En medio del conflicto por la complicada introducción del agua potable en Mérida y a pocas semanas de las elecciones municipales que llevarían al panista Víctor Correa Rachó a la alcaldía meridana en 1967, don Carlos R. Menéndez Navarrete, entonces subdirector de Diario de Yucatán, recibe la visita del embajador de Estados Unidos en México. Le interesaba conocer de primera mano la opinión de protagonistas del escándalo político que conduciría meses después al primer triunfo electoral opositor en el Yucatán posrevolucionario.
¿Por qué insisten tanto en denunciar las irregularidades del gobierno? ¿Por qué siguen evidenciando las arbitrariedades del partido oficial si la oposición nunca triunfa en Yucatán?, pregunta el diplomático norteamericano al periodista, quien, extrañado, le responde: Nuestro objetivo no es que gane o pierda algún partido, sino que quien triunfe en las elecciones, quien gobierne lo haga de la mejor manera posible, consciente de que estaremos pendientes, vigilando su desempeño.
En las sociedades con alto desarrollo democrático, la honestidad y eficiencia del gobierno no suelen depender de los principios y buenas intenciones de quienes lo encabezan, sino, principalmente, del entorno en el que actúan, con reglas claras, predominio de la ley y del estado de derecho; alta participación ciudadana, que exige el cumplimiento de acuerdos y promesas; libre acceso a la información pública, transparencia y rendición de cuentas, eficientes mecanismos de vigilancia, independencia de los poderes legislativo y judicial, y fuerte influencia de medios de comunicación libres que investigan y exhiben las desviaciones del poder, de tal manera que el gobernante lo piense dos veces antes de caer en el abuso.
Contrariamente, en sociedades con débil democracia, los gobiernos que buscan imponerse, así surjan de elecciones libres, suelen eliminar o limitar los contrapesos que los amenazan, con medidas como el debilitamiento de los otros poderes, mediante reformas como la judicial que se quiere poner en marcha a rajatabla antes de octubre.
Predominan también la intimidación, acoso o amenaza de la sociedad civil que exige transparencia; la manipulación de la información pública, para confundir a la ciudadanía; la censura a medios de comunicación que dejan en evidencia las desviaciones del gobierno, como sucede ahora con las “investigaciones” de la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda (UIF) contra “Latinus” y “Mexicanos contra la Corrupción”, y el uso de medios controlados para difundir propaganda, desviar la atención e incluso difamar, para desacreditarlos, a quienes los exhiben.
ESTRATEGIAS DE CONTENCIÓN
Ante la nueva realidad política que vivimos en México, en Yucatán en particular, con gobiernos clientelistas de tendencia autoritaria, nos preguntábamos en días pasados: ¿Qué podemos hacer quienes vislumbramos serio peligro de regresión con el “Plan C” que impulsan el presidente López Obrador y sus sucesores? ¿Qué estrategias de contención podemos establecer o fortalecer para frenar eventuales excesos del poder político?
En los últimos años, Yucatán ha sido ejemplo de desarrollo democrático en varios campos que le distinguen, en actividades claves como una alta participación ciudadana, educación cívica, mecanismos de vigilancia, activa sociedad civil, pluralidad política, fuerte oposición y prensa libre. El fortalecimiento, o resurgimiento, de este sistema de contrapesos sería muy recomendable ante las adversidades que se avecinarían, al margen de las buenas intenciones de la autoridad.
Haríamos bien en continuar, o revivir, las labores de vigilancia y auditoría de organismos de la sociedad civil como el “Frente Cívico Familiar”, “Ya Basta”, la “Fecuy” y “Sociedad en Movimiento”, y empresariales como el “Centro para la Competitividad de Yucatán”, de la Coparmex, muy activos ante desviaciones de gobiernos recientes, principalmente del PRI. Apoyarlos en lo personal o financieramente sería altamente productivo.
