El rejoneador español Andy Cartagena pone una banderilla

Andy Cartagena se llevó un sonado triunfo ayer en la Monumental Avilés de Motul. Una actuación grande del español que pudo llevarse más trofeos de no ser porque le negaron uno con el toro que abrió plaza.

Una inexplicable actuación del juez de plaza, que además devolvió un toro que luego del aviso de la autoridad mostró un recorrido notable, y concedió una oreja a Cuauhtémoc Ayala pese a que descordó a su enemigo.

Cosas que pasaron ayer en la corrida extraordinaria de carácter internacional presentada por Toros Yucatán. La afición realizó una muy buena entrada (tres cuartos del recinto), en una tarde que se tornó ideal, soleada pese al viento frío.

Los Forcados de Querétaro cosecharon un importante triunfo con pegas a tres toros. Aplaudidos los armadores con su actuación.

Salieron por toriles seis ejemplares de Guanamé, de buena presentación.

El segundo, de Horacio Casas, salió entumido, algo normal, según ganaderos. Casas trató de encelarlo y en una de las vueltas, resbaló y se fue a la arena.

El usía Ariel Avilés Marín sorpresivamente dejó escuchar doble trompetazo que marcaba la devolución.

La autoridad anunció por el sonido que vio una lesión del animal. El inspector de callejón Jorge Medina dio su opinión al juez, en el sentido de que no mostraba nada malo el toro. Hubo protestas de aficionados, divididos en opiniones.

Casas volvió al ruedo a intentar lidiarlo, pero se ordenó que no toreara. Y tras largo rato, mientras el aspirante a novillero Roberto Gómez “El Zorrillo” hacía hasta tres quites, fue el sobresaliente Sergio Garza el que lo despachó, no sin antes pegarle dos tandas con la derecha que mostraron la buena embestida.

Ayala toreó al siguiente deatacando por su entrega y determinación. Pero con el rejón de muerte lo descordó al colocarlo de mala forma y cayó fulminado.

El juez aún así le concedió la oreja. Cartagena se lució con su segundo, y cimbró la Plaza al sacar a “Humano”, su caballo estrella, que camina con las patas arriba.

En la suerte suprema dejó un rejón en todo lo alto y le concedieron las dos orejas.

Ayala no tuvo fortuna con el que cerró plaza, en tanto que Casas se vio bien con el que le tocó en turno de tercero y con el de Guadiana que entró de emergente.