La crítica al gobierno de parte de los ciudadanos, las agrupaciones cívicas y las cámaras empresariales está “acalambrada”, no solo por la percepción de que muchos funcionarios del gobierno podrían ser socios del crimen organizado y ejercer represalias, sino también por un creciente sentido de indefensión jurídica, señala el doctor Luis Ramírez Carrillo.

“El Poder Judicial del Estado, hecho a modo, está cooptado por el gobierno, lo que provoca un sentimiento de debilidad entre la gente, de que la justicia no está de su lado”, expresa.

Además, dice, los partidos de oposición no cumplen su papel de ejercer la crítica y “están pegados a la pared, muertos de miedo”, porque Morena les “chupó” a todos sus militantes y ahora carecen de fuerza y legitimidad.

Por si fuera poco, la sociedad civil permanece callada y, al parecer, indiferente ante las denuncias de corrupción, “aunque esto puede cambiar en cualquier momento”, anticipa.

En la tercera y última parte de la entrevista que concedió al Diario para analizar las causas que inhiben la crítica al gobierno, Ramírez Carrillo dice que la indefensión jurídica es otro elemento importante que “acalambra a la crítica social, a la sociedad civil y a las cámaras empresariales”.

“La cooptación del sistema judicial, de lo que mucha gente no se percata aunque sí la pueden ver un empresario, un político de oposición, un intelectual, una persona que analice la situación, un periodista. Ellos se dan cuenta de que el nuevo sistema judicial está hecho a modo, pues se desmanteló la infraestructura anterior y ahora estamos plenamente en manos del gobierno”.

“Si éste está en manos del crimen organizado y el Poder Judicial queda en manos del gobierno, estamos hablando entonces de que estamos en la indefensión”.

“A esto súmale la sensación de miedo y debilidad de la gente frente al aparato de justicia”, añade Ramírez Carrillo. “Los ciudadanos se sienten débiles, piensan que la justicia no está de su lado y que no los defenderá. Perciben que los jueces obedecen las órdenes de los políticos y éstos siguen las órdenes del crimen organizado. Por eso mejor no critico y me callo, piensan”.

El tercer elemento que a juicio del entrevistado inhibe la crítica es la debilidad de la oposición.

Política sin oposición

“Los partidos políticos PAN, PRI y Movimiento Ciudadano hacen un papel muy débil, muy triste, muy lejano y no ejercen la crítica, salvo honrosas excepciones. Ellos también sienten miedo y están indefensos y muy debilitados”.

“Están pegados a la pared, porque Morena creció en gran medida cooptando a los cuadros de la oposición, vació sus bases y en este sentido los deslegitimó totalmente, hasta dejarlos sin liderazgos.

“Ahora lo que vemos es una oposición debilitada numéricamente, pero sobre todo debilitada en sus cuadros. ¿Cómo puede jugar el PRI, por poner ese caso, un papel de oposición si sus dirigentes y principales operadores se pasaron a Morena?”

“¿Qué oposición puede desplegar ese partido si Jorge Carlos Ramírez, Felipe Cervera o Mauricio Sahuí se volvieron morenistas y el presidente de ese partido, Francisco Torres, seis meses antes de las elecciones se fue a Morena y ahora despacha en la Japay?”

“Los cuadros de la oposición fueron cooptados y comprados por Morena y gracias a eso y a los cuantiosos recursos económicos que ese partido recibió a lo largo de la campaña —y que se evidenciaron en el masivo cierre de campaña de Joaquín Díaz Mena—, Morena pudo ganar los comicios.

Pero estas circunstancias generan entre la gente, explica Ramírez Carrillo, la percepción de que “aquí también creo o concedo la posibilidad de que mis gobernantes y dirigentes estén controlados o sean socios del crimen organizado”.

Según Luis Ramírez, otra manifestación de la falta de crítica al gobierno y de reacción social ante la corrupción gubernamental —el último caso visible fue el intento de soborno a un restaurante por funcionarios de la Secretaría de Salud de Yucatán— es la aparente indiferencia y pasividad de la sociedad civil.

“La sociedad civil no se va a parar por el intento de extorsión al Sonora Grill, pero está registrando esa y otra información y se puede levantar apenas haya un detonante”, explica el entrevistado. “Tampoco se le puede dar por muerta porque no se exprese ahora. Dentro de dos o tres años algo pasará, y en ese instante se arma un problema enorme”.

“La gente puede no decir nada ahora de las anomalías de las autoridades, pero las ve, las sabe. Conoce el ‘run run’ que hay sobre el favoritismo gubernamental en la adjudicación de contratos o en el desvío de recurso en todos los niveles y lo cree no porque lo haya leído en el periódico, sino porque se lo cuentan personas cercanas a quienes les cree”.

“La sociedad civil puede parecer indiferente y lo será hasta que ocurra un acontecimiento, no sabemos de qué tipo, que la haga reaccionar”.

“Lo vimos en Tekit en enero, donde según los vídeos que circularon ocurrió el linchamiento de un joven ante más de 200 personas, incluyendo a niños y ancianos, que estaban contentos y aplaudían mientras le aplastaban la cabeza a ese muchacho. Esto demuestra que algo está pasando en Yucatán”.

¿Qué tipo de acontecimientos puede detonar el levantamiento de los ciudadanos?

“Que ocurra algo que hasta ahora las autoridades cuidan mucho de que no ocurra: la presencia pública del crimen organizado, con la violencia que éste desata”, responde.

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