Los récords de Leones y Tigres se ven disparejos, pero no hay duda que sus agarrones son épicos.

La serie que cerró anoche en Kanasín fue la muestra. Y se calentó más cuando las decisiones de los umpires.

En la octava entrada, se suscitó una jugada muy polémica en la tercera base. Reynaldo Rodríguez estaba de corredor en la esquina caliente, con la potencial carrera del empate 2-2. El receptor Sebastián Valle mandó un riflazo y en cerrada acción, el umpire Alexis Elbor marcó out, desatando reacciones de los Tigres y sus muchos seguidores. Retaron la decisión, pero no hubo cambio. El piloto Carlos Gastélum salió a reclamar y, por regla, quien lo haga tras una revisión, se va expulsado. Y comenzó el borlote entre los que van a favor de la marcación de los umpires y los que no lo aceptaron. Esa polémica que da sabor al béisbol, con todo y las reglas.

Así fue prácticamente todo el juego, cerrado siempre y con sus tintes polémicos, por los conteos.

Y como el estadio es pequeño en dimensiones y todo es más cerca, se siente más el encendido ambiente.

El “Víctor Cervera Pacheco”, cierto, sigue sin llenarse, pero el ambiente lo ponen los presentes.

Se espera que el martes, cuando vengan de visita los Guerreros de Oaxaca, haya menos carencias.

En cuestiones de béisbol, el nivel mostrado entre Tigres y Leones fue alto, a pesar de la diferencia de récords que llevan en el arranque de temporada, con los melenudos dominando en el Sur y en la Liga Mexicana (10-2) y los bengalíes abajo (4-8). Seguramente la siguiente visita tendrá su encanto con sabor a rey de los deportes.— GASPAR SILVEIRA MALAVER

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