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Llevan inscritas las consecuencias del trato humano

BERLÍN (EFE).— Los árboles de la Amazonia son auténticas “cápsulas del tiempo” que encierran explicaciones sobre el comportamiento de los pueblos indígenas y colonizadores, según nuevo estudio que describe cómo interpretarlas.

La combinación de técnicas como dendrocronología, análisis de isótopos de carbono y oxígeno y genética permite “obtener información sobre el clima y eventos provocados por el ser humano en la selva”, apunta Víctor Caetano-Andrade, del Instituto Planck de Historia de la Ciencia Humana.

El trabajo “Los árboles tropicales como cápsulas del tiempo de la actividad antropogénica” observa que “a medida que los árboles crecen absorben detalles sobre su entorno en su madera, creando instantáneas del hábitat a través del tiempo”.

El análisis permite apreciar cómo las comunidades humanas crearon huecos en la cubierta forestal para permitir la entrada de luz para sus cultivos. “Es una de las maneras en que las sociedades nativas influyen en el estado de los árboles”, según Caetano-Andrade.

“Durante el período precolonial en la Amazonia central, las poblaciones de castaño del Brasil experimentaron un cultivo intenso y creciente. Cuando los colonizadores europeos invadieron los trópicos, los pueblos indígenas abandonaron el territorio”, agrega.

Esa situación condujo a un paro en el cultivo de los castaños durante 70 años, lo que demuestra que la actividad forestal responde de modo activo a la ocupación humana con el tiempo.

Implantación

De acuerdo con el nuevo estudio, las marcas que los fenómenos culturales dejan en los árboles se implantan en la biología de los ejemplares que llegan hasta la actualidad, testigos importantes de la evolución de los territorios, dado que algunas especies alcanzan a vivir hasta seiscientos años.

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