una lista sobre los supuestos mafiosos. ¿Podréis ayudarme a comprobarla?
-En primer lugar, Vittorio, el experto en mafias eres tú, no yo. Además, estás incurriendo en una discriminación que puede provocar el disgusto de las damas de la equidad de género. No es equitativo masculinizar a la mafia: hay mafiosos y mafiosas.
-¿Quiénes pesan más, César : ellos o ellas?
-Ni loco te lo digo, pero sí te puedo asegurar que la mafiosidad o mafiosismo de los mafiosos, Vittorio, y su influencia en la mala suerte que nos atosiga depende, en primera instancia, de la posición que ocupan. Es natural que aquellos o aquellas que están más alto mayores y mejores oportunidad tengan de ejercer la mafia. No me arriesgo a ser más preciso. Sí te puedo asegurar que no desperdician la menor oportunidad.
-No estoy minimizando la importancia que tiene el número caudaloso y creciente de funcionarios y derivados que practican la mafia entre nosotros con un éxito envidiable. Cualquier secretario de subsecretario tiene una cuenta fantasma en la ciudad, la metrópoli o ultramar. Es un pobre diablo -o diablesa- el dependiente de una dependencia que no tenga un proveedor inexistente que le proporcione al mes una docena de facturas falsas sobre compras que nunca se hicieron o servicios que jamás se prestaron.
-Ahora bien, Vittorio, cuánto de ese dinero va a parar a esas personas que no puedo nombrar, eso tú lo debes averiguar. Hazlo pronto, porque estamos perfeccionando cada día este sistema gubernativo que nos distingue a los yucatecos y porque entendemos que, si votamos por el PRI en 2012, lo vamos a patentizar para que dispongamos de las regalías que nos lleguen de otros infelices de la república.- Mérida, Yucatán, 4 de mayo de 2011.