Nos comentan que… tal parece que la relación entre Morena Yucatán y la estructura capital no andaría en los mejores términos, pues acusan que Joaquín Díaz Mena estaría más preocupado en promover su imagen que impulsar la candidatura presidencial de Claudia Sheinbaum.

En manos de “alguien”

La denuncia pública de la falta de pago a brigadistas de Morena trajo “cola”, ya que no sólo causó malestar entre los operadores de la campaña de Joaquín Díaz Mena, sino que generó tensión en el “cuarto de guerra” del candidato a gobernador.

Salió a relucir que presuntamente sí salía el dinero para esa estructura, pero “alguien” se quedaba con los recursos y por eso no llegaban a los destinatarios.

En un intento de “darle la vuelta” a la denuncia, la directiva estatal de Morena difundió un tibio comunicado –que publicamos ayer– en el que argumentó que es completamente legal el trabajo de promoción del voto y que todos los partidos lo realizan, pero nada dijo sobre la falta de pago a los brigadistas, que fue lo medular de la queja de éstos.

Como el dinero lo tenía “alguien”, de inmediato hubo movilización para que el pago a los inconformes –o al menos a una parte de ellos– se hiciera anteayer mismo. Se sabe que al menos 50 brigadistas con zona de trabajo en los distritos 4 local y 6 federal no habían recibido el pago ofrecido, que es de siete mil pesos al mes, lo que arroja un monto de $350 mil que nadie sabe –o tal vez algunos sí– a dónde fueron a parar.

¿Cuántos brigadistas más estarán en la misma situación y quien será el principal responsable de la falta de pago?

¿Desacuesdos en Morena Yucatán?

Calladamente, la estructura político-electoral de Morena en Yucatán experimentó varios cambios en las últimas semanas. El mexiquense Juan Hugo de la Rosa García, quien se desempeñaba como delegado del Comité Ejecutivo Nacional del partido en la entidad, fue removido y en su lugar se designó a Óscar Cantón Zetina, candidato a senador por Tabasco.

Además, José Octavio Rivero Villaseñor, diputado por Ciudad de México que operaba como enlace político de la candidata presidencial Claudia Sheinbaum Pardo en Yucatán, se despidió también del Estado y Joaquín Díaz Mena colocó como sustituto a Javier Tonalli Ortiz Medina, quien fue uno de sus colaboradores más cercanos en la delegación de Bienestar.

Cada vez son más insistentes las versiones de diferencias entre los equipos de campaña de Claudia Sheinbaum y Joaquín Díaz, porque en el centro del país –nos dicen– se han percatado de que “Huacho” está más enfocado en lo suyo, en sacar su elección, sin prestarle mucha atención a lo relacionado con la campaña presidencial.

Además, hay quejas de los coordinadores territoriales contra Ortiz Medina, a quien le atribuyen escasa capacidad de operación si se le compara con Rivero Villaseñor. Por cierto, con la llegada de Cantón Zetina a Yucatán se fortalece el “grupo Tabasco”, que comanda Andrés Peralta Rivera, delegado de la Secretaría de Gobernación.

Lo dejan fuera

Quien anda muy inquieto en el actual proceso electoral es Freddy Ruz Guzmán, exalcalde de Umán. Después de tres años en la banca porque el PAN no volvió a otorgarle candidaturas ni le dio “jugada” para otros cargos, tras una polémica gestión en el Ayuntamiento, buscó que su esposa fuera incluida en la planilla de regidores panistas en Umán.

No lo logró y, de acuerdo con nuestras fuentes, ofreció dinero para la campaña de Acción Nacional por la alcaldía a cambio de que, de ganar ese partido, le concedieran el manejo de las direcciones de Obras Públicas y de la Policía Municipal. Como no cedió a sus pretensiones el candidato a alcalde, Gregorio Montero Martín, entonces se lanzó a la conquista de Morena.

Primero trató de que lo postularan como candidato guinda a diputado federal por el Distrito 5. No lo consiguió y, nos aseguran, lanzó otro plan: inyectar recursos a la campaña morenista por la presidencia municipal, para ver si así obtiene algo.

“Hace como que no tiene nada que ver, pero en Umán todo se sabe pronto”, nos dice veterano conocedor de la política yucateca.

Desfiguros en Umán

Umán también ha sido escenario de desfiguros políticos en estos días. En la visita que realizó el miércoles pasado a esa ciudad el candidato a gobernador de PAN, PRI y Nueva Alianza, Renán Barrera Concha, no pasó inadvertido el afán protagónico de Iraís Barón Zermeño, candidata a diputada local por el Distrito 12.

Según testigos, primero se acercó a reclamarle airadamente a Jorge Puga Rubio, uno de los operadores de Renán Barrera, que no la hubieran incluido entre los oradores del mitin nocturno.

Después, cuando fueron llamados a la tarima algunos actores políticos para las fotografías, literalmente corrió e hizo a un lado al priista Rolando Zapata Bello, candidato al Senado, para ponerse junto a Renán Barrera.

En un gesto cortés, no precisamente por el empujón, Zapata Bello tomó otra posición. Las campañas por las diputaciones locales en Yucatán arrancarán oficialmente el 31 de este mes, así que, en teoría, en estas fechas Iraís Barón no tendría nada que hacer como oradora en un mitin. 


¿Es de sabios cambiar de opinión?

No cabe duda de que en todos lados hay “ko’ox virar”, o al menos súbitos cambios de opinión. Hace unos días el Diario publicó que un grupo de morenistas fundadores expresó su respaldo a los “chapulines” que brincaron a su partido; más aún, pidió a sus correligionarios que se olvidaran de esos “prianistas” y votaran por Joaquín Díaz Mena, candidato a gobernador.

Entre los que estuvieron en esa rueda de prensa figuran Jesús Solís Alpuche y Ubaldo Arciniega Jáuregui, quienes hasta hace unos meses tronaban contra Díaz Mena y Mario Delgado Carrillo, presidente nacional de Morena, y los acusaban de imponer como candidatos a expriístas y expanistas.

Incluso, tal y como se puede constatar en nuestra edición del 17 de abril pasado, se quejaban de que habían sido “borrados miserablemente” de cualquier tipo de competencia para un cargo público.

Ubaldo Arciniega, coordinador de la Convención Nacional Morenista en Yucatán, dijo en esa ocasión que los políticos que abandonaron a sus partidos, como el PRI y el PAN, para buscar posiciones en Morena solo ven la política como un negocio.

Ahora dicen que la estrategia de críticas al partido guinda tiene como objetivo “romper la unidad de Morena”, cuando en su momento denunciaron que en la elección de consejeros los neomorenistas recurrieron al acarreo de gente, compra de votos con dinero en efectivo y despensas, y manejo de las urnas.

¿Qué los habrá hecho cambiar de opinión? ¿Cómo pasaron de denunciar a los “chapulines” que pagan para llegar al poder a calificarlos ahora como políticos arrepentidos que “recapacitan” y por eso se pasan a la 4T?

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