MÉRIDA.- Una presencia común a lo largo de la jornada electoral fue el de los encuestadores de salida. Al menos tres empresas realizaron este trabajo en muchas casillas del primer cuadro de la ciudad.
Apostados en las afueras de las sedes de votación, algunos encuestadores pedían a los ciudadanos que reprodujeran el voto que acababan de emitir, entregándoles copias de las boletas, y otros les solicitaban que calificaran la actuación del gobernador, alcalde y presidente de la república.
“No ha sido fácil. La gente desconfía de todo y no quiere respondernos, aunque nos identificamos y les explicamos para qué queremos esta información”, dijo uno de los encuestadores. “Algunos después de responder nos piden que destruyamos las copias o se arrepienten enseguida de lo que nos dijeron, asegurándonos que no es cierto, que nos mintieron”.
Como informamos en nota aparte, el INE aclaró que los encuestadores no son contratados por el Instituto, aunque las empresas debieron acreditarse ante la institución para realizar su labor.
