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El Informe sobre la Desigualdad Global 2026 revela que México mantiene niveles de desigualdad considerados “extremadamente altos”, ya que 10% de la población concentra 71% de la riqueza nacional.

Aunque el país ha logrado avances modestos en la última década, impulsados principalmente por el aumento salarial y mayor participación laboral femenina, la desigualdad sigue siendo una de las más elevadas del mundo.

Leve reducción de la desigualdad en México en una década

Al referirse a Latinoamérica, México muestra una leve mejora frente a Brasil y Colombia, donde la brecha se amplió.

Sin embargo, continúa por encima de estándares internacionales: el 1% más rico del país controla 38% de la riqueza total.

Expertos señalan que México redujo su desigualdad en un tercio gracias al incremento del salario mínimo, aunque persiste una estructura altamente concentrada, donde el 50% con menores ingresos apenas capta 8% del ingreso y 2.3% de la riqueza.

El 10% de los que más ganan capta alrededor de 59% del ingreso total, mientras 50% con menos ingresos recibe sólo el 8 por ciento, señala el informe.

El economista mexicano Ricardo Gómez Carrera señaló a la agencia EFE que en entre 2014 y 2024 en México y Chile disminuyó un poco la desigualdad, pero sigue en niveles extremadamente altos, mientras en Colombia y Brasil aumentó un poco.

¿Cómo reducir la desigualdad?

México ha experimentado el cambio más notable en esos 10 años y ha pasado de ser el más desigual de los grandes países latinoamericanos en términos de ingreso, con una brecha que se ha reducido en un tercio, y eso fundamentalmente por el aumento de los salarios mínimos, subrayó Gómez Carrera.

“La desigualdad se puede reducir si hay políticas redistributivas (con ayudas sociales a partir de lo recaudado con los impuestos) pero también con políticas predistributivas (…) como el aumento del salario mínimo”.

Pese a todo, añade, su patrón de la distribución de riquezas se mantiene muy polarizado, con 70.6% en manos del 10% más rico y 2.3% en el del 50% más pobre.

  • Con información de El Economista y EFE