(Artículo publicado el 13 de agosto de 2005)
Por Max GASTÓN
Se espera que la Suprema Corte de Justicia resuelva pronto sobre la apelación de Armando Medina Millet contra la sentencia de homicidio que le fue dictada como presunto responsable de la muerte de Flora Ileana Abraham Mafud en un juicio que ha comprendido 10 años: de 1996 a 2005.
En vista de la cercanía del veredicto de la Corte, es procedente citar algunos de los testimonios que se oponen a la sentencia de homicidio: los rendidos por el comandante José Enrique Medina Gamboa, el químico Fernando Ríos Covián, el teniente coronel Vicente Zárate Noble, el doctor Gonzalo Rosel Gómez, el Dr. Luis Alberto Navarrete Jaimes, el Dr. Eduardo de la Cerda González y el químico Adrián Waldo Capetillo MEDINA GAMBOA participó en la investigación judicial de la muerte, en 1995 y 1996, como jefe de la sección de Homicidios de la Procuraduría General de Justicia de Yucatán. Su testimonio dice:-Según los resultados de la prueba de rodizonato de sodio y la trayectoria de la bala, Flora Ileana sostuvo la pistola con ambas manos y se disparó cubriendo la mano derecha con la izquierda. Accionó el gatillo con el dedo pulgar derecho.
-Se puede descartar que alguien le haya disparado, porque tendría que ser un disparo descendente y no lo fue. El disparo fue prácticamente horizontal y, por tanto, no se puede hablar de alguien que esté parado frente a ella.
RIOS COVIAN también participó en la investigación judicial de la muerte, como perito del Servicio Médico Forense de la Procuraduría yucateca. Este es su testimonio:-La prueba de rodizonato de sodio, positiva, demuestra que Flora Ileana toma la pistola al revés, es decir, con el dedo pulgar de la mano derecha en el gatillo, y lo jala.
-Con la mano izquierda cubría la derecha y por eso había más indicios de disparo en la mano izquierda que en la derecha… Puso la mano izquierda sobre la derecha para afianzar el arma.
-La espectofotometría de absorción atómica en horno de grafito, realizada por la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, confirmó el resultado positivo de la prueba de rodizonato de sodio aplicada por la Procuraduría de Yucatán a las manos de Flora Ileana.
(Aunque rendidos en ocasiones distintas, sin ningún conocimiento del otro, los testimonios de Medina Gamboa y Ríos Covián coinciden casi en un 100 por 100).
ZARATE NOBLE, ex jefe del Estado Mayor de la 32a. Zona Militar con sede en Mérida, médico en Medicina Forense, especialista en Anatomía Humana y perito del Ejército especializado en heridas de armas de fuego. Estudió el expediente del juicio durante casi seis meses, en una investigación que incluyó tres visitas al juzgado 4o. de Defensa Social para examinar las evidencias. Su dictamen:-Muerte por suicidio, debido a un disparo a muy corta distancia.
-Los residuos de pólvora en la ropa de la joven Abraham Mafud y los granos de pólvora no quemados visibles en la radiografía del tórax indican un disparo casi pegado al cuerpo.
-La ausencia de tatuaje en la piel confirma un disparo a quemarropa, pues los efectos del fogonazo se alojaron en el tórax.
ROSEL GOMEZ, jefa del servicio de terapia intensiva de la Clínica de Mérida. Primer médico que atendió a Flora Ileana después del disparo que la privó de la vida. La atendió alrededor de una hora. Su testimonio:-Al llegar a la clínica, Flora Ileana tenía en el pecho una herida circular, negra, como de quemadura de cigarrillo.
-La radiografía del tórax de la joven muestra un “puntilleo de densidad metálica” (esquirlas).
-La herida de la joven Abraham es igual a la herida de una mujer llamada Esther que se suicidó en la ciudad de México, en 1998, con un disparo al pecho.
Disparo de contacto. Los médicos radiólogos Mario Emilio Gómez Lizarraga, Mario Humberto Lizama Ortega (jefe del Departamento de Radiología e Imagen del Hospital O’Horán) y Ricardo Eric Ojeda Sosa examinaron también la radiografía del tórax y los tres señalaron la presencia de esquirlas metálicas, confirmando el puntilleo que observó el Dr. Rosel.
De acuerdo con la ciencia criminalística, las esquirlas metálicas son fragmentos de la bala que sólo se pueden desprender en un disparo de contacto.
Disparos semejantes. El Dr. Rosel tuvo a la vista fotos oficiales del cuerpo de la suicida Esther proporcionadas por la Procuraduría del DF
En las muertes de Flora Ileana y Esther hay las siguientes coincidencias: la misma edad, 23 años; la misma marca de pistola, Smith Wesson, y el mismo calibre, .38; Esther se suicida sujetando la pistola con las dos manos y apoyando el arma en el pecho; Después del disparo ambos quedaron en la misma posición: acostadas, con las piernas semiflexionadas, al borde de una cama.
Otras coincidencias: ambas heridas son circulares y tienen el mismo diámetro: un centímetro; en ambos casos el disparo entra en el tórax interior izquierdo y atraviesa el corazón; en ambos casos el proyectil penetra en los mismos espacios intercostales, sin lesionar las costillas; Ambos jóvenes tenían las dos manos impregnadas con residuos de disparos de arma de fuego, según las pruebas de rodizonato de sodio que les practicaron.
