Una de las tradiciones más representativas de la Navidad es la colocación del Nacimiento.
Esta costumbre, que ha sido transmitida principalmente por las generaciones mayores, sigue siendo un pilar fundamental en los hogares de muchas familias y, a su vez, una fuente importante de ingresos para los comerciantes.
“Ahora se está moviendo mucho, hay muchas personas que están comprando nacimientos, tanto de fibra como de yeso”, comentó Jorge Escalante Zunza, vendedor de nacimientos.
“Las ventas no han bajado desde octubre; lo que sí se nota es que el interés está más en los adultos que en los jóvenes”, añadió.
Según él, los modelos más vendidos son los pequeños y medianos.
Roberto Chan Uk, también comerciante en este rubro, destacó el auge en la venta de nacimientos, tanto completos como por piezas, que tienen precios desde los $100 hasta los $400 por unidad. Los nacimientos medianos son los más demandados.
En cuanto a los nacimientos de fibra de vidrio, los precios varían entre $1,500 y $6,000, aunque el más caro alcanza los $25,000, correspondiente a los modelos más grandes.
Los de yeso, en cambio, oscilan entre los $50 y $400.
Compradores compartieron sus opiniones y preferencias.
Ivette Montiel Pereira, quien buscaba un Nacimiento para regalar, comentó que “no tenemos la costumbre de poner el Nacimiento, aunque me gustaría regalar uno de pasta”.
Rosi May, quien sí mantiene la tradición, lamentó la falta de interés entre los jóvenes: “Pongo el Nacimiento desde que mis padres lo hacían, pero creo que se está perdiendo la tradición. Los jóvenes no están siendo instruidos en esta costumbre. Cada vez son menos los que se interesan”.
Emilio Guillén Castellanos acudió con su familia y también reflexionó sobre el tema.
“Creo que es una tradición muy religiosa, más propia de personas de 40 años o más. Las nuevas generaciones, algunos por la familia, siguen poniéndolo; nosotros antes hacíamos uno grande, tipo maqueta, y ahora uno más pequeño para conservar la tradición”, dijo.
Se registran altas ventas gracias a los adultos mayores quienes mantienen viva la tradición, tratando de inculcar a los jóvenes que continúen con ello.
