Luego de que El Buró Federal de Investigaciones (FBI por su nombre en inglés) confirmó el secuestro de las cuatro personas del vecino país en México el domingo 5 de marzo y las autoridades mexicanas confirmaron el hallazgo de las víctimas la madrugada de este martes 7 de marzo con saldo de dos asesinados, se informó que los cuerpos de los estadounidenses serán repatriados.
Secuestro de estadounidenses en México: los cuerpos serán repatriados
El secuestro de estadounidenses en México fue a cuatro ciudadanos que fueron privados de su libertad en Matamoros, Tamaulipas y durante la conferencia matutina del martes siete de marzo, dos de ellos fueron confirmados como asesinados por el Gobernador del estado, Américo Villarreal.
Se trata de los cuerpos de Shaeed Woodard y Zindell Brown, estadounidenses que fueron encontrados sin vida luego de ser secuestrados por miembros del crimen organizado en Matamoros, Tamaulipas.
Los cuerpos de los estadounidenses serán trasladados este jueves 9 de marzo a las 9:00 horas directamente a Estados Unidos, luego de haberles practicado la autopsia de ley.
Las autoridades confirmaron que el motivo de la muerte de los norteamericanos fue por heridas de arma de fuego, aunque no especificaron el número de impactos, por lo que se espera dentro de poco se emita un comunicado oficial que explique los detalles.
Fuentes extraoficiles indican que al concluir las autopsias en el Servicio Médico Forense de la Fiscalía General de Justicia y terminar con los procesos legales donde familiares de las víctimas solicitaron los cuerpos, se pidió que se entreguen directamente en Estados Unidos.
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El asesinato de los dos estadounidenses por carteles de la droga mexicanos ocurre en un punto álgido de la guerra contra el narcotráfico en México que no reconoce el presidente Andrés Manuel López Obrador pero se azota cada vez con mayor intensidad a todo el páis.
El asesinato y scuestro de estadounidenses en México suma un motivo más para que el vecino país intervenga en el combate a la delincuencia organizada que opera a sus anchas en el país, pues los legisladores estadounidenses pugnan contra el tráfico de fentanilo.