Los Leones tendrán que encomendarse a todos los santos, y al béisbol, en la última serie del rol regular. En la foto, Henry Ramos intenta un toque
Los Leones tendrán que encomendarse a todos los santos, y al béisbol, en la última serie del rol regular. En la foto, Henry Ramos intenta un toque

A los Leones de Yucatán del presente no les gusta la relación con los Leones del pasado. Pero dos de las más grandes hazañas de los melenudos en su andar en la Liga Mexicana se dieron gracias al arrebato de sus jugadores en los momentos clave.

De eso necesitan hoy.

Uno, en 1984, viniendo de atrás para, con la batuta de Carlos Paz, meterse casi milagrosamente a los playoffs y, una vez embalados, ganar a tres gigantes (Diablos, Tigres e Indios) y coronarse.

Otra, en 2006. Con un equipo ultramodesto, llegó alguien que les dijo su realidad y se la creyeron. Fue Lino Rivera quien los encumbró.

Tres juegos en puerta; victorias necesarias

Los Leones, con su tercer mánager distinto en este 2025, han probado muchas cosas este año, de la miel y la hiel. Ahora, necesitan ganar tres juegos, los últimos de un calendario complicado al extremo, y que se den varios resultados.

¿Se puede? Claro que se puede. Depende de ellos, del equipo, de su carácter. Olvídense de pleitos, incluso. Necesitan un poco de la fortaleza, química y empatía que los equipos que Paz y Lino dirigieron permitieron llevarlos al trono.

Los melenudos se medirán a unos Tigres hoy en Cancún en la serie que cierra el rol regular y todo lo que necesitan es seguir el trayecto de este año: ganar y ganar ante los bengalíes donde sea que jueguen.

Hoy más que nunca requieren de seguir esa jettatura, pues la novena de Quintana Roo es apenas una de tres contra las que tiene récord positivo: 6-0 ante Tigres y 5-4 contra Tabasco y León.

Del resto, marca negativa contra todos los que jugaron en esta temporada.

Los Leones de Yucatán y sus necesidades para la última serie

  • Necesitan que Yadir Drake, ya mermado por la entrega de toda la temporada como líder de un equipo que se ve sin oficio a ratos, pueda estar como en sus mejores días.
  • Que Negrín, su leyenda con número retirado, tire al menos cinco entradas y que el relevo haga su parte.
  • Necesitan que Art Charles batee a la hora buena (sus jonrones generalmente son solitarios, y cuando hay menos presión).
  • Que Yangervis Solarte apriete a la hora buena.
  • Y así y así con todos. El bateo oportuno es algo que a los Leones les cuesta sacarlo.

Los bengalíes, de su lado, van a salir a morirse en la raya porque, aunque solo les queda luchar para no ser sotaneros, con los melenudos han intensificado una rivalidad que va más allá de que unos se llamen Leones y otros Tigres.

En los escritorios, más en el caso de los quintanarroenses, han tenido comentarios directos sobre la forma de actuar de sus rivales. Así que también contará el orgullo.

Yucatán mandará en esta serie a Negrín, hoy, y luego a César Valdez y probablemente a Odrisamer Despaigne (según la rotación).

¿Oportunidades desperdiciadas?

Los Leones no se han quedado fuera de una postemporada en una década y, como apuntó al Diario la semana pasada el presidente ejecutivo, Erick Arellano Hernández:

“Hemos tenido una temporada muy mala, que sólo podría medio componerse si calificamos”.

Lo malo de los Leones es que han tenido oportunidades grandísimas para no estar donde están y las han desaprovechado.

Una, que el rol de la recta final les dio de beneficio jugar la mayor parte de sus partidos en casa (siete series de doce). Pero ya perdieron sus últimas seis, cuatro de ellas en casa.

Muchos pensaron que, si el calendario decía que de los últimos 36 juegos, 21 iban a jugarse en casa, con eso les bastaría a los ahora dirigidos por Eliézer Alfonzo. No les fue suficiente.

Y ni se diga con la última semana: los resultados de sus rivales de lucha se han dado.

Los Olmecas fueron barridos por los Diablos y los Bravos perdieron juegos clave ante los Guerreros en León. Malo fue que Yucatán no sacó nada de provecho de ello.

Luego del partido del sábado, en que vinieron de atrás para ganar en Puebla, se esperaba que se motivaran para el domingo, en que, si ganaban, podrían quedarse en sexto sitio, pero se desplomaron temprano y, cuando quisieron, ya no les alcanzó para remontar.

Ya no es tiempo de ponerse a pensar en el pasado ni en las circunstancias que propiciaron sus debacles.

Necesitan ganar tres juegos y que los demás (Tabasco y León) pierdan al menos dos. Es todo. Pero primero, como ya se ha apuntado varias veces, necesitan salir mentalizados en ganar.

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