Como cada año, este 12 de noviembre se conmemora en México una fecha especial para todos los amantes de la literatura: el Día Nacional del Libro. A diferencia del Día Internacional del Libro, celebrado cada 23 de abril, la del penúltimo mes del año encierra un significado peculiar para los lectores mexicanos.
Día Nacional del Libro en México: ¿por qué se celebra el 12 de noviembre?
El 12 de noviembre de 1980, por decreto presidencial de José López Portillo, se conmemoró por vez primera El Día Nacional del Libro, fecha que se eligió para honrar el natalicio de la llamada “Décima Musa”, Sor Juana Inés de la Cruz, máxima exponente de la literatura y poesía mexicana.
La relación del expresidente mexicano con el arte y la literatura fue compleja y contradictoria, por decir lo menos, durante todo su sexenio (1976 – 1982).
Cabe recordar que su abuelo fue el distinguido escritor José López Portillo y Rojas, quien también fue director de la Academia Mexicana de la Lengua de 1916 a 1923, por lo que el exmandatario creció en un ambiente sumamente cultivado y literario.
Sin embargo, a pesar de enarbolar un discurso abiertamente a favor del arte y las letras, recibió serias acusaciones de intentar monopolizar la producción cultural del país, en beneficio de su hermana, Margarita López Portillo, exalumna del escritor Agustín Yáñez, autora de la novela Toña Machetes y poetisa.
Además, era conocida la gran veneración que Margarita López Portillo profesaba hacia Sor Juana Inés de la Cruz, una característica que le hizo ganarse el apodo de “La Pésima Musa”, entre sus enemigos en el sector cultural mexicano.
1980: el año de grandes iniciativas culturales en México
Las disputas entre el poder gubernamental y los grupos literarios —o “mafias literarias”, como les llamaban sus detractores— por dominar los espacios culturales dieron pie a grandes iniciativas como la Feria Internacional del Libro, que tuvo lugar por primera vez en abril de 1980 en Palacio de Minería, un acontecimiento que continúa celebrándose cada año.
Otro ejemplo de la efervescencia literaria de ese año fueron los “Encuentros de generaciones”, espacios en los que poetas e intelectuales de la talla de Octavio Paz, David Huerta y Carlos Fuentes dialogaban con los más autores más jóvenes, como Los infrarrealistas.
En 1980 también se realizó un homenaje nacional a Juan Rulfo, en donde al escritor jalisciense se le ocurrió criticar la corrupción de los militares y José López Portillo tuvo que salir a “desagraviar” públicamente a las Fuerzas Armadas.
Dentro de este contexto, surge el Día Nacional del Libro el 12 de noviembre de 1980, motivado por la ferviente admiración de Margarita López Portillo hacia Sor Juana Inés de la Cruz.
La polémica relación entre los López Portillo y el mundo literario en México
De igual forma, esta relación entre literatura y poder durante el sexenio de López Portillo propició la consolidación de dos élites intelectuales que lucharían por el reconocimiento de la cúpula gubernamental y el control de los espacios literarios durante casi 10 años.
Por un lado, el grupo de Octavio Paz, reunidos en torno a la revista Vuelta, en el que estaban Salvador Elizondo, el yucateco Juan García Ponce, Julieta Campos y Eduardo Elizalde, entre otros.
Por el otro, el grupo de Carlos Monsiváis, compuesto por Héctor Aguilar Camín, José Joaquín Blanco, Luis González de Alba y José María y Rafael Pérez Gay, alrededor de la revista Nexos.
Si bien, los escándalos y controversias de los hermanos López Portillo con el mundo intelectual de la época merecen un artículo aparte, es gracias a ellos que se instauró el 12 de noviembre de 1980 como el Día Nacional del Libro.
La literatura mexicana en efervescencia: obras destacadas de 1976 a 1982
Como bien señala el escritor José Agustín, el periodo 1976-1982 fue sumamente prolífico para la literatura mexicana.
Algunos de los libros más importantes de narrativa que vieron la luz en dicho periodo fueron Palinuro de México, de Fernando del Paso; La cabeza de la hidra, Una familia lejana y Agua quemada, de Carlos Fuentes; Las muertas, de Jorge Ibargüengoitia; Las batallas en el desierto, de José Emilio Pacheco; Andamos huyendo Lola, de Elena Garro; Crónica de una intervención, de Juan García Ponce; De Zitilchén, de Hernán Lara Zavala; El vampiro de la colonia Roma, de Luis Zapata; Las posibilidades del odio, de María Luisa Puga; Cosa fácil, de Paco Ignacio Taibo II, entre otras obras imprescindibles.
Día Nacional del Libro: ¿Quién fue Sor Juana Inés de la Cruz?

Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, apodada “La Décima Musa”, nació en San Miguel Nepantla, Tepetlixpa, Nueva España, Imperio español.
En cuanto al año de nacimiento hay confusión, pudo ser el 12 de noviembre de 1648 o de 1651, y falleció en la Ciudad de México, el 17 de abril de 1695.
Más conocida como sor Juana Inés de la Cruz o Juana de Asbaje, fue una religiosa y escritora de la Nueva España, quien también incorporó el náhuatl clásico a su creación poética.
Mientras que la gran mayoría de poetas de la Nueva España copiaban los modelos de Francisco de Quevedo y Luis de Góngora, la producción literaria de Sor Juana se caracterizó por un barroquismo y experimentación adelantados a su época.
Día Nacional del Libro en México: 10 obras indispensables de la literatura mexicana
El nacimiento y posterior desarrollo de la literatura en nuestro país se dio de una forma atípica, en comparación con lo ocurrido en otras partes del mundo como Estados Unidos y Europa, donde el escritor era visto como una figura solitaria y romántica.
En México, la relación complicada (y a veces demasiado cercana) entre literatura y poder dejó un legado de obras sofisticadas que revolucionaron las letras en todo el mundo. A continuación, te compartimos algunas de ellas.
Pedro Páramo – Juan Rulfo
Publicada en 1955 por el Fondo de Cultura Económica (FCE), Pedro Páramo es una de las obras cumbre de la literatura mexicana. Los capítulos son presentados a manera de un rompecabezas que el lector logra armar conforme avanza en su lectura. Juan Rulfo tardó más de una década en escribirla.
Los recuerdos del porvenir – Elena Garro
Una obra pionera del realismo mágico. En Los recuerdos del porvenir, publicada en 1963, Elena Garro realiza una crítica al México posrevolucionario. En ella, la autora mezcla los mitos del mundo prehispánico con el pensamiento occidental, creando una visión crítica y reveladora.
Morirás lejos – José Emilio Pacheco
Publicada en 1967, Morirás lejos es una obra clave en la narrativa mexicana. José Emilio Pacheco realizó un acercamiento al horror del holocausto nazi a través de su novela más experimental y ambiciosa.
El libro vacío – Josefina Vicens
Un libro que aborda los conflictos de la escritura. Publicada en 1958, El libro vacío se convirtió de inmediato en un parteaguas de la literatura mexicana y se convirtió en un referente de la literatura mexicana. Su autora, Josefina Vicens, tardaría casi un cuarto de siglo en poder escribir su siguiente novela.
Como agua para chocolate – Laura Esquivel
En la literatura mexicana también hay espacio para las novelas románticas y prueba de ello es Como agua para chocolate, escrita por Laura Esquivel y publicada en 1989. En esta obra, la autora recurre al realismo mágico para narrar la historia de una mujer que es capaz de transmitir sus emociones a través de su cocina.
Tiene la noche un árbol – Guadalupe Dueñas
Una de las grandes obras del género del terror en México. Publicado en 1958, Tiene la noche un árbol es un libro de cuentos de Guadalupe Dueñas donde explora la naturaleza humana y sus temores a través de relatos tenebrosos y atmósferas oscuras.
El gato – Juan García Ponce
El escritor yucateco Juan García Ponce dejó a las letras mexicanas una de las obras cumbre del erotismo, influenciada por la nouvelle francesa. En El Gato, somos testigos de la relación de dos amantes, a través de los ojos de un felino, que registra las contradicciones de dicha pareja.
La muerte de Artemio Cruz – Carlos Fuentes
La muerte de Artemio Cruz no es sólo una de las mejores novelas escritas por un mexicano, sino también una de las obras cumbre del boom latinoamericano. En la obra, publicada en 1962, Carlos Fuentes es capaz de condensar una vida entera en los pocos segundos que le dura al protagonista exhalar su último aliento.
Eugenia – Eduardo Urzaiz Rodríguez
Publicada en 1919, muchos años antes que 1984 y Un mundo feliz, el yucateco Eduardo Urzaiz logró plasmar un fascinante mundo distópico a través de su novela de ciencia ficción Eugenia. Una obra totalmente adelantada a su tiempo.
Los albañiles – Vicente Leñero
Caracterizada por un estilo coral, Los albañiles (1964) es una de las obras cumbre del género negro en México. Escrita de un modo experimental, Vicente Leñero construye a través de los testimonios de diferentes albañiles un atroz crimen en el que todos tienen su parte de culpa.
Como podrás ver, en la literatura mexicana, hay muchas razones para celebrar el Día Nacional del Libro. ¿Qué otra obra agregarías a la lista?
