La ayuda llega lentamente a las calles junto a la ribera del río Cazones, donde los habitantes han tenido que sobrevivir seis días entre lodo, escombros, agua estancada y el olor de lixiviados. La imagen, de El Universal, corresponde a Poza Rica
La ayuda llega lentamente a las calles junto a la ribera del río Cazones, donde los habitantes han tenido que sobrevivir seis días entre lodo, escombros, agua estancada y el olor de lixiviados. La imagen, de El Universal, corresponde a Poza Rica

Casi una semana después del azote de las lluvias y desbordamiento de ríos en varios estados del país, aún hay personas que viven en situaciones insalubres, con riesgo de enfermedades, y piden apoyos de alimentos y ropa, entre otras cosas.

Una de las zonas más afectadas fue Poza Rica, Veracruz, donde muchas personas se quejan de que aún no les llega la ayuda anunciada por las autoridades.

Tras las inundaciones, la gobernadora Rocío Nahle niega fallas en Veracruz

En Veracruz, la gobernadora Rocío Nahle negó que Protección Civil haya incurrido en fallas u omisiones para prevenir la tragedia por el desbordamiento del Río Cazones.

Aseguró que las alarmas sonaron a tiempo y personal del Estado realizó perifoneo para alertar a la población antes de que llegara la creciente.

“Aquí en Poza Rica, a las tres de la mañana, el día de los hechos, la alarma de Pemex sonó y Protección Civil empezó a vocear. De esa manera se pudo evacuar a miles de personas. […] Sí, sonó la alarma y no había manera de medir la cresta antes”, afirmó.

Explicó que las inundaciones que devastaron el norte del Estado se deben a la combinación de lluvias excepcionales y a la ubicación geográfica de Veracruz, donde confluyen los caudales provenientes de San Luis Potosí, Hidalgo y Puebla.

Aseguró que el desbordamiento de los ríos Cazones, Pantepec y Moctezuma fue resultado de un fenómeno regional que rebasó la capacidad de los cauces y no de fallas en el sistema de alerta.

Afirman que es prioridad apoyar a personas en situación delicada

Nahle, ex secretaria de Energía, indicó que entre las prioridades del gobierno para apoyar a la población está la operación de puentes aéreos con apoyo de Marina, Defensa y helicópteros de los gobiernos de Tamaulipas y Nuevo León, así como de la Fundación Telmex, para trasladar víveres, medicamentos y personas en situación delicada.

Destacó las labores de ayuda humanitaria, atención médica, limpieza y restablecimiento de caminos, con o sin maquinaria que han realizado los jarochos y la enviada desde varios estados, principalmente la Ciudad de México.

Los apoyos a damnificados, a través de Bienestar

Aseguró que hay dinero, tanto federal como estatal, para los apoyos para la población damnificada.

Los recursos, subrayó, se canalizarán principalmente a través de los programas de Bienestar, encargados de levantar el censo de daños y distribuir los apoyos directos a las familias que perdieron sus bienes o viviendas.

Sin embargo, las palabras de la gobernadora no tienen eco entre numerosas familias de Poza Rica afectadas por las inundaciones, quienes hasta ahora no reciben ni lo mpas básico y viven entre lodo, en el “mejor” de los casos.

En redes sociales circulan videos de ciudadanos que piden apoyo ante las afectaciones que causaron las lluvias y el desborde de ríos.

Algunas solicitan apoyo para retirar el lodo de sus casas, animales muertos y atención de salud debido a brotes de enfermedades en la piel y vías respiratorias.

En Poza Rica claman por alimentos

Rosa Elena Pulido, habitante de la colonia Lázaro Cárdenas, explicó que las despensas ayudan, pero necesitan alimentos listos para consumir, ya que no tienen dónde cocinar.

“El lodo no termina de salir, no hemos podido ir a trabajar porque perdimos todo, ni ropa, ni zapatos”.

“SOS, también existimos”, dicen en Poza Rica

Al fondo de la colonia Gaviotas, en el andador Pavoreales, hay un letrero que dice “SOS AL FONDO TAMBIÉN EXISTIMOS, VENGAN POR FAVOR”.

Lo colocó Silvia Hernández como una llamada de auxilio de esta calle lejana, a donde ayer miércoles, cinco días después de la inundación, apenas llegó el Ejército y autoridades locales.

La dueña de la penúltima casa en la zona, cerca de la ribera del río, vio pasar, desde el sábado, camionetas de auxilio y también a funcionarios tomándose fotos en la entrada, pero nadie fue hasta su calle que ayer aún estaba enterrada bajo medio metro de lodo.

“Puse ese cartel porque toda la ayuda llega a la entrada y para acá nos tienen olvidados. No teníamos comida, no teníamos agua, no teníamos nada”.

“Esto no es un reclamo, es una llamada de auxilio para que se acuerden que también existimos hasta el fondo de las Gaviotas”.

Con información de El Universal y redes sociales