Los Leones cortaron ayer por lo más sano. En medio de su peor crisis de resultados de los años recientes, ocupando el penúltimo sitio de la Zona Sur, los melenudos decidieron despedir al mánager, quedando fuera Luis Matos.

En el deporte profesional colectivo, resulta más fácil despedir al manejador, entrenador, mánager, técnico o couch, que hacer ajustes entre los deportistas. Más fácil despedir a uno, que a varios… o a muchos.

Y así llega Roberto Vizcarra a los Leones, su segunda estadía en el club al que hizo campeón en 2018, y luego, tras quedar fuera en la final de la Zona Sur, fue cesado. Aquel año, tras alcanzar la gloria del título en el primer torneo del año llegó alcanzó cotas elevadísimas,pero en el segundo quedó Yucatán fuera en las finales de la Zona Sur y se fue despedido.

Con los Leones de este año han sucedido muchas cosas. Arrasaron en sus primeras dos series de temporada, en casa, y luego comenzó un desplome que los llevó incluso a dormir en el frío sótano sureño. El ser coleros no es la noticia, sino la forma en que jugaban. Porque ir abajo, o arriba, es cosa del deporte. No siempre se encuentra estabilidad o se logran cotas altas para estar en las primeras plazas.

Entonces, ¿qué sucede? O, ¿por qué Matos fue el que pagó los platos rotos?

Desde que comenzó la campaña los Leones han sido últimos en bateo. Pero desde esos días, los Leones eran los mejores en pitcheo, y eso les permitió aletearse, como se dice en el argot, para mantenerse en la pelea.

Cuando el pitcheo flaqueó, que también es consecuencia lógica del juego, entonces todo se fue abajo. Sin bateo ni carreras, ni pitcheo dominante como en el inicio.

Los Leones solo han ganado tres series en la temporada, dos abriendo el rol, en casa, y la última el pasado fin de semana en Veracruz, donde se llevaron dos de tres partidos ante el Águila y se vio una mejoría notable en la ofensiva. Batearon en el puerto como pocas veces este año, de forma especial Art Charles. La figura del gigantón estadounidense de origen mexicano resultó clave en esta serie.

En las dos semanas recientes, Charles mostró que puede batear y batear bien, pero en gira. En casa (las estadísticas lo dicen) no se ha visto nada bien.

Y sin “Pepón” Juárez desde hace un mes, el bateo cojea notablemente. Hay peloteros que están muy cargados en trabajo, pero siguen llevando el peso ofensivo, como Sebastián Valle, que tiene 11 jonrones y 29 impulsadas, y Wálter Ibarra, con 21 remolcadas, y el de Mocorito jugando donde el equipo necesite, aun estando mermado físicamente. Pero otros han quedado a deber, y es en lo que, se dice, los Leones debieron hacer ajustes antes de llegar a esta etapa, en la que se vieron forzados a correr a su mánager.

Cristian Adames, por ejemplo, lleva 24 hits y solo ocho producidas en 29 partidos (porcentaje de .245), siendo un refuerzo con etiqueta de Grandes Ligas. Y es en el renglón de las impulsadas donde cabecean feo. Sin Juárez, Valle se ha hecho responsable de ese rubro, y se dotó, además, de jardineros y más jardineros al orden al bate, con Johnny Davis y Brian Goodwin, por ejemplo, que son bateadores cortos, no gestores de carreras.

De no ser por el repunte de Charles, con ocho jonrones entre sus 20 hits desde el 14 de mayo, quizá el viaje a Veracruz hubiera terminado mal. Art debe batear mejor en casa. Esa es una asignatura pendiente.

Ayer Vizcarra charló con el Diario, un par de horas después de ser anunciado como piloto, sustituyendo a Matos. Apenas el viernes pasado fue cesado por los Saraperos de Saltillo, que igual tuvieron expectativas muy altas, que fallaron.

Sus primeras impresiones fueron: “Regreso muy emocionado y contento de volver a dirigir este equipo”.

¿El equipo, bien? ¿Cómo lo ve?, preguntamos.

“Con toda la ilusión de llegar muy lejos”.

Vizcarra los hizo campeones, y dijo estar consciente de lo que tendrá en manos al aceptar el reto de dirigir a los campeones de 2018. “Con esa mentalidad vamos de repetir esa hazaña”, expresó.

Nada fácil, pero ya estaba ayer camino a Mérida otra vez. Espera encontrar a los Leones con su ofensiva parecida o igual a la de Veracruz el fin de semana, y al pitcheo, como cuando arrancó esta temporada.

Tienen los Leones y Vizcarra mucho tiempo para crecerse al castigo o sacudirse del marasmo camino a la meta.— Gaspar Silveira