Una maravillosa velada en la que brillaron las voces del bel canto se vivió anteanoche con la presentación de Plácido Domingo, en una amalgama con la soprano Eugenia Garza, el tenor Arturo Chacón y la destacadísima participación de la Orquesta Sinfónica de Yucatán, que sin duda le dio al concierto gran brillantez.
Fue una noche esplendorosa, ante un auditorio casi lleno, en Plaza La Isla, una noche llena de arias de ópera, pero también de zarzuela, de música popular internacional, y por supuesto, mexicana.
No faltó el mariachi y la canción dedicada al pueblo yucateco, al interpretar uno de los temas más emblemáticos de uno de sus hijos predilectos, “Adoro”, de Armando Manzanero.
Eran las 8:20 de la noche cuando el concierto inició. Los integrantes de la Orquesta Sinfónica de Yucatán (OSY) ya estaban en el escenario, y de pronto, sin más, apareció Eugene Kohn, el director invitado que dirigió en esta ocasión a la orquesta, y de inmediato la música se hizo presente. Fue una entrada excepcional, llena de dinamismo y exaltada por la energía de Eugene, de modo que el preludio de la ópera “Carmen”, de Bizet, que interpretaron, presagió la calidad del concierto que se avecinaba.
Enseguida entró al escenario Plácido Domingo, que fue recibido con fuertes aplausos y “bravos”. Vistió un traje negro y camisa blanca, el cabello y la barba totalmente canos a sus 82 años, recién cumplidos en enero.
Fue su reencuentro con el público del sureste del país, ya que su última presentación en Yucatán fue en 2008, en el concierto de “Las mil columnas” que se efectuó en Chichén Itzá. “Nemico della patria” de la ópera Andrea Chénier de Giordano dejó escuchar el privilegio de su voz, pese a los años.
El concierto se fue suscitando con la presencia de varios invitados, la soprano Eugenia Garza, el tenor Arturo Chacón Cruz, y en la segunda parte, el hijo del llamado “rey de la ópera”, Plácido Domingo hijo.
La soprano Eugenia Garza apareció para cantar sola “Ebben, ne andrò lontana” de “La Wally” de Catalini. El timbre de su voz y sus alcances vocales no son desconocidos para el público yucateco, ya que se presentó con la OSY en 2019 en la ópera “Cavalleria rusticana”. Más adelante, la cantante interpretó también en solitario “De España vengo” de la zarzuela “El niño judío” de Luna, y con Plácido “Mira, d’acerbe lagrime” de Il trovatore de Verdi y “Me llamabas Rafaeliyo” de El gato montés de Penella. Los dos temas fueron muy aplaudidos, sobre todo el segundo, con un final por todo lo alto en la conjunción de las dos voces.
El tenor Arturo Chacón no se quedó atrás en su participación y en varias piezas pudo mostrar la virtuosidad de su instrumento. El “Dúo de amistad” de la ópera Pescadores de perlas de Bizet que cantó junto a Plácido cosechó numerosos aplausos. A dueto también interpretaron: “Feliz Morada” de Marina Feliz de Arieta, muy bien recibido por el público, y en solitario además “Bella enamorada” de El último romántico de Soutullo y Vert; y “Se quel guerrier… Celeste Aida” de Aïda de Verdi. Con esta última se ganó uno de los aplausos más vibrantes de la audiencia y varios “bravos”.
El tenor Plácido Domingo entraba y salía del escenario para dejar el protagonismo a los invitados, o cantar con ellos, y así fue como en la segunda parte presentó a su hijo, también llamado Plácido Domingo, quien se dijo encantado de saludar a los yucatecos, para enseguida cantar “Sabor a mí” de Álvaro Carrillo, e invitó a los presentes a acompañarlo con las palmas, y luego padre e hijo interpretaron “Adoro” de Armando Manzanero.
La OSY tuvo varios momentos de lucimiento, no sólo el preludio con el que comenzó la presentación, puesto que también interpretaron “Pas de bohemiens” de Le trouvère de Verdi y el Intermedio de La boda de Luis Alonso, de Gerónimo Giménez, con la que recibió sonoros aplausos y muchos “vivas”.
Eugenia Garza y Arturo Chacón también cantaron a dueto “Quizás, quizás, quizás” de Osvaldo Farrés. Arturo invitó al público a unírseles, “se vale cantar, estamos en lo puro bueno”, dijo. Las voces de los asistentes se escucharon tímidamente. Luego interpretaron “Solamente una vez” de Agustín Lara, que fue coreada con más fuerza por el público y muy aplaudida.
Este dueto, como el de Plácido Domingo padre e hijo se sucedieron en la segunda parte del concierto.
Plácido cantó varios temas en solitario, para plácemes del público que, por supuesto, acudió a escucharlo a él. “Luche la fe por el triunfo”, de Luis Fernanda, de Moreno Torroba; y “No puede ser” de la Tabernera del puerto, de Sorozábal. Esta última marcó el aparente final del concierto, y Plácido Domingo hizo pasar a todos sus invitados para despedirse del público. Cada uno recibió sendos ramos de flores, pero el público pidió más y el tenor regaló “La morena de mi copla”, de Gómez y, con su hijo, “Perhaps Love” de Denver. Arturo Chacón interpretó “El triste” de Cantoral y Eugenia Garza “Estrellita” de Ponce.
Hasta entonces la OSY acompañó todos los temas, pero entonces entraron los mariachis, que tocaron y cantaron “Negrita de mis pesares”.
Con mariachi, Plácido cantó vestido de charro “Paloma querida” y “Me cansé de rogarle”, muy coreada y aplaudida por la audiencia.
Arturo Chacón, también de charro, cantó “Juan charrasqueado” y presentó a “un talento local”, Ofelia Buick, quien cantó “Si nos dejan”. La joven, junto con Plácido Domingo y Arturo Chacón cantaron un clásico de la música ranchera, “El rey”.
El cierre del concierto fue con “Bésame mucho” de Consuelo Velázquez, con la OSY y los cuatro cantantes.— IRIS CEBALLOS ALVARADO
