Esperanza en 2018

Marcelo Pérez Rodríguez (*)

Se fue un año más. Muchas vivencias, alegrías, tristezas, penas y demás recuerdos se fueron en las alforjas de 2017 y, como siempre, abrigamos esperanzas para que vengan cosas mejores para las familias y el país en este nuevo año 2018.

El año que despedimos nos dejó recuerdos no gratos. Pensemos en los sismos que sacudieron varios estados y dejaron sin casa a muchas familias, cuyas tragedias resaltaron más las necesidades y la pobreza en que vivían. Sin embargo, fue la unión y la inmediata solidaridad de mucha gente lo que ayudó a esas familias a sobrellevar el infortunio con menos dolor y desesperación.

La violencia fue de nuevo protagonista. Decenas de miles de homicidios convirtieron a este año en uno de los más violentos en las últimas décadas. Y las autoridades no han podido detener el avance de esta cruenta violencia, sea por apatía, por incapacidad o porque hay complicidad entre gobernantes y delincuencia. ¿Y los desaparecidos?

Sin embargo, ante la imposibilidad e ineficiencia de las autoridades civiles, los senadores y diputados aceptaron la Ley de Seguridad Interna esgrimida por Enrique Peña Nieto, tan cuestionada y criticada, la cual les da poder a los militares de actuar libremente en nombre de la ley y el orden. Y la mente recuerda sucesos de abusos a los derechos humanos, agresiones e incluso desapariciones en donde los militares han sido fieles protagonistas.

Los feminicidios también preocupan y son parte de esa violencia que vivimos. Es lamentable que más de 2,000 mujeres fueran asesinadas en el país en 2017, según diversos organismos de derechos humanos, y que Acapulco, uno de los puertos turísticos más importantes, ocupe el primer lugar en feminicidios en este 2017, delante de Ecatepec, Estado de México y Ciudad Juárez, Chihuahua.

Sin embargo, hay otro aspecto que violenta el bolsillo de millones de familias todos los días: la situación económica. Desde días antes de que expirara 2017, los precios se dispararon paulatinamente. De un día para otro las frutas, las verduras, otros productos de consumo cotidiano subían sin recato. Y no un peso, sino más de acuerdo con el producto o lugar de venta. De esta forma, sin misericordia, estos incrementos pulverizan el salario mínimo.

Ahora se inicia la dolorosa cuesta de enero, donde sudamos lo comido y bebido en las fiestas decembrinas, y en el horizonte del nuevo año se vislumbran oscuros nubarrones. No será benévolo el nuevo año y no es visión catastrófica. Hay indicios de estos vientos tormentosos. El dólar ha oscilado a la venta entre 19 y 20 pesos en los últimos días del año pasado y para este nuevo año los especialistas no descartan que llegue otra vez a 20 e incluso lo rebase y los precios se incrementarán.

¿Y la gasolina? Hay fuertes nubarrones en el precio de los hidrocarburos. Ya nos anunciaron que en este año habrá alzas considerables en las gasolinas. La Magna rebasará los 17 pesos, el diésel, los $18 y la Plus los $19, si es que no llega a los $20.

Esto es otro duro golpe a la economía familiar, pues habrá alza de precios en cascada y esto afectará la economía de millones de familias. Dolorosa herencia que nos dejará el gobierno que ya se va.

La pobreza aumentará ante la imposibilidad de hacerle frente a los altos precios, al irrisorio salario mínimo, al desempleo y al fracaso de proyectos en serio que ayuden a la productividad en el campo y las comunidades marginadas.

Ni qué decir de la corrupción que ha sangrado el erario a tal grado, que ante la imposibilidad de ocultarla en algunas entidades hubo que detener a algunos gobernadores y otros funcionarios, amén de los operadores que desviaron dinero para campañas políticas.

No creemos que la corrupción se detenga en este último año del gobierno de Peña Nieto.

Al igual que los precios, lamentablemente, la corrupción y la impunidad irán al alza en este 2018.

Y todo esto daña la economía del país y se refleja en la economía familiar obligada a la austeridad y a los altos impuestos que pagamos debido a las raquíticas arcas públicas, ante el saqueo de esos cínicos depredadores.

Además, se termina la administración del presidente Enrique Peña Nieto y muchos dirán que es lo mejor que nos traerá el nuevo año, pero al terminar podrían surgir situaciones económicas detenidas en estos años que pueden dispararse y resultar duros golpes para millones de personas. Recordemos que al término de una administración presidencial hay aspectos no agradables que comienzan a surgir. Y aquellas profecías críticas durante los años de gobierno comienzan a ser realidad al salir el presidente.

En fin, hay que ser austeros y no gastar en demasía o lo que no tenemos, y exigirles a las autoridades que también lo sean. Hay que vigilar más a las autoridades y exigir castigos severos para los que abusan del puesto y saquean el erario.

Recordemos que el año venidero es un año político. Hay que abrir bien los ojos para no caer en los errores de los años anteriores.

Esperemos que a pesar de los nubarrones económicos que se vislumbran, 2018 sea mejor que el año que se fue. En nuestras manos está que así sea. Salud, el principal motor para salir adelante. Feliz 2018, caro lector.— Mérida, Yucatán.

marpero53@yahoo.com.mx

Profesor