La economía
Fernando Ojeda Llanes (*)
Siempre me ha llamado la atención la frase “La economía de México está prendida con alfileres”. La escuché por primera vez al finalizar noviembre de 1994, cuando decían que la economía tenía cifras tremendamente débiles tales como una inflación galopante, una balanza comercial negativa arriba de los 24 mil millones de dólares y con reservas internacionales que no rebasaban los seis mil millones de dólares.
De nuevo, en estos momentos escucho esta frase y me llama la atención hacia las actuales variables económicas, pero en forma coloquial para que todos estemos en la misma onda veamos lo que dice el diccionario al respecto tanto para “prendido con alfileres” como en su terminología en inglés “Weak from a logical point of view, hanging by a thread” significa: “Pegado, prendido o preso con alfileres. Se dice de todo lo que material o moralmente es inestable u ofrece poca firmeza”.
Ahora bien, con respecto a la definición anterior tomemos el término “poca firmeza”, hablemos por lo tanto de lo que tiene debilidad en la economía partiendo de las variables macroeconómicas.
Una de las principales variables que están demostrando debilidad en la economía mexicana es la inflación, que al cierre de 2017 fue de 6.77%; si tomamos en cuenta que el objetivo del Banco de México era de 3%, se elevó en 3.77 puntos adicionales, o sea un 125% de más en relación con el objetivo. Esto nos señala un gran encarecimiento de los principales productos, siendo el más importante el alza tremenda de la gasolina y el gas doméstico que arrastraron a los demás productos al alza. Como es un promedio, hemos visto en el mercado de bienes determinados productos con incrementos en precios de más de 8% y otros menores al 6%. Esta debilidad en la economía hace sufrir a las familias de bajos ingresos o fijos que tienen que disminuir su cantidad de productos a comprar y los inventarios de las empresas que con el dinero que invierten en este rubro adquieren menor cantidad de productos, lesionando a la economía en general.
Otra variable que está afectando muy fuerte a México es el tipo de cambio, que aunque es libre de acuerdo con la oferta y demanda, la escasa entrada de dólares y la salida más amplia de los mismos ha llevado a una depreciación de nuestra moneda que se encuentra en el momento que redacto este artículo en 19.24 pesos por dólar. El problema, si lo platicamos coloquialmente, es que la gran volatilidad hace que se prenda y se desprenda el peso de sus alfileres. Por ejemplo, la semana pasada se encontraba en un nivel de 19.16 y por comunicaciones no formales de los canadienses que mencionaron que el presidente de los Estados Unidos cancelaría el Tlcan se tuvo una depreciación inmediata de nuestro dinero haciendo que suba el dólar a 19.41. Por el momento es un cuento de nunca acabar y no sabemos realmente qué sucederá con el citado Tratado. Por lo pronto continuará ayudando a la volatilidad.
Otro elemento que ha hecho que se encarezca el dólar es el déficit de la Balanza Comercial, que según datos al cierre del 30 de noviembre de 2017 tuvo un déficit total de 10,718 millones de dólares, déficit que fue impulsado por el también déficit de los productos petroleros que marcaron exportaciones por 20,951 e importaciones por 37,621 millones de dólares, siendo deficitaria por 16,670 millones de dólares. Las tasas de interés presionadas por la alta inflación cuyas tasas de fondeo bancario se encontraban en enero de 2017 en 5.77%, están actualmente en 7.26% con un aumento de 1.49 puntos base equivalente a un 26% de incremento total sobre la base anterior. Se ha encarecido el crédito, por lo que el mercado interno se ha visto lesionado y ha disminuido su productividad.
Otra de las más importantes variables es precisamente el Producto Interno Bruto (PIB). Según datos del Inegi el crecimiento anual medido hasta el tercer trimestre de 2017 fue de 2.2%. El Inegi menciona que el PIB trimestral ofrece en el corto plazo una visión oportuna, completa y coherente de la evolución de las actividades económicas del país, para apoyar la toma de decisiones. Su cobertura geográfica es nacional y alcanza una representatividad del 96.4% del valor agregado bruto del año base de los productos. Las expectativas de crecimiento de la economía mexicana se han revisado a la baja en múltiples ocasiones: la meta oficial señalaba un rango entre 2 y 3% anual, y ahora se encuentra entre 1.5 y 2.5%.
El calificar a la baja el crecimiento del PIB significa que nuestro crecimiento económico es incierto, o más bien, no tenemos los elementos económicos necesarios para calificarla al alza debido a varios factores. El crecimiento de un país se considera importante porque está muy relacionado con el crecimiento de los individuos —lo impacta en forma directa—; es uno de los factores correlacionados con el bienestar socioeconómico relativos a la abundancia de bienes económicos materiales y de otro tipo disponibles para los individuos. Este crecimiento del PIB se usa como una medida de la mejora de las condiciones socioeconómicas y podemos observar que con un crecimiento de 2.2% anual, aun cuando no es negativo, significa una baja producción de bienes y servicios, por lo tanto, bajo bienestar para las familias.
Para tener un mayor crecimiento se requiere de un adecuado presupuesto fiscal que se refiere a los ingresos, gastos e inversiones del gobierno federal, pero este es otro boleto a comentar posteriormente.— Mérida, Yucatán.
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Contador Público Certificado. Maestro en Finanzas. Consultor de Empresas
