Las imágenes son brutales y crueles. Una pila de cuerpos semidesnudos, con signos de ejecución, arde en llamas, entre gritos eufóricos de quien graba y lanza amenazas, mientras remata con tiros y patadas a los cadáveres. En una guerra encarnizada por el territorio en la sierra de Guerrero, esos muertos resultaban trofeos de una batalla. […]
