A raíz de la reciente imposición de nuevos aranceles por parte del gobierno estadounidense, Juan Manuel de los Reyes, director de Estrategias y Producto, y Claudia Batlle, Chief Investment Officer, impartieron la videoconferencia “Llegaron los aranceles: ¿qué significa esto para la economía y los mercados?”.
En la conferencia organizada por Vector Global, los ponentes ofrecieron una radiografía detallada del potencial impacto de la aplicación de aranceles.
Como informamos, el presidente Donald Trump declaró recientemente una emergencia económica, decisión que le otorga facultades legales bajo la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (Ieepa). A partir de ello, se anunció un arancel general del 10% a todas las importaciones, con tarifas especiales para sectores y países específicos.
Desde del 3 de abril, el acero, el aluminio y los automóviles comenzaron a enfrentar tarifas del 25%. Para China, los aranceles ahora alcanzan un 54% combinado, lo que representa un duro golpe para el comercio entre ambas naciones.
Pese a la tensión, Juan Manuel de los Reyes destacó que EE.UU., parte de una posición económica sólida. “Estamos en un buen momento. La economía ha crecido mucho gracias al consumo interno, que representa casi el 70% del PIB”.
Sin embargo, aclaró, ese consumo depende en parte del comercio exterior.
Uno de los puntos más sensibles será la inversión, tanto pública como privada. “La inversión gubernamental ha sido clave para el crecimiento reciente, y la imposición de aranceles podría frenar ese impulso”.
De los Reyes también recordó que EE.UU., ha tenido tradicionalmente una balanza comercial negativa, lo que significa que importa más de lo que exporta. Esta situación ha sido uno de los argumentos centrales del expresidente Trump para justificar los nuevos aranceles.
La inflación es otra variable que podría resentirse. En 2022 llegó al 9.1%. Hoy ronda el 2.8%, pero De los Reyes advirtió que la entrada en vigor de los aranceles puede revertir esa tendencia, y que la Reserva Federal enfrentará una disyuntiva: frenar una posible desaceleración económica o mantener el control de la inflación.
Otro aspecto a considerar es el déficit fiscal, que actualmente asciende a 1.8 billones de dólares. Parte del argumento a favor de los aranceles es que pueden ayudar a reducir esta deuda. Con una recaudación estimada del 20% anual sobre los 3 trillones de dólares en importaciones, se calcula que el déficit podría bajar a la mitad.
Uno de los efectos más inmediatos se verá en las compañías que dependen de insumos o manufactura desde China. El nuevo arancel del 34%, sumado al ya existente 20%, representa una carga del 54% para productos seleccionados.
De acuerdo con Claudia Batlle, los sectores más golpeados por la nueva política han sido tecnología, consumo discrecional y comunicaciones, los cuales, paradójicamente, fueron los que mejor rendimiento tuvieron el año pasado.
En contraste, los sectores más defensivos, como el consumo básico, salud y servicios públicos, han mostrado mayor resistencia.
Dentro del contexto global, México y Canadá, socios del T-MEC, parecen haber salido mejor librados. Los productos que cumplen con los requisitos del tratado no enfrentan nuevos aranceles. Sin embargo, algunos rubros específicos, como el acero, el aluminio y los automóviles, sí están sujetos a un 25% si no cumplen con las reglas de origen. Aun así, estos porcentajes podrían reducirse si se avanza en temas como la cooperación antidrogas, sugirió De los Reyes.
Pese al tono alarmante, tanto De los Reyes como Claudia Batlle coincidieron en que las medidas podrían suavizarse. “Esto parece más una jugada de ajedrez que una decisión definitiva”, apuntó la experta, tras señalar que ya se han iniciado acercamientos, como el de Vietnam, y se espera que más países y empresas busquen negociar.
Aun con esas posibles soluciones, los mercados siguen navegando en aguas turbulentas. El S&P 500, por ejemplo, ha caído un 15% en lo que va del año.
“Estamos en un entorno superconfuso”, señaló Batlle.