También se recomienda, en esa necesaria labor de contrapeso, seguir invirtiendo en la educación cívica, para que los ciudadanos comprendan sus obligaciones y derechos; fomentar las organizaciones comunitarias, que vigilen a la autoridad, como lo hicieron vecinos de Cordemex que se unieron en Mérida contra el abortado proyecto del “Estadio Sostenible”; propiciar la creación de verdaderas leyes de transparencia, organizar y participar en protestas pacíficas para presionar al gobierno, y proteger y apoyar a los medios de comunicación independientes, para que sigan ofreciendo a la sociedad información confiable y continúen su labor de investigación del actuar gubernamental, sin censura ni represalias.
Una oposición fuerte, llámese PAN, PRI o Movimiento Ciudadano, y el análisis crítico permanente de organismos eclesiales, empresariales y de profesionales, como el Colegio de Abogados, también muy activos en el pasado, complementarían este esfuerzo comunitario por mantener el equilibrio político.
SEÑALES Y ALERTAS
A menos de tres meses del cambio de mando en los poderes ejecutivos federal y local, en la semana que termina vimos de nuevo señales positivas, tanto de la sucesora de López Obrador como del gobernador electo de Yucatán, de que piensan cumplir sus promesas de gobernar basados en el consenso, como sucedió con nuevos nombramientos en sus respectivos gabinetes, pero también claras advertencias de las fuertes presiones que recibirán para seguir en la ruta trazada por el líder moral de Morena.
En las negociaciones previas a la reforma judicial, por ejemplo, las imposiciones del régimen obradorista nos dejan ver en los últimos días que será fuerte la presión para que continúe en México lo que María Amparo Casar, presidenta de “Mexicanos contra la Corrupción”, denomina, en “Los puntos sobre las íes” (Debate, 2024), “un gobierno que busca debilitar la división de poderes y los órganos autónomos que actúan como contrapeso al Ejecutivo, desaparecer las intermediaciones para tener una relación directa con ‘el pueblo’, utilizar la justicia con criterios políticos, pasar por encima de la ley cuanto ésta le estorba y difundir información falsa de manera sistemática”.
En Yucatán, Huacho Díaz Mena se reúne finalmente con las cabezas del sector privado, les asegura que tendrá en cuenta sus opiniones, se establecen canales de comunicación y cooperación para lograr objetivos compartidos, pero al mismo tiempo da muestras del peligroso sometimiento que los caprichos del Centro le impondrían.
ÚTILES CONSEJERAS
Si su intención es gobernar realmente con independencia, por el bien de “de todos”, le recomendaríamos reflexionar en torno a los métodos de gestión participativa de líderes como Simón Bolívar, uno de los “héroes” de la 4T, quien en el siglo diecinueve sugería a sus subalternos: “El que manda debe oír aunque sean las más duras verdades y, después de oídas, debe aprovecharse de ellas para corregir los males que produzcan los errores”.
La crítica constructiva y la corrección de errores en el ejercicio del poder suelen ser buenas consejeras. Si las incluye en su equipaje camino al Palacio de Gobierno, el nuevo gobernador tendría mayores posibilidades de concluir con éxito su gestión, evitando dejar serios pendientes como los que Mauricio Vila nos deja, en materia de transparencia y combate a la corrupción, en las postrimerías de su administración, como Diario de Yucatán recordó con detalle el domingo pasado en estas páginas (https://bit.ly/4eBSWnB).
Hacemos votos para que prevalezcan las buenas intenciones de quienes nos gobernarán a partir de octubre. Mientras tanto, insistimos: la sociedad, sobre todo los sectores más influyentes, está muy a tiempo de retomar el fortalecimiento del sistema de contrapesos necesarios para equilibrar de manera permanente el ejercicio del poder. No olvidemos, como nos recuerdan desde 1967, que sin las justas y correctas presiones los gobernantes no se verían motivados a rendir cuentas con transparencia. Al saberse vigilados, reiteramos, los poderosos, sean del color que sean, suelen actuar con mayor apego a la ley y abusar menos.— Mérida, Yucatán.
*) CARLOS R. MENÉNDEZ LOSA, director general de Diario de Yucatán y Grupo Megamedia
