ESPITA.- El codzobe se ha vuelto un platillo tradicional de la villa espiteña, sobre todo para esta temporada de cuaresma que es cuando incrementa la demanda de las familias no solo de esa comunidad sino de municipios vecinos.
Los hay desde sancochados, horneados, en pib, asados, pero lo que más busca la gente son los codzobes fritos.
Aunque originalmente el platillo, parecido a un tamal, se rellena con ibes, pepita molida y cebollina, las cocineras han cambiando los ibes por los frijoles bayos rojos pues señalan que lamentablemente el costo de un kilo de ese frijol blanco ya superó los 100 pesos y la gente ya se acostumbró al bayo que incluso lo prefieren más.
Su precio por pieza va desde los $15 hasta los $25 pesos; lo curioso es que por las mañana se consigue con mayor facilidad el codzobe frito y por las tardes el sancochado.
Olga Pool Tuz tiene 69 años y desde hace 40 años aproximadamente se dedica a la venta de este codiciado alimento que ha traspasado fronteras pues lo que comenzó como una oportunidad para sacar adelante a su familia se ha vuelto en un negocio conocido de Espita.
Indica que en busca de idear algo diferente con el codzobe se le ocurrió freírlos en aceite, aunque era más tardado, al final el sabor era diferente, más crujiente y le gustaba a sus hijos por lo que comenzó hacerlo para vender.
Ante la necesidad económica para sacar adelante a sus 8 hijos, comenzó vendiendo verduras y algunas legumbres ya que su esposo trabajaba en el campo y no les alcanzaba el dinero.
Luego comenzó a hacer codzobes, después panuchos y salbutes que fue vendiendo en las calles, de casa en casa.
Después de la pandemia del Covid, las ventas en las calles las dejó y se dedicó junto con su familia a vender en su casa sin pensar que las bendiciones se multiplicarían.
Codzobes, platillo internacional
Sus codzobes son internacionales pues han llegado a Estados Unidos gracias a unos conocidos que probaron su guiso y en una de las visitas por la zona le encargaron para llevar.
También han tenido pedidos a Campeche, Tabasco, Cancún, Cozumel, Mérida y hasta gente de Tizimín que le compra pues solo ofrece codzobes fritos.
Dijo que gracias a ello mucha gente de Espita ya se dedica también a vender más el frito que el sancochado.
Hay días que vende más de 40 sobre todo cuando es para esta temporada de cuaresma.
Dijo que con el paso de los años y el trabajo diario la han agotado, por lo que ha pensado en dejar el negocio a una de sus hijas.
Añade que todos los días se levanta entre 2:30 y 3 de la mañana a preparar la pasa para comenzar a freír pues a las 5 de la mañana ya están pasando a su casa los primeros trabajadores que se van al campo por sus codzobes.
La mujer vive a cuadra y media del monumento conocido como “El Obelisco”.— WENDY UCAN CHAN







