CIUDAD DE MÉXICO (El Universal).— Lupe Esparza cumplió su promesa: nadie se iría del concierto de Bronco sin haber escuchado su canción favorita, y así fue. Anteanoche, en la Arena Ciudad de México, la agrupación ofreció a sus fans más de dos horas y media de música, éxitos y nostalgia.
Alrededor de las 21:30 horas, la velada comenzó con una llamada de abordaje. Se dejó escuchar el relincho de un caballo y el público se preparó para lo que vendría. Del escenario emergió una plataforma circular, en la que se encontraban los cinco integrantes, listos para arrancar la noche. Las primeras notas de “Mi amigo Bronco” desataron la euforia de los 15 mil asistentes que se dieron cita.
“¡Buenas noches, gente hermosa! Gracias de todo corazón por estar con nosotros, por arroparnos”, expresó Lupe Esparza. Los demás integrantes también saludaron al público.
Adán Esparza, en el bajo sexto y segunda voz, prometió una noche que “dejaría huella”, mientras que René, guitarrista, confesó que, pese a la gran trayectoria del grupo, los nervios seguían presentes. Arsenio Guajardo, en los teclados, aseguró que el concierto sería una gran fiesta, y Javier Cantú agradeció el cariño del público.
“Estamos viviendo tiempos raros, donde pareciera que el amor se está escondiendo o no está de moda, pero nosotros nos rehusamos a creerlo y seguimos cantando al amor y a nuestras hermosas mujeres”, expresó Lupe, para dar paso al bloque romántico de la noche, con temas como “No tengo más que esta canción” y “Quiéreme como te quiero”.
El primer invitado fue Víctor García, quien apareció en el escenario para interpretar junto a la banda “Que te han visto llorar”, uno de sus mayores éxitos. Al finalizar la intervención del exacadémico, René Esparza anunció que el 18 de diciembre próximo habría una sorpresa especial.
Siguieron canciones como “Cómo te lo digo”, “Voy a tumbar la casita” y “Aunque no me quieras”. El momento de bailar llegó con “Con zapatos de tacón”, que sirvió de preámbulo para recibir a la segunda invitada de la noche: Lila Downs. Ataviada con vestido rosa, rebozo y su larga cabellera negra suelta, la cantante interpretó con pasión y sentimiento “Naila”.
La velada continuó con “Tres heridas”, “Un golpe más” y “Dos mujeres, un camino”, entre los temas más coreados por el público. Hacia el final del espectáculo, como suele ocurrir en eventos en vivo, surgieron problemas técnicos: una falla retrasó a los músicos casi diez minutos, tiempo que aprovecharon para despedirse del público.
Finalmente, canciones como “Sergio el bailador”, “Corazón duro”, “Adoro” y “Qué no quede huella” cerraron una velada que quedará guardada en la memoria de todos los asistentes.