Le espera un año difícil a la economía mexicana, que cerró 2021 con una marcada tendencia a la baja. Y la posibilidad de revertir la situación y eliminar las barreras que le impiden avanzar hacia la recuperación se ve lejana, ya que requiere un cambio de dirección en las políticas económicas del gobierno federal.
Tras señalar lo anterior, el analista y profesor universitario Álvaro Cano Escalante advierte que la inflación es uno de los factores de riesgo que más temen los expertos en 2022. “Estamos viendo tasas de 7%, que han duplicado el objetivo proyectado por Banxico y que además son sólo promedios, porque los precios de numerosos productos y servicios de primera necesidad han subido mucho más”.
La inflación es un problema, está fuera de los límites aceptables y el consenso de los analistas es que las presiones continuarán, por lo que no se descarta que las previsiones haya que corregirlas al alza en función de cómo se desarrollen los acontecimientos.
Inestabilidad
Por otro lado, los mercados financieros y el tipo de cambio están mostrando volatilidad: el dólar rebasó los 21 pesos y luego volvió a bajar a niveles de 20, prosigue. Esta situación se seguirá presentando, por los vínculos que unen a la economía del país con los mercados internacionales, que también presentan estos vaivenes.
“En todo caso, estos indicadores están mostrando que hay inestabilidad económica. Este es el ambiente que prevalece en estos momentos y que va a continuar varios meses”.
Falta de respuestas
Y para hacer frente a la inestabilidad se requieren acciones concretas. Se sabe, por ejemplo, que buena parte de la presión inflacionaria tiene que ver con cuestiones internacionales, como el problema de las cadenas de suministro, que está encareciendo el transporte, o la recuperación del mercado internacional petrolero, que hace crecer los precios de la energía.
“Ante esto, los gobiernos deben tomar medidas concretas, específicas que permitan contrarrestar los incrementos de los costos y por tanto de los productos y servicios. Esto no lo estamos viendo en México”.
A juicio del académico, sólo Banxico ha reaccionado en busca de soluciones, pero el Ejecutivo y el Legislativo, que tienen a su cargo la política fiscal, no dan muestras de querer implementar verdaderas medidas de ajuste. “En términos de propaganda se habla de ahorros, de austeridad, que no son más que engaños, cuentos con que nos venden humo”.
Esta austeridad es interpretada, sigue. No se está gastando menos, el Presupuesto de Egresos aumenta cada año en términos reales. Lo que se está haciendo es quitarles recursos a programas que recibían financiamiento y llenar con ese dinero público bolsas destinadas a las actividades “prioritarias” del presidente.
Una “falsa” austeridad
Cano Escalante afirma que en términos macroeconómicos no sólo no hay austeridad, sino que estamos viendo alzas en los precios de la energía y en tasas impositivas, nuevos impuestos, como el que se comenzó a cobrar en Ciudad de México a las plataformas digitales por el uso y explotación de la infraestructura pública. “El gobierno está buscando desesperadamente recursos adicionales para llenar esas bolsas de apoyo al presidente”.
“Hay que decirlo claramente: el gobierno no sólo no es austero, sino que es derrochador. Usa dinero público para apoyar organismos y proyectos de bajo impacto económico o que están mostrando ser un problema sin solución, como Pemex”.
El caso de Pemex está afectando las finanzas públicas, señala. La paraestatal ha recibido en los últimos tres años cantidades insanas de dinero público, tanto de manera transparente, abierta, como también de forma oculta para ayudar a sostener sus finanzas, con la idea de AMLO de que sea la compañía principal de México, que no lo es y que no lo va a ser. “Se está quemando dinero público en este tipo de ideas que lamentablemente están destinadas al fracaso”.
La política fiscal no está dirigiéndose al tipo de medidas que exigen estos tiempos de inestabilidad económica, que requiere mayor prudencia en el gasto y en las inversiones públicas, acomodar mejor el presupuesto, impulsar actividades que tengan realmente un efecto multiplicador de la economía.
“No está pasando eso y por tanto no se puede eliminar esa barrera con que la economía mexicana se topó en 2021 y que le obliga a seguir una ruta descendente”.
En el mapa de riesgos, el analista incluye las dudas en torno a los órganos autónomos relacionados con las decisiones y la información económica en el país, empezando con Banxico, que estrenó el primer día del año una gobernadora afín —por decirlo suavemente— con López Obrador.
