Hoy en “Miradas en el tiempo de ProHispen”, Anita Aguiar nos platica de la visita de Isabel II a Tizimín y de cómo los niños cantores salvaron la visita.
“Se había planeado cuidadosamente la visita de Isabel II a Tizimín, soberana del Reino Unido de la Gran Bretaña y de Irlanda del Norte. Sin embargo, su visita se estaba tambaleando no únicamente por las guerrillas centroamericanas que en el mapa se veían más cerca de Yucatán sino porque generaba inquietud los atractivos que la Reina se esperaba conocería en dicha ciudad oriental.
“Como muchos ya saben, en la ciudad de Tizimín y en sus alrededores inmediatos no hay ningún atractivo arqueológico de la magnitud de Chichén, donde sí había un pequeño aeropuerto. Por esos días era común toparse en todas partes de la cabecera municipal con unas personas altas de tez rubia que se la pasaban visitando las escuelas primarias en las que los niños se encontraban ensayando el himno ‘Tierra de esperanza y gloria’ para recibir a la Reina.
“Dicen las crónicas que la reina derramó unas lágrimas cuando escuchó cantar en inglés a más de dos mil niños en el Parque de la Reina, cuyo terreno donaron los hermanos Salim y Saúl Saide Sahui.
“Una persona que apoyó decididamente la visita fue la esposa del cónsul de Inglaterra doña Peggy Dutton, quien grabó con su hermosa voz la partitura de ese himno que sirvió para armonizar a la banda del Estado y al coro de los niños, debido a que el gobernador, don Carlos Loret de Mola, se negó aceptar la banda de la Marina que ofrecía el gobierno de México.
“Un 28 de febrero de 1975 llegó la reina Isabel II a Tizimín sin que pronunciase discurso alguno y sin corona como le había pedido el presidente Echeverría cuando le hiciera la invitación en Londres. El itinerario inició desde el aeropuerto hasta el Instituto Tecnológico Agropecuario, sin incidentes, con mucha gente aplaudiéndola, y así tenemos una especie de cuento de García Márquez: una reina que visita el tercer mundo, un aeropuerto que se construye en la selva para recibir el avión real, más de dos mil niños que interpretan en inglés su himno, lo que hizo a estos agentes de Scottlan Yard autorizar la visita, y en la escuela agropecuaria es recibida en un elegantísimo comedor construido especialmente para ella. Esto es verdadero realismo mágico”.
Texto: Patronato Pro Historia Peninsular de Yucatán A.C. (ProHispen)
