El cambio de año es, para muchos, un momento cargado de significados. En Yucatán, una de las tradiciones que simboliza el cierre de ciclos y la esperanza de un nuevo comienzo es la quema del muñeco de Año Viejo, un ritual con el que las familias buscan dejar atrás lo negativo y recibir con optimismo el año entrante.

No obstante, en los últimos años esta costumbre ha ido en declive, pues se observan menos muñecos en la puerta de las casas y esto responde también a cuestiones de seguridad, ya que estos van cargados con pirotecnia. También se registran cambios en las dinámicas familiares o por la sustitución de la tradición con alternativas como la compra de piñatas, que se rompen como parte de la celebración de fin de año.

Para la familia de José Fernando Uribe Ku, la elaboración y quema del muñeco de Año Viejo sigue siendo una tradición profundamente arraigada, que mantiene viva como un acto simbólico de memoria, unión familiar y renovación.

Una tradición de más de 30 años

De acuerdo con José, la iniciadora de esta costumbre fue su abuelita, Nelly Guadalupe, quien enseñó a sus hijos y, posteriormente, a las nuevas generaciones de la familia. Señaló que, desde que tiene memoria, en su hogar siempre se ha elaborado el muñeco para estas fechas, por lo que calcula que la tradición familiar tiene ya más de 30 años de antigüedad.

Uribe Ku compartió que esta tradición ha ido evolucionando con el paso del tiempo, ya que no solo se limita a la quema del muñeco, sino que al término de ésta se realiza un espectáculo de pirotecnia. Esta parte se sumó a la celebración hace aproximadamente 15 años.

La familia lleva a cabo estas actividades en la colonia Cordemex, donde los vecinos ya esperan con entusiasmo la fecha para presenciar el encendido del muñeco.

José mencionó que la elaboración del muñeco comienza días previos al fin de año. Precisamente el martes 30 de diciembre se reunieron para darle los acabados finales y dejarlo listo para el día 31.

Al muñeco se le añade de todo: desde bombitas que emiten luces hasta distintos tipos de explosivos, lo que lo convierte en un atractivo visual para quienes se dan cita.

Como ya es costumbre, los vecinos salen de sus casas para observar la quema. A esto se suma la colocación de una cascada de pirotecnia, una hilera de petardos, el lanzamiento de voladores y otros fuegos artificiales.

José comentó que la familia invierte una cantidad considerable para lograr este espectáculo, al grado de que, desde que inicia el año, comienzan a hacer sus “guardaditos” destinados exclusivamente para el Viejo.

Aproximadamente 30 mil pesos es lo que se invierte en la pirotecnia utilizada para despedir el año. El material es adquirido en Halachó, municipio donde el proveedor ya espera el pedido, pues se trata del mismo desde hace varios años. Debido a la cantidad de pólvora solicitada, el encargo se realiza con meses de anticipación.

José afirmó que tiene toda la intención de continuar con esta tradición y enseñársela a sus hijos, con el objetivo de preservar un recuerdo familiar que ha marcado a varias generaciones. Compartió también que, durante la quema del muñeco, incluso han tenido la presencia de extranjeros que se acercan atraídos por el espectáculo. Para quienes se encuentren cerca de esta colonia, la sede del Año Viejo es el parque, donde minutos antes de la medianoche comienza la quema.

En contraste, en el centro de la ciudad se pueden encontrar piñatas de Año Viejo cuyos precios oscilan entre los 120 y 180 pesos. Existen de diversos diseños, aunque siempre conservan elementos tradicionales como la ropa gris, la banda de Año Viejo, el bastón y, en algunos casos, el sombrero. Juan Sosa, locatario del centro, mencionó que las ventas en general han sido bajas y que el año pasado les fue mucho mejor. Añadió que estas piñatas suelen comprarse para rellenarlas con dulces o pirotecnia.

Así, entre muñecos, fuego y recuerdos que se consumen para dar paso a lo nuevo, algunas familias yucatecas mantienen viva una tradición que, aunque cada vez menos frecuente, sigue encendiendo la noche del último día del año.