El obispo Pedro Mena Díaz da la comunión a los fieles que acudieron a la misa de anoche en San José de la Montaña

Encomendarnos a San José pide el obispo Mena Díaz

“San José, custodio de Jesús y de la Iglesia, ruega por nosotros” fue el clamor de los fieles anoche, en el templo de San José de la Montaña, durante la misa en honor al santo patrono del lugar, en el marco de su festividad; celebrada por el obispo auxiliar de Yucatán, monseñor Pedro Mena Díaz, y que fue la última con presencia de fieles ante las medidas tomadas en Yucatán para evitar la propagación del coronavirus Covid-19 entre la población.

Monseñor Mena Díaz concelebró con el párroco de San José de la Montaña, presbítero Miguel Campos Estrada.

Al acto litúrgico asistieron menos de 150 fieles, los cuales se distribuyeron a distancia unos de otros por disposición de las autoridades sanitarias, además de que se aplicó gel antibacterial a los presentes y no se realizó el tradicional saludo de mano como signo de paz.

A partir de hoy, los actos litúrgicos en la arquidiócesis se realizarán en privado, a puerta cerrada, pero procurando habilitar alternativas a través de medios electrónicos y redes sociales.

En su homilía, monseñor Pedro Mena se refirió a San José como patrono especialísimo de Yucatán, nombrado así por el obispo Crescencio Carrillo y Ancona, pues en el siglo XVIII los fieles católicos se encomendaron a su amparo e intercesión para librarse de una epidemia que asolaba a Yucatán.

“Así como entonces, hoy pedimos su intercesión como el padre bueno y amoroso que fue para Jesús para hacernos fuertes y sobreponernos al difícil momento que viven no sólo los yucatecos sino toda la humanidad”, dijo.

“San José era reflexivo, confiaba en Dios, asumió su papel de padre terrenal y amó a Jesús tanto como a María, su madre; tenía temores pero no dejaba que le dominara el miedo, aprendió a escuchar las advertencias y responder a ellas con prudencia, pues eso mismo es lo que hoy estamos llamados a hacer, a vivir la fe, a escuchar a Dios pero también las advertencias, a tomar acciones para mantenernos fuertes y seguros”, añadió.

Lejos de Dios

Monseñor Mena Díaz subrayó que momentos como el actual deja en claro la fragilidad del hombre y lo alejado que éste muchas veces pretende estar de Dios.

“Mucha tecnología, muchos avances, dinero, poder, cosas materiales, pero de repente unas pocas gotas de saliva y un microscópico virus acaba con todo”.

“Pero no todo es malo, lo que estamos viviendo nos está llevando a un reencuentro con la familia, con la sana costumbre de conversar y convivir, redescubrir una nueva forma de comunicación que más que nueva cayó en desuso entre las familias: Tengo la certeza de que, con la ayuda de Dios, vamos a superar este momento difícil, pero también que estaremos ante un renacer a la fe fortalecida, a un acercamiento más estrecho con Dios y con el espíritu de amor que debe prevalecer entre los hombres”.— Emanuel Rincón Becerra

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