Mentes cerradas, hasta el fanatismo, se niegan a aceptar que se conduce a México hasta un precipicio. Prefieren que aquello continúe antes de reconocer los errores de la llamada 4T. Así no se avanza para mejorar al país y a nuestro Yucatán.
Tremendas y alarmantes las opiniones del Dr. Luis Ramírez Carrillo publicadas en el Diario los días 6 y 7 de octubre del año en curso acerca del miedo que permea en la sociedad yucateca. La cloaca se destapó al extorsionar a una empresa restaurantera, pero el pánico no solo es en el sector empresarial, donde tienen muchos recursos que perder.
La sociedad yucateca en lo general tiene miedo, algo que no se sentía desde la Guerra de Castas cuando las poblaciones estaban abigarradas ante las posibles invasiones de los sublevados o del ejército de los blancos, según fuese el caso.
Numerosas narraciones de los cruentos sucesos decimonónicos en las tierras peninsulares nos dicen de los temores de la sociedad en el día a día, al grado de psicosis. Hubo éxodo de las poblaciones hacia el mar, como ahora hacen los de otras entidades porque sienten que si se les acaba el mundo vienen a Mérida. Dicho que se hizo muy popular, aunque la ciudad capital y los municipios están invadidos por mafias sin una detonación tan grave como la de aquellos descabezados del periodo de Ivonne Ortega, pero son bombas de tiempo.
Don José Esquivel Pren al referirse a esa situación en mi tierra, decía que, durante la Guerra de Castas, los varones se reunían armados durante la noche afuera de la tienda La Aurora para defender a la población ante un posible ataque nocturno; no existía el mercado ni el parque Juárez. Era una plaza muy grande llamada de San Francisco, hoy Plaza Méndez. Consideraban un punto estratégico para defenderse. Como evidencia de lo que exponía el docto don José, aquella costumbre de reunirse en torno a la tienda por las noches permaneció hasta los años 50 del siglo anterior, aunque ya no para la defensa.
Dejando a un lado la situación que como cronista de mi pueblo describo, pero correlacionada con el tema, se retoma la preocupación del Dr. Ramírez Carrillo que parece tiende a emparejarnos con un país donde dominan los grupos delincuenciales. Basta darse una vuelta por los municipios del interior, adentrarse un poco con la gente que acude a las cantinas, cafés, tertulias en los parques, mercados etc., para escuchar lo que se dice al respecto, verdad o no, pero que denota preocupación. No existe la misma confianza de antes para salir, sobre todo por las noches en la ciudad de Mérida.
Hay una nueva inquietud, ahora por la desatención del sector salud ante el desabasto de fármacos. Corre fuerte la noticia del avance por infecciones de influenza, incluso de algunas muertes y no hay vacunas disponibles. Los que tienen recursos acuden al servicio particular, no así los que dicen deben ser primeros: los pobres.
La reciente pandemia por el Covid dejó dolorosas huellas en la sociedad mexicana por un mal manejo gubernamental debido a las ideas caprichosas del Señor de Palenque y su sacristán López Gatell. No había forma de defendernos sin vacunas, pero el mundo científico actuó con urgencia para impedir una mayor proliferación del virus que avanzaba con inusitada rapidez.
Ante el mal trabajo que está dejando el gobierno guinda, empieza la reaparición de emisarios del pasado, cartuchos quemados como fue aquel inefable presidente en el siglo XIX, Antonio López de Santa Anna que se presentaba como el salvador de la Patria en los momentos de crisis y la gente de antaño seguía creyendo en él. Así vemos muy movida en las redes sociales imágenes de la exgobernadora Ortega Pacheco apareciendo muy jovial como si el tiempo hubiera borrado la mala experiencia de un gobierno de pachangas, derroches e improvisaciones. Además, en el Partido Movimiento Ciudadano, que ha crecido significativamente, donde la Sra. Ortega es figura de gran importancia, ésta trata de dar vida artificial a la exalcaldesa Angélica Araujo, su compañera en aquel famoso dúo de recuerdos “non gratus”.
También por las redes aparece con bastante asiduidad el hombre fuerte del oriente, “el amigo Libo” como se ha dado a llamar, quiere algo importante para 2027 que le permita estar vivo para la elección de 2030. No sabemos por qué Partido, parece que ya ha estado en todos. Liborio es un candidato que invierte hartos recursos para su proyecto.
¿Qué temor traen estos últimos comentarios para estar acorde con el tema que tratamos? Se trata de algo muy sencillo, y no hay que ser un genio para acertar. El pánico reside en que puedan volver, aunque sin devolver lo que se llevaron. Pensamos que como Donald Trump pueden retornar, pero a postergar, aún más, el desarrollo de muestra entidad.
Se recordó un “best seller” sesentero de Pauwels y Berdier, llamado El Retorno de los Brujos, quienes en el tema de las Civilizaciones Perdidas utilizan mitos y leyendas como la Atlántida o Lemuria, que, según se supone, eran culturas muy avanzadas, antípodas de lo que representa la Señora de Dzemul, aunque nadie dudaría que debido a su arrojo se haya preparado.
Nada de esto resulta nuevo para nosotros los yucatecos, pero a veces se repiten los errores. No somos inmunes, esto no es como el sarampión.— Espita, Yucatán
Escritor, docente y cronista de Espita
