CIUDAD DE MÉXICO.— Amal, la marioneta gigante que representa a una niña refugiada siria de 10 años, llevó su mensaje de esperanza y empatía, al corazón del Centro Histórico.

Tras visitar sitios emblemáticos de Ciudad de México, como el Senado de la República y Ciudad Universitaria, ayer “la pequeña” visitó la Plaza de la Constitución, donde cientos de personas, entre ellos decenas de niñas y niños la acogieron con gritos de emoción.

“La causa de Amal es la causa de los niños migrantes centroamericanos, caribeños latinoamericanos, africanos y asiáticos que atraviesan nuestro continente buscando el llamado sueño americano”.

“Ha recorrido el país y entró al hemisferio por la vía de Estados Unidos (…) cruzó la frontera mexicana y entró a Latinoamérica por Tijuana y se enfrentó al muro de hierro”. Así dio la bienvenida el jefe de gobierno Martí Batres a la pequeña Amal.

La marioneta gigante recorrió la calle de Madero, del Zócalo a Bellas Artes, acompañada de niñas en zancos, vestidas con trajes con tejidos y colores representativos de Michoacán, Estado de México, Querétaro y Aguascalientes.

En su caminar, cientos de niñas y niños, muchos de ellos en hombros de sus padres, le gritaban a la pequeña Amal, que se volteaba mientras estiraban sus manos para saludarla.

Antes de dejar el Zócalo, estudiantes de la Escuela de Danza Contemporánea Ollin Yoliztli, presentaron un espectáculo con canciones como “América” de Calle 13.

La marioneta, de 3.5 metros de altura, es el símbolo de millones de niños y adolescentes refugiados en todo el mundo. De los 114 millones personas desplazadas en todo el mundo, pero principalmente en países en guerra, el 25 por ciento son niños, niñas y adolescentes, alertó la representante adjunta de ACNUR México, René Caipers.— Excélsior

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