Solicitan políticas “más humanas” sobre migración
Líderes mundiales galardonados con el Premio Nobel de la Paz se pronunciaron a favor de políticas “más humanas” con los migrantes y de soluciones pacíficas a los conflictos que obligan a las personas a salir de sus lugares de origen.
En la Tercera Reunión Plenaria de la Cumbre Mundial de Premios Nobel de la Paz 2019, en el Centro Internacional de Congresos (CIC) de Yucatán, seis laureados hablaron de las causas de la migración, de los abusos a que se exponen los migrantes y de los retos que impone la globalización en este tema.
También plantearon recomendaciones para mejorar el diálogo por la paz en el mundo y exhortaron a los gobiernos de los países a impulsar plataformas orientadas cada vez más al respeto de los derechos humanos.
El tema de la Tercera Reunión Plenaria, en la segunda jornada del evento mundial, fue “Demografía global: personas en movimiento”, bajo la moderación de la periodista mexicana Karla Iberia Sánchez. Participaron, mencionados por el orden de sus intervenciones, Lech Walesa, expresidente de Polonia; Rigoberta Menchú Tum, activista guatemalteca; Joyce Ajlouny, secretaria general del Comité de Servicios de Amigos Americanos; Steve Goose, fundador de la Campaña Internacional contra las Minas Personales; Mark Manly, representante de Amnistía Internacional, y Wided Bouchamaoui, representante del Cuarteto Nacional de Diálogo Tunecino.
Rigoberta Menchú fue más elocuente en el tema de la migración, con base en experiencias propias, y subrayó la necesidad de una revolución educativa para acabar con ese fenómeno. Si no lo hacemos, enfatizó, “ya nos fregamos todos”.
División mundial
A preguntas de la moderadora, Lech Walesa dijo que políticas erróneas han conducido a una división mundial, lo cual contraviene el espíritu de la globalización.
El exgobernante de Polonia hizo un llamado a preparar una ruta de soluciones al problema de la migración con la cooperación internacional, porque a fin de cuentas los seres humanos “somos sabios con nuestra fuerza compartida”.
Segunda en intervenir, Rigoberta Menchú se dirigió primero a “mis hermanos mayas y hermanas mayas, que veo muchos en el público”. Después se refirió a diferencias significativas entre la migración de ayer y la migración de hoy.
Amplia conocedora del tema, dijo que en el pasado cientos de personas dejaban sus comunidades a causa de conflictos armados, como fue el caso de su natal Guatemala. Los emigrantes se organizaban y en los países receptores —México en este caso— recibían un trato de solidaridad “de humildes con humildes”, de “pobres con pobres”, y la comunidad internacional estaba muy pendiente de las corrientes migratorias.
Después de recordar la buena “experiencia mexicana”, con campamentos para refugiados que se instalaron en Campeche, señaló que ahora las causas de la emigración son distintas: crimen organizado, corrupción, crisis económica, etcétera.
Joyce Ajlouny indicó que los emigrantes huyen de la hambruna, de la persecución y de precarias condiciones de vida, y al mismo tiempo se exponen a abusos de todo tipo en cualquier país.
“Necesitamos políticas migratorias más humanas. No se puede resolver el problema con muros y guardias armados”, añadió.
La secretaria general del Comité de Servicios de Amigos Americanos, organismo que ganó el Premio Nobel en 1947, dijo que es necesario que “nuestros hacedores de políticas rindan cuentas” e hizo hincapié en que las personas “tienen todo el derecho de emigrar”, aunque no dejan casas y familias por gusto, con riesgo de sus vidas, sino por alguna causa poderosa.
Steve Goose enfocó sus comentarios al tratado internacional contra minas terrestres, que data de 1999, e hizo votos por la incorporación de más gobiernos a ese acuerdo.
Mark Manly habló del trabajo del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), de la experiencia de los campamentos de guatemaltecos en Campeche y de los factores que obligan a las personas a desplazarse de sus países.
Por fortuna, apuntó, ahora más naciones ven la migración como un tema de derechos humanos, no como un asunto político.
“En este contexto, a esas personas no hay que colocarlas en campamentos sino integrarlas”, añadió.
Wided Bouchamaoui señaló que hay dos tipos de migración: la legal y la ilegal. La primera, indicó, es la que protagonizan profesionales —médicos e ingenieros, por ejemplo— que son contratados en otros países que los necesitan, y la segunda involucra a quienes huyen de conflictos.
Más adelante, cuando la moderadora le solicitó sugerencias para frenar la migración, Rigoberta Menchú manifestó que es aberrante decir que hay humanos legales e ilegales y recalcó la necesidad de una revolución educativa que valore a la persona y no etiquete ni estigmatice a los migrantes.— ÁNGEL NOH ESTRADA
Impacto de la globalización Aperturas
Lech Walesa, expresidente de Polonia, declaró que políticas erróneas dividen al mundo.
Fidel Castro, “culpable”
Al referirse al impacto de la globalización dijo en broma: “Hoy en día sufro de artritis y culpo a Fidel (Castro, fallecido presidente de Cuba)”.
Si hubiera apertura…
De inmediato, el exlíder del sindicato Solidaridad explicó el motivo de su señalamiento: “Si el mundo hubiera estado abierto (en los años 80 y principios de los 90) habría viajado a Cuba a curar mi artritis”.
El modelo de Europa
El Premio Nobel de la Paz en 1983 añadió que afortunadamente se han abierto más puertas en el mundo y exhortó a seguir el modelo de la apertura en Europa.
