El predio marcado con el número 417-A de la calle 52 entre 41 y 43 del Centro, ostenta desde ayer, Día Internacional de la Mujer, la placa número 54 del Patronato Pro Historia Peninsular (ProHispen). En esta ocasión se trata del que fuera el hogar de Rosa Torre González, quien en 1922 se convirtió en la primera mujer en todo el país en un cargo público a través de un proceso electoral, cuando aún el voto de la mujer no era ni siquiera reconocido.
En ceremonia ayer, a las puertas de dicho predio, Margarita Díaz Rubio, presidenta de ProHispen, destacó la trascendencia de esta placa por tratarse Rosa Torre de una de las feministas más adelantadas de su tiempo, con una marcada vocación por la educación, una sólida formación en conocimientos, derechos humanos y de la mujer, y activista por la igualdad política femenina a través del voto y la participación de la mujer en política.
La primera mujer que gobernó Yucatán, Dulce María Sauri, y la primera alcaldesa de Mérida, Ana Rosa Payán Cervera, develizaron la placa. Fue testigo del acto el alcalde de Mérida, Renán Barrera Concha.
El nombre de Rosa Torre González se distingue dentro de los de las yucatecas más destacadas en la historia de los derechos de la mujer yucateca como Rita Cetina, Elvia Carrillo Puerto, Beatriz Peniche Barrera, Raquel Dzib Cicero y Consuelo Zavala, nació el 30 agosto de 1890 en el barrio de Santa Ana de esta ciudad, hija de Sofía Torre y padre desconocido. Gracias a una beca del Gobierno del Estado en 1907 ingresó al Instituto Literario de Niñas donde se graduó en 1909.
En la Escuela Normal fue pupila de la innovadora maestra Rita Cetina Gutiérrez que enseñaba teoría feminista, astronomía, derecho constitucional, geometría, geografía, historia y matemáticas. En 1910, con 20 años de edad, colaboró con el movimiento revolucionario de Francisco I Madero. Tras el asesinato de Madero, abandona la docencia y se convierte en activa agente del constitucionalismo combatiendo al huertismo, hasta la llegada de Salvador Alvarado en 1915, al cual respaldó. Retorna a la docencia siendo directora de un jardín de niños.
En 1916 la profesora Torre fue promotora del Primer Congreso Feminista en Yucatán, convocado por el propio Alvarado, viajando a comunidades del estado para promover la participación de las mujeres en el evento.
En enero 1916 se llevó al cabo el congreso feminista sobre educación, educación sexual, fanatismo religioso, derechos legales y reformas, oportunidad de empleo igualitario, igualdad intelectual, entre otros temas.
Torre apoyó a Elvia Carrillo Puerto a establecer la “Liga Rita Cetina Gutiérrez” en 1921, en búsqueda del sufragio femenino. En 1922, siendo gobernador Felipe Carrillo Puerto, la legislatura estatal debatió que las mujeres pudieran votar y ocupar cargos públicos, aunque en ese tiempo no se logró la aprobación del congreso.
Regidora
Elvia Carrillo Puerto consiguió que el Partido Socialista del Sureste lanzara la candidatura de Rosa Torre para regidora del ayuntamiento de Mérida; el 7 de noviembre de 1922 las elecciones tuvieron lugar y Torre resultó electa , fue la primera mujer mexicana en acceder a un cargo de elección popular en un tiempo en que las mujeres no tenía aun igualdad de derechos políticos.
Infortunadamente el asesinato de Felipe Carrillo Puerto, en enero 1923, truncó su carrera política. Se muda a Tamaulipas y más tarde a la Ciudad de México, pero se mantuvo siempre activa en pro de los derechos políticos de las mujeres.
El 31 de diciembre en 1943 le es conferida la medalla al mérito revolucionario y el diploma de veterana de la revolución. Fallece en la Ciudad de México a los 83 años, el 13 de febrero de 1973.
El 17 de octubre de 1953, Adolfo Ruiz Cortinez, presidente de la nación, promulga un decreto otorgando a las mujeres el derecho a votar y ser votadas y dos años después, en 1955, las mujeres mexicanas sintieron por vez primera vez la emoción de ser parte en las elecciones.
En un mensaje, Ana Rosa Payán Cervera destacó que la maestra Torre González fue “una mujer que luchó por llevar a las mujeres a una participación activa en los procesos electorales, sentando las bases de una democracia plural e incluyente”.
Por su parte, Dulce María Sauri destacó cómo la planilla que postuló al cargo de regidora a Rosa Torres González estaba conformada por 14 nombres y el suyo era apenas el penúltimo, además de que le fue encomendado el ordenamiento de nomenclatura de la ciudad y la administración de los dos cementerios que había.
Dijo que la obra de Rosa Torre hoy encuentra eco en una legislación más plural, en la cual se otorgan igualdad de candidaturas a hombres y mujeres y manifestó su deseo de que en el próximo proceso electoral al menos 54 mujeres alcancen la presidencia de la mitad de los municipios del Estado— Emanuel Rincón Becerra