Las fotos del tórax de la joven Abraham que están en el expediente fueron tomadas después de los auxiliares médicos, que incluyeron, según el Dr. Rosel, masajes de estimulación cardíaca y lavados de limpieza.
NAVARRETE JAIMES , cirujano, intervino en los auxiliares médicos a Flora Ileana en la Clínica de Mérida. Su testimonio:-El es el único autor de la autopsia parcial practicada al cadáver de la joven Abraham el día de su fallecimiento.
-Es mentira que el Dr. José Antonio Hadad (jefe entonces del Servicio Médico Forense de la Procuraduría yucateca) haya intervenido en la autopsia, como dice el informe del mismo Dr. Hadad incluido en el expediente del juicio. El Dr. Hadad no hizo una sola incisión. Ni siquiera tomó el bisturí.
-Es falso que en la autopsia se haya practicado un estudio del tórax, como afirma el mencionado informe del Dr. Hadad.
-El lavado quirúrgico al tórax de Flora Ileana, que incluyó el orificio de entrada de la bala y zonas aledañas, modificó los rasgos y características de la herida.
DE LA CERDA, médico cirujano; maestría en Biofísica, Fisiología y Bioquímica; doctor en Bioquímica (Universidad de Davis, California), con especialidad en Toxicología; jefe del departamento de Farmacología y Toxicología de la Universidad Autónoma de Guadalajara. En tiempos del juicio era jefe del laboratorio de Química Forense de la Procuraduría de Justicia de Aguascalientes.
De la Cerda, la química Mireya Marta Morlán Salinas y los doctores Macario Susano Pompeyo y Francisco Villalobos Pérez sometieron un fragmento de riñón de Flora Ileana Abraham a cinco pruebas con análisis de punta prescritos por los protocolos del “Manual de Técnicas y Procedimientos para la Identificación de Estupefacientes” de la Secretaría de Salud del Gobierno de México y el “Programa de las Naciones Unidas para la Identificación de Drogas”. Los análisis incluyen el método utilizado por la Procuraduría General de la República.
Conclusiones de las cinco pruebas:
-Presencia de cocaína, benzodiacepinas y barbitúricos en el riñón.
-El riñón estaba dañado por el consumo habitual de drogas.
-La joven Abraham tenía en su cuerpo el día de su muerte una combinación de drogas, incluyendo la cocaína, suficiente para provocar trastornos conductuales y emocionales de carácter paranoico que la impulsaran al suicidio.
En el expediente se consigna que Flora Ileana se encontró en un estado depresivo desde unos tres días antes de su fallecimiento.
Credenciales: Mireya Marta Morlán , especialista en Biofarmacia y perita del Tribunal de Superior de Justicia del DF y las Procuradurías de la República y el DF Doctor Pompeyo , especialista en Medicina Forense graduada en el Instituto Poliotécnico Nacional. Dr. Villalobos, especialista en Anatomía Patológica y director del Servicio Médico Forense de la Procuraduría del DF
WALDO CAPETILLO ha rendido más de 2,500 dictámenes sobre pruebas de Walker como perito del Ejército y la Procuraduría de Justicia del Estado de México en disparos con arma de fuego. La prueba de Walker sirve para medir la distancia a que se hace un disparo en relación con la persona herida.
Incluso en presencia de la jueza Leticia Cobá Magaña, el perito Waldo realizó en Mérida varios análisis químicos con la prueba de Walker incluida en el expediente para demostrar que el disparo se hizo a una distancia que impide el suicidio y que la muerte de Flora Ileana fue por lo tanto un homicidio.
Waldo Capetillo dictó que la prueba de Walker que está en el expediente es falsa. “La Química no se equivoca”, dijo.
El químico Ríos Covián, autor de la prueba de Walker, ya reconoció también que es inválida, porque no sabía cómo hacerla y usaba ingredientes viejos, vencidos.
LA JUEZA COBA dictó su sentencia de homicidio apoyada en las siguientes bases:
-La prueba de Walker.
-El informe del Dr. Hadad sobre estudios del tórax de Flora Ileana durante la autopsia.
-La trayectoria de la bala, según los estudios del tórax.
-Las fotografías y la descripción de la herida después de los masajes, el lavado quirúgico y otras operaciones de limpieza y manipulaciones.
-La explicación de que el puntillaleo en la radiografía del tórax corresponde a partículas óseas, no metálicas, desprendidas por un disparo que no fue de contacto.
COMPROBANTES. Las fechas de publicación en Diario de Yucatán de los testimonios mencionados en este escrito son: Medina Gamboa (9 de abril de 2002), Ríos Covián (9 de abril de 2002), Zárate Noble (20 de febrero de 2003), Rosel Gómez (29 de mayo de 2002), los tres radiólogos (14 de diciembre de 2002), Navarrete Jaimes (13 de junio de 2002), De la Cerda (10 de enero de 1999), Waldo Capetillo (18 de enero de 2003).
Estos testimonios tienen, entre otros, los siguientes apoyos adicionales:
-“Pruebas y criterios científicos que apoyan las conclusiones de suicidio”. Dictamen pericial de criminalística (Diario de Yucatán, 26 de noviembre de 1998).
-“Nueve de las once características de un suicidio están presentes en la muerte de Flora Ileana Abraham”. Dictamen pericial de criminalística (Diario de Yucatán, 10 de diciembre de 1998).- Mérida, Yucatán, 12 de agosto de 2004.
