Para responder a los desafíos del momento como la polarización, la violencia y la desigualdad social es importante que nazca una nueva generación de empresarios que generen esperanza de una mejor sociedad en México, manifestó el doctor Rodrigo Guerra durante su participación en el Encuentro Nacional de Líderes Empresariales en el marco del 65 aniversario de la Unión Social de Empresarios de México (USEM).
En entrevista vía Zoom con los medios después de su conferencia “Principios éticos universales como herramienta de construcción económica y social”, el secretario de la Comisión Pontificia para América Latina (PCAL) señaló que la nueva generación de empresarios debe creer en su capacidad productiva altamente participativa que caracteriza a la economía libre, procurar lo mejor para la sociedad, fomentar que los grupos y personas aprendan lo mejor de los demás, que dialoguen para que lleguen a acuerdos que verdaderamente solucionen desacuerdos y que propongan soluciones positivas.
“No deben reaccionar porque los reaccionarios no tienen futuro. La nueva generación de empresarios son de propuestas, alegres y propositivos. Esos son los que están llamados a generar esperanza en la sociedad. Por ello es muy bueno que la USEM haya impulsado este espacio para que los líderes empresariales mexicanos escuchen y construyan los valores éticos, principios y el bien común de todos porque vivimos en una sociedad plural, con muchas creencias, pero todos necesitan de una sociedad que facilite el trabajo, que permita llevar los alimentos a sus familias y que vivan con felicidad”.
“La doctrina social cristiana es buena, nos ayuda a mirar mejor el mundo contemporáneo porque parte, no tanto de lo económico porque todo ser humano es persona y tiene dignidad y merece respeto”, recalcó.
Realismo extraordinario
“El empresariado está llamado a colaborar con todos, en especial con los más vulnerables. En la conferencia que ofrecí, expliqué que hay un tejido social fracturado y hay que sanar las heridas que deja tanta violencia. Los empresarios están llamados a la colaboración y la entrega de bien común para los demás”.
Además, dijo que es triste ver la guerra grave que ocurre entre Rusia y Ucrania, las condiciones de vida y política de Nicaragua, Cuba, Brasil, Venezuela, Panamá y México que adquiere un nivel de realismo extraordinario “donde no creen en la violencia” y esas sociedades necesitan una regeneración y un bálsamo que cure sus heridas sociales.
Se le preguntó sobre el significado de la economía al servicio de la felicidad humana que estuvo en una de las tres etapas básicas, como es escuchar, dialogar y proponer. Y lo explicó de esta forma: “Hubo filósofos como Aristóteles en la economía de la antigüedad que consideraban la felicidad como el bien supremo. Entonces, descubrir el tema de la felicidad era la tendencia porque la lectura de ese tiempo es que la felicidad no se hace solo con la economía, a veces países individualistas como Estados Unidos procuran la felicidad. Se estudian las condiciones, hay un enorme debate sobre cuál es la naturaleza de la felicidad y esto es algo que se está volviendo tendencia sobre la apreciación de Aristóteles”.
Plenitud humana
“La felicidad no es solo estar contentos y tener éxito, la felicidad apunta a la plenitud humana. Por ello, la economía que busca ayudar a ser felices a las familias es responsabilidad social, se necesita una generación de empresas que ayude al redescubrimiento de la felicidad y que aporte un modelo de desarrollo global integral, esos son signos de nuestros tiempos actuales”.
Otra pregunta fue sobre de qué forma cuando llega una empresa a un lugar contribuye al desarrollo del país.
“Cuando llega una empresa fortalece las cadenas productivas locales y no las extermina. Se debe realizar estudios de impacto económico para promover la llegada de empresas y para que no haya apertura indiscriminada que destruya lo que han construido por generaciones en las comunidades y deben cuidar el impacto ambiental”, señaló el doctor Guerra.
Peces gordos
“No está bien afectar el medio ambiente y acabar con las microeconomías porque va a terminar lastimando a la sociedad a la que se debe la empresa. En Querétaro me tocó conocer el caso de la llegada de dos o tres cadenas comerciales muy grandes, ofrecían productos a bajo costo y fueron arrasando a los pequeños comercios. Hubiese sido distinto, si planearan el impacto porque los micronegocios habrían encontrado un nuevo nicho comercial, se pudieron haber preparado o dedicarse a otras actividades sin lastimarlos”, apuntó.
“Lo que es una verdad es que la fortaleza productiva de México es un 90% de la producción de micros y pequeñas empresas”, reiteró. “Creen que el empresario es aquel que viste con traje, eso solo existe en las caricaturas de la izquierda. La clase empresarial está hecha de hombres de trabajo muy sacrificados y deben ser valorados, procuran el bien común, pero sí hay peces gordos que se aprovechan de los novatos”.
