Huracán "Dorian"
Foto tomada por el ministerio de Defensa Holandés, el miércoles 11 de septiembre de 2019, de aspectos de los daños causados por el huracán "Dorian" a su paso por la isla Ábaco en Las Bahamas.- (Sjoerd Hilckmann / Ministerio de Defensa holandés a través de AP)


HIGH ROCK, Bahamas (AP) — El pastor Jeremiah Saunders intenta recuperar algo de entre los escombros de la iglesia que levantó hace 22 años en High Rock, al oriental de la isla de Gran Bahama.

Hace una semana, Saunders fue arrastrado unos 200 metros por la corriente hasta que pudo asirse a un gran pino, donde pasó dos días en una de sus ramas, durante el paso del huracán “Dorian” por la isla.

El pastor hizo énfasis en las labores de limpieza que tienen por delante miles de bahameños para la recuperación de las dos islas que quedaron devastadas por el huracán de categoría 5.

Será un proceso lento que algunos abordan a pasos muy pequeños, dijo Saunders.

Por su parte, Mary Glinton, de 67 años, del pueblo de McLean’s Town, formó tres pilas de prendas endurecidas por el agua y el lodo y les prendió fuego.

Según una estimación preliminar, “Dorian” causó un total de 7,000 millones de dólares en daños, aunque las autoridades de Bahamas no han ofrecido cifras todavía.

Equipos de trabajo retiran algunos escombros de Gran Bahama y Ábaco, pero lo hacen lentamente para evitar dañar cualquier cuerpo que pueda quedar entre los escombros.

Hasta el momento, el número oficial de fallecidos es de 50, pero el primer ministro, Hubert Minnis, dijo que lamentablemente la cifra se podría incrementar de forma significativa.

En Freeport, una ciudad de Gran Bahama operada por una compañía privada que ofrece servicios públicos y cobra a los residentes sin intervención del gobierno, comenzaron a verse indicios de normalidad al encenderse las luces en algunos vecindarios.

Clifton Williams, residente de Freeport, se alegró cuando, de regreso a su casa, vio una farola iluminada por primera vez desde el huracán.

“No lo esperaba tan pronto”, dijo. “Lo primero que hice fue poner el ventilador y refrescarme”, añadió y aseguró que durmió bien por primera vez en más de una semana gracias al ventilador.

Sin embargo, las pequeñas aldeas de la costa este de Gran Bahama apenas han recibido ayuda, y sus residentes llegan a sus casas destrozadas para clasificar sus pertenencias y limpiarlas.

Tereha Davis, una pescadora de 45 años, fue preparando montones con las cosas que va recuperando y pide ayuda para que alguien lo lleve a Freeport con sus posesiones.

Davis dijo que no ha visto a ningún funcionario del gobierno por el lugar y que solo recibió comida y agua de algunas ONGs.


El primer ministro reconoció la situación en un discurso televisado el miércoles en la noche.


“Ha habido problemas en la coordinación de esta ayuda debido a la magnitud de la devastación”, dijo Minnis, quien agregó que comprende la profunda frustración de los que lidian con “obstáculos burocráticos” y se comprometió a reducir la burocracia y a llevar más ayuda y personal.

“No hay palabras suficientes para describir esta tragedia”, manifestó Minnis. “Ningún bahameño ha visto nada similar en su vida”.

La gente en Gran Bahama apoya en las labores de limpieza tirando colchones, arrancando tejas y sacando las ramas y tendidos eléctricos derribados por “Dorian”.

En su iglesia de Beulah Land Ministries, Saunders, de 61 años, contó que se preparaba para recibir a grupos de misioneros cuando llegó el huracán.

Voy a reconstruirla”, declaró entre las ruinas de su iglesia. Lo único que quedó intacto fue el crucifijo de madera que había clavado en una pared 22 años atrás.