Si tengo una receta de brownies y la sigo al pie de la letra… ¿qué sale? Brownies. No es suerte, es método.
La identidad no se descubre: se construye.
En un curso de ventas al que asistí, el expositor nos pidió algo simple: hacer una lista con las cualidades, habilidades y virtudes del mejor vendedor que conociéramos. Entre todos, la lista superó los 30 puntos: capacitarse, constancia, trabajar las emociones, tener agenda, valores, metodología.
Al final, el expositor dijo algo clave: “Aquí está la receta. Si quieresestos resultados —o algo muy parecido— ya sabes qué tienes que hacer”. Cópialo.
Eso es lo que quiero invitarte a reflexionar hoy: ¿Qué identidad quieres construir el próximo año?
No se trata de hacer una lista infinita, sino de escoger cuatro o cinco pilares que realmente definan quién quieres ser. En mi caso, hoy elijo espacio y tiempo para: mis hijos, mi pareja, mi salud, mi trabajo y mi espiritualidad. Esos cinco aspectos forjan mi identidad. Todo lo demás entra en el proceso.
La pregunta poderosa es esta: ¿A dónde me llevará, en cinco años, la relación que hoy tengo con cada uno de esos pilares?
Con mi pareja. Con mis hijos. Con mi negocio. Con mi salud. Conmigo.
¿Me gusta ese destino? Y si no, ¿qué tendría que cambiar hoy para mejorar el rumbo?
Aquí aparece una verdad incómoda: el tiempo es limitado. Cuando eliges dedicarle tiempo a algo, se lo quitas a otra cosa. Por eso, meter más de cinco aspectos suele diluir la identidad en lugar de fortalecerla.
A veces me preguntan: “¿Estás muy ocupado?”. Y mi respuesta interna es clara: soy dueño de mi tiempo; solo elijo a qué se lo doy. Tiempo tengo.
Decidir no ir a ciertos lugares, no es dejar de amar. Es ser congruente con lo que estás construyendo. Vivir para ti, no para complacer a todos, es paradójicamente la forma más honesta de dar más.
Mi nombre es Alejandro Granja Peniche y hoy escojo, conscientemente, el rol y el personaje que quiero construir. Coméntame en mis redes si quieres la versión extendida de esta columna y la próxima semana hablaremos del siguiente paso: la agenda, el vehículo que le da tiempo y espacio a la identidad que eliges construir.

