El Crandom Park de Miami

 

El Crandom Park de Miami

Rafael José Ramos Vázquez (*)

Nada es eterno. Todo lo que empieza tiene que terminar, aunque nos duela.

Los organizadores del Abierto de Miami lo han anunciado oficialmente: 2018 será el último año que se realice en el Crandom Park, el más importante evento tenístico de la ciudad y uno de los más grandes del mundo, después de los Grand Slam.

A partir del próximo año la sede se mueve al estadio Star Rock, hogar del equipo de fútbol de la NFL “Defines”.

El Abierto de Miami es considerado el “quinto Slam”. Es el único de los nueve ATP 1000 que dura dos semanas y que incluye los singles de varones, mujeres, dobles de ambos sexos y mixtos. En individuales recibe a 96 jugadores en cada rama, sólo superado por los Grand Slam, que tienen 128.

Este torneo se inició en esta sede en 1987. Anteriormente se realizó en Boca Ratón y Delray. Es de lamentar este cambio, ya que durante 30 años se jugó en este histórico parque ha tenido como campeones a figuras como Connors, Lendl, Agassi, Sampras, Federer, Djocovick, Muray y en la rama femenil a Chris Everest, Martina Navratilova, Monica Seles, Steffi Graff, las hermanas Williams y muchos más.

Han jugado en sus canchas durante los 30 años que ha durado los mejores clasificados de la ATP y la WTA y los aficionados le siguen con la misma importancia de los cuatro “majors”.

El Crandom es un parque público, un complejo tenístico en donde cualquier persona, por 10 dólares la hora, puede jugar en la cancha central donde las leyendas han regado sudor y hazañas. Durante el torneo es un escenario familiar donde el ambiente es alegre, jovial, como si estuviese en un parque temático, donde la gente la pasa bien todo el día, disfrutando varios tipos de comida y atracciones que se instalan en el evento (el año pasado saludé personalmente a la ex esposa del presidente Donald Trump, Ivanna, asistente asidua).

Los aficionados pueden estar al lado de sus ídolos en las prácticas diarias, cada día mejorando en instalaciones, novedades y amenidades. He tenido la fortuna de asistir durante seis años consecutivos todos los días del torneo en los mismos dos asientos. Muchos yucatecos conocedores del tenis van a disfrutar el torneo precisamente por eso: por tener más de cerca a los jugadores. Se vive el tenis con otra intensidad.

La versión oficial es que se quiere mejorar el evento, juntamente con las instalaciones y elevar el nivel de comodidad y confort, tanto para los tenistas como para los asistentes. Según informes, los dueños de Hard Rock han dado todas las facilidades y la promesa de inversión para hacer las canchas mejores que las que hoy se tienen.

La otra versión es que el fideicomiso que administra el complejo deportivo ya no quiere, desde hace varios años, que se siga utilizando para ese evento, argumentando entre otras cosas, que durante los quince días del torneo, los habitantes del cayo son molestados por las actividades propias del abierto y, que en el fideicomiso, hay un apartado en donde el señor Crandom, antiguo propietario del cayo, al donar el área al condado, condicionó la donación al hecho que no se perseguirán nunca fines de lucro al utilizar las áreas deportivas.

Sea cualquiera de las versiones el resultado es el mismo: el torneo sale del Crandom. El 1 de abril se jugará el último partido, la final masculina, y se cerrará el ciclo. Ya no habrá más historias, se quedan para siempre los recuerdos.

Gracias Crandom Park por haber dado durante 30 años, emociones, satisfacciones y leyendas a los aficionados del tenis. Les contaré los detalles desde allí. No me perdería por nada la despedida de ese increíble recinto. Mérida, Yucatán, marzo de 2018.

rafaelramos@sji.com.mx

 

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