“Afortunadamente, dirige la política monetaria una junta de gobierno y las decisiones se toman por mayoría. Que haya contrapesos dentro de Banxico es un punto positivo, pero vemos que en la junta cada vez hay más personas —había dos— que trabajaron en la campaña de Morena y fueron activos promotores del voto para AMLO. Queda entonces la duda de qué va a pasar, si Banxico logra o no mantener la autonomía que lo caracteriza desde hace años”.
Dudas razonables
A esto hay que sumarle el nombramiento de otra funcionaria muy cercana al presidente como directora del Inegi, organismo autónomo encargado de medir los indicadores macroeconómicos. “Ya vimos lo que pasó en el gobierno de Peña Nieto, cuando el instituto cambió el método oficial de medir la pobreza para recortar artificialmente el número de pobres en el país”.
Estas dudas arrojan más incertidumbre y reducen la confianza en la economía mexicana, afirma. Para 2022 el horizonte está lleno de nubarrones, incluso no pocos economistas advierten, tanto para México como para EE.UU., el peligro de una segunda recesión.
“No hemos salido de la primera y la segunda está a la vuelta de la esquina. Técnicamente ya dimos el primer paso: para entrar en recesión se requieren dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo y en el penúltimo de 2021 ese fue el caso de México. Si el último reporta una nueva baja del PIB, ya estaremos en recesión. Pequeña, ligera, tal vez pasajera, pero recesión”.
Y quienes manifiestan esa preocupación temen que la caída no sea sólo de dos trimestres, sino que se extienda seis meses más. “O sea, si se confirma esta nueva reducción del PIB, no empezaríamos a superarla sino hasta la segunda mitad del año”.
Un escenario oscuro ante la inflación
Y oscurece aún más el escenario el agravante de la inflación. Banxico dice que no va a pasar del 8%, que va a empezar a disminuir a mediados de año, aunque no todos coinciden con esta proyección. “Pero suponiendo que fuera así, aún tendríamos un principio de año con precios altos, sería una cuesta de enero endurecida por una alta inflación”.
“La inflación es un problema muy serio. Si los mercados no reaccionan como Banxico espera y el incremento de precios llega al 10%, que no es tan improbable, estaríamos ante un panorama de estancamiento de la producción con inflación elevada, lo que se conoce como estanflación. Si llegamos a este punto, podríamos ver efectos en la economía peores incluso que los vividos en 2020”, dice.
En opinión del analista, de seguir las cosas como van a México no le alcanzaría ni con el tirón de la recuperación de Estados Unidos.
“Desde finales de 2020 Estados Unidos regresó a los niveles previos a la pandemia, pero México se quedó atrás. Esto es, ese jalón ya ocurrió y no sirvió para que la economía mexicana lograra recuperarse”.
Ahora se habla de una segunda recesión en EE.UU. Por esta razón el gobierno de Biden no ha querido imponer un nuevo confinamiento —como está ocurriendo en Europa— en esta nueva ola de Covid. Está tratando a toda costa de evitar una nueva desaceleración de su economía, pero nadie sabe si esto realmente va a funcionar.
La FED ya comenzó su política de incrementos en la tasa de interés, los cuales tienen un sesgo recesivo, porque inhiben las actividades económicas. “Entonces no está segura la recuperación de EE.UU. y de allí en parte la volatilidad de los mercados financieros, porque no saber qué va a pasar con la economía estadounidense en 2022 genera incertidumbre en todo el mundo”.
Inflación Riesgos
La inflación es uno de los factores de riesgo que más temen los expertos en 2022.
Desbocada
Según analistas, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) habría alcanzado en diciembre un incremento interanual cercano al 7.51%. De confirmarse la estimación, se trataría del registro más alto desde 2001, año en que la inflación se ubicó en 8.1%.
Confirmación
El Inegi dará a conocer pasado mañana (viernes) la cifra oficial.
Inflación objetivo
El incremento superó por mucho el objetivo oficial de Banxico, de 3% +/- un punto porcentual.
Productos
En diciembre, el aumento del INPC se vio impulsado por alzas de precios en alimentos procesados, mercancías y productos pecuarios.
Fenómeno mundial
La inflación se ha convertido en un fenómeno mundial en plena recuperación pospandémica. Problemas de transporte y la escasez de ciertos productos han impulsado los precios al alza.
