El poder engendra una enfermedad peligrosa.  El poder es una debilidad del ser humano, una exacerbación del ego con todas las patologías que arrastra.

Bárbara Tuchman, ganadora dos veces del premio Pulitzer de Literatura (1962, 1971), sostuvo  que la personalidad de un líder es propensa a la vanidad y degenera en un narcisismo patológico que impide pensar con mesura y razón. Se intoxican por las loas de los aduladores, situación muy proclive en los gobernantes que corren el riesgo de caer en la obstinación y negarse a cambiar el rumbo.

Una afirmación contundente que ha sido premonitoria para muchos gobiernos de todos los continentes y de todas las banderas. Creo que México no será la excepción.

Calígula, el poderoso

Locura e ignominia son el resultado de ejercer arteramente el poder, tal como el emperador Calígula, quien desoyó todos los consejos por ir en contra de sus deseos y nombro cónsul a su mejor amigo…un caballo, Incitatus (impetuoso), al que colmó de collares de perlas y dormía en una habitación con mantas púrpura, color que representaba el poder absoluto. Estaba tan loco que le regaló una villa con jardines atendido por esclavos a su servicio.

No ha habido una ofensa más grande para las instituciones políticas en todos los pasajes de la historia que el de Calígula,  poner a un caballo como compañero de un magistrado.

¿Un síndrome o una enfermedad?

El poder también tiene sus definiciones, lo han hecho Bertrand Russell y Max Weber, entre  otros, así que lo vamos a definir como la capacidad de mando o fuerza para influir o imponer algo a los demás de forma justa o injusta, así es que cuando el poder se ejerce de forma contraria se le considera como un síndrome o una enfermedad que envilece a quien lo ejerce y se le dio el nombre de Hubris o adicción al poder y fue el médico inglés David Owen el que identificó el trastorno.

Se aplica principalmente a la clase política, lideres empresariales, altos mandos militares, millonarios y hasta científicos reconocidos. El término Hubris viene del griego y significa desmesura, describe a una persona arrogante, soberbia que lo lleva a despreciar a otras personas y actuar en contra del sentido común y se le asocia con un trastorno bipolar, con el narcisismo, con una disfunción de tipo cerebral o bien una distorsión cognitiva.

¿Qué ocasiona el poder?

Dice un artículo de Luis Huete, empresario y escritor español, que la enfermedad de poder puede ser una manifestación  patológica de las carencias de quien llega al poder y antes vivió una situación de austeridad o limitaciones, por lo que enloquece gastando recursos. 

Fernando Pino en “La patología del poder” describe algunos síntomas de la enfermedad como la indiferencia, desconexión con el sufrimiento, pérdida del sentido del riesgo, excesivo protagonismo, juicio simplista, desubica a otros en público y en privado con humillaciones salidas de tono, sobrevaloración de las capacidades existentes o inexistentes.

Los grandes dictadores y tiranos de la humanidad, han vivido de pasar de ser carismáticos y encantadores a una situación perversa violenta e inhumana.

En una entrevista el expresidente uruguayo José Mujica señaló: “El poder no cambia a las personas, solo revela lo que realmente son”.

Alguna vez escuché que tener el acceso a la información te da  poder, todo depende cómo se utilice o se manipule, normalmente siempre es para obtener un beneficio.

Ejemplos sobran

Solo por citar algunos gobernantes que han caído en las garras del poder… Adolfo Hitler, Vladimir Putin, Margaret Thatcher, Nicolás Maduro, Fidel Castro, Daniel Ortega, Kim Jong Un, y según Index on Censorship, organización internacional que defiende la libertad de expresión en su revista trimestral nombra al presidente mexicano como el tirano del año 2022. ¡uuupsss!

David Owen subraya que las investigaciones arrojan datos que indican que en todo caso el poder se inclina en forma decisiva a desarrollar el encapsulamiento frente al mundo y en particular promueve la imposibilidad de estar al tanto, comprender y entender las necesidades de los demás.

Todo aquel que ejerza el poder debería enterarse de los riesgos que ello implica antes de que se le convierta en una peligrosa enfermedad y ocasione daños irreparables a sus congéneres.— Mérida, Yucatán    27 de febrero de 2023

Twitter: @ydesdelabarrera