(Primera Columna publicada el 2 de mayo de 2010)

En su banca del parque de San Juan, donde están cotejando la situación política yucateca con las elecciones que se celebrarán durante mayo en Inglaterra, Colombia y Filipinas, el doctor en mafias Vittorio Zerbbera (con zeta y doble be) formuló la siguiente pregunta a César Pompeyo y al reportero:

—¿Creed vosotros que pueda ganar la alcaldía de Mérida un señor como Aurelijus Rutenis Antanas Mockus Sivickas, candidato del Partido Verde a la presidencia de Colombia? Ex alcalde de Bogotá, filósofo, matemático, tiene 58 años de edad y principios del mal de Parkinson. Os daré algunos detalles de su vida y su obra, su programa y su campaña:1. Rechazó los 40,000 millones de pesos (unos dos mil dólares) que le otorgaron las autoridades para financiar sus actividades electorales. No quiere un centavo del gobierno. Lo que buenamente le dé la gente.

2. No ha ofrecido ninguna obra pública.

3. Su lema es “Con educación se puede todo”. Su única promesa es mejorar la educación. Su símbolo es el lápiz. A todas partes va con un lápiz.

4. Para resolver los problemas del transporte diseñó dos estrategias como presidente municipal:
a) Una legión de payasos recorre las calles de la capital con la misión de enseñar a la gente las normas mínimas de respeto a las señales de tránsito.

b) Para que los guiadores respeten las leyes del tránsito, los policías les muestran a los infractores tarjetas amarillas y rojas, como los árbitros en el fútbol.

5. También como alcalde, se vistió con ropa de color zanahoria para implantar una hora más temprana en el cierre de los bares y discotecas, a fin de reducir los accidentes juveniles y contribuir al mejoramiento moral. La zanahoria en Colombia el símbolo de los mojigatos.

6. En un debate de candidatos, en un museo infantil, fue elegido “el presidente de los niños”.

7. Su combate constante a la corrupción ha multiplicado sus adeptos, principalmente entre los jóvenes y los habitantes de las ciudades.

8. Cuando anunció que tiene mal de parkinson se desató una oleada de mensajes de solidaridad y simpatía en las redes sociales de Facebook y Twitter.

9. La página de su sitio en internet es la que más ha crecido en el mundo en las dos últimas semanas, con un promedio de 16,000 adhesiones diarias.

10. Su discurso conciliador y pedagógico ha despertado el fervor de miles de jóvenes que espontáneamente se citan vestidos de verde en las plazas públicas de Bogotá.

11. Su partido político tiene una estructura mínima y el menor personal.

12. La última encuesta, difundida el lunes 22 de abril, le da a Mockus el puesto de favorito, con el 38% de las intenciones de voto contra el 29% del candidato oficial, Juan Manuel Santos, y 11 de la conservadora Noemí Sanín.

El doctor Zerbbera mencionó dos opiniones sobre el vertiginoso ascenso de Mockus en la escala de la popularidad:
1. Su simpatía se debe a la transparencia. La prédica contra la corrupción paga bien —dice el comentarista político Fernando Giraldo—. La sociedad siempre busca un chivo expiatorio a sus males, Antes fue la inseguridad y ahora es la corrupción.

2. La periodista María Elvia Samper escribe: “Millones están hastiados y asqueados de la politiquería y el clientelismo, de la corrupción, del enfrentamiento de poderes. Quieren respeto por la oposición, por las reglas del juego, pulcritud en el manejo de los dineros públicos”.

—Aquí tenemos más o menos lo mismo, pero al revés —dictaminó Pompeyo—. En vez de contratar payasos, para resolver el problema del transporte hacemos payasadas. Si hubiera pulcritud en el manejo de los dineros públicos el PRI correría el peligro de quedarse sin fondos. Ivonne ha perfeccionado el clientelismo como programa electoral.

Hay partidos que tienen la estructura de un gobierno o gobiernos que tienen la estructura de un partido. Las reglas del juego se hicieron para violarlas, empezando por los jueces.

—En vez de más educación, que es la base del empleo, nos ofrecen millares de empleos, sin fijarse en la educación. Vamos a multiplicar la legión actual de rateros y vividores. En cuanto a las promesas, el señor Mockus, que no quiere hacer ninguna, se olvida de que prometer no empobrece: dar es lo que aniquila. Tenemos una candidata que distribuye promesas como quien reparte pepita y cacahuate, chicles y chocolates. Aquí hay jóvenes que se visten de rojo, a tanto por hora.

—Los jóvenes —concluyó don César—. Ése es el quid. ¿Están los jóvenes yucatecos contra la corrupción, como los colombianos, para que mejore Yucatán? ¿O buscan la corrupción donde puedan encontrarla, al precio que tengan que pagar, para que sean ellos los que mejoren aunque el pueblo sea el chivo expiatorio? La corrupción, como sustituto de la educación, como camino para ascender en la política, para trepar en la sociedad con el menor esfuerzo y el mayor descaro, es una de las encrucijadas de las elecciones de mayo.— Mérida, uno de mayo de 2010.

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