La comida chatarra, alimentos prefabricados que rebosan grasa, azúcar, sal y componentes químicos, en las últimas décadas desplazaron a productos sanos, como los cereales, las legumbres o verduras frescas.

Resultado y repercusiones de esos malos hábitos ubica a México en los primeros lugares mundiales de casos de obesidad y diabetes, sólo detrás de Estados Unidos

De hecho, México es una de las 10 potencias mundiales en comida preparada, se constituye en el primer productor de Latinoamérica, por encima de Brasil, la mayor economía la región, según reciente informe del centro de estudios Global Research.

Además, es la segunda nación del mundo con mayor número de personas obesas y ocupa el sexto lugar en muertes causadas por diabetes, a pesar de que el gobierno federal estableció hace un par de años un impuesto especial para gravar alimentos hipercalóricos y refrescos azucarados. 

¿Qué es la comida chatarra?

De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la comida llamada chatarra son los productos procesados de forma industrial que, en su mayoría, contienen pocos alimentos enteros o ninguno. 

Estos productos tienen un alto contenido calórico y un bajo valor nutricional. Además, se caracterizan por ser grasosos, salados o azucarados, y bajos en fibra alimentaria, proteínas y diversos micronutrientes.

Algunos ejemplos de productos ultraprocesados, según la OPS, son: papas fritas, helados, chocolates y caramelos; panes empaquetados; cereales endulzados para el desayuno; barras “energizantes”; mermeladas; bebidas gaseosas, “energizantes”, y azucaradas con jugo o zumo de fruta.

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¿Cómo afecta la comida chatarra la salud?

Los efectos más comunes, indica la OPS, tienen que ver con dos enfermedades potencialmente graves, la obesidad y la diabetes. 

Sin embargo, hay otras padecimientos que también son preocupantes como problemas del corazón, hipertensión arterial, problemas de circulación y envejecimiento prematuro, y en algunos casos se asocia al surgimiento de cáncer.

Además, la comida chatarra o rápida ocasiona en el organismo un déficit nutricional y sus efectos pueden ser irreversibles si se consume por mucho tiempo y en gran cantidad y desencadenar depresión y adicciones. 

Comida chatarra, obesidad y Covid-19

Un estudio que se publicó en la revista científica The Lancet indica que las personas con obesidad, tienen 46% más probabilidades de ser infectadas por el coronavirus, en cualquiera de sus variantes que las que no tienen presentan sobrepeso. 

Y las estadísticas entre la relación de la comida llamada chatarra, la obesidad y la exposición al Covid-19 son contundentes. Las personas con sobrepeso que se contagian con el virus tienen 113% más probabilidades de ser hospitalizadas que los infectados que no lo son.

Las personas con obesidad que tienen Covid-19 tienen 74% más posibilidades de ingresar a una unidad de atención emergente con un cuadro de salud más crítico que los pacientes infectados que están en el promedio de peso adecuado. 

¿Cuáles son los 10 productos en México que más daños causan a la salud?

Con datos de la Encuesta de Salud y Nutrición y de especialistas del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia las cinco comidas que son más perjudiciales para la salud, en particular de los niños son:

1. Embutidos

Los embutidos como el jamón de cerdo, longaniza, salami y mortadela son productos con alto contenido de grasas, sobre todo saturadas. 

“El aporte de grasas saturadas es de 10 a 13 gramos por 10 de estos alimento y se considera saludable un alimento que contenga menos de 1.5 gramos. Las grasas saturadas aumentan considerablemente el riesgo de sobrepeso, obesidad y enfermedades cardiovasculares”, se indica en el reporte.  

Por otro lado los embutidos tienen gran cantidad de nitratos y sodio, que al consumirlos en exceso podrían tener efectos de aumento de la presión arterial y en grados extremos consecuencias cancerígenas.

2. Bebidas con azúcar

El consumo de bebidas azucaradas aumenta en forma considerablemente cada año, según la Asociación de Bebidas Refrescantes en casi un 5% anualmente en el país. 

Este consumo excesivo de bebidas se asocia al sobrepeso y la obesidad, también a enfermedades como la diabetes tipo 2, la resistencia la insulina, hipertrigliceridemia y aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares por los altos niveles de azúcar que aporta. 

Para tener una idea, una lata de 350 mililitros de alguna bebida azucarada, de las de mayor demanda en México, aporta 12 cucharaditas de azúcar.

 
3. Papas u otros productos fritos

Son productos muy dañinos para la salud, ya que tienen un alto contenido de grasas saturadas, grasas trans y colesterol, además del aporte de hidratos de carbonos refinados. 

“Las papas fritas tienen un aporte promedio de 500 calorías en 100 gramos, 32 de grasa y cuatro de grasas saturadas. También tiene un importante añadido de sodio”, se cita en la encuesta. 

4. Pizzas y hamburguesas

La comida de origen italiano contiene gran cantidad nutrientes dañinos, pues tienen un aporte excesivo de grasas saturadas, sodio y azúcares. Estos nutrientes están en el queso, embutidos y la masa que se prepara con harinas refinadas

A su vez, las hamburguesas, también preferidas por los consumidores mexicanos, se distinguen por la excesiva cantidad de grasas saturadas que aumentan la probabilidad de que se presenten enfermedades cardiovasculares y nitratos que tiene propiedades cancerígenas.

Una hamburguesa aporta en promedio 670 calorías, 40 gramos de grasa y 15 de grasas saturadas y menos de 400 miligramos de sal.

5. Jarabes y mermeladas 

Los jarabes de maíz altos en fructuosa, según los expertos nutriólogos es un edulcorante que se utiliza en la industria alimentaria para endulzar algunos alimentos. 

El problema de esta sustancia es que se le agrega a muchos alimentos que se consumen diariamente como cereales, barritas de cereal, bebidas azucaradas, mermeladas, entre otras y tiene efectos nocivos para la salud.

Lo dañino es porque su principal ingrediente es la fructuosa y el consumo excesivo puede aumentar niveles de colesterol LDL y triglicéridos en la sangre, lo que incrementa el riesgo de padecer diabetes, resistencia a la insulina y sobrepeso.

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