Costosas, irrelevantes y burlescas “precampañas” electorales

Víctor M. Fernández Medina (*)

Como por arte de magia, las intensas precampañas de los aspirantes a la candidatura a la gubernatura de Yucatán por el PRI dejaron de aparecer en las páginas de los medios al conocerse la candidatura, bueno ellos le dicen precandidatura, de Sahuí. Claro que ellos solo decían y perjuraban que no era precampaña sino acercamiento con sus votantes para las diputaciones y recabar propuestas para mejorar sus funciones legislativas; muy preocupaditos. ¡Qué tiernos!

Ya despejada la incógnita en el PRI y casi por definirse la del PAN —Vila o Barrera— se acabaron las especu- laciones, las adivinanzas, las apuestas por las propuestas de los “partidos políticos” para elegir o designar a sus precandidatos únicos a participar en las precampañas de mentiras y derroches. Se supone que las precampañas son para que los precandidatos a cualquier puesto de elección popular compitan en el interior de sus partidos en busca del voto de los militantes para lograr ser el candidato.

La realidad es una faramalla, mentira, burla como las que hacen cotidianamente los partidos y, lo que parece, apoyados por el cada vez menos confiable INE en acatamiento a la Ley Electoral: “bien” diseñada, aprobada y aceitada por los diputados para favorecer a los partidos y jo…robar a l@s ciudadan@s.

El 14 de diciembre se iniciaron las precampañas de los tres candidatos únicos, de las tres coaliciones o cárteles de la delincuencia política organizada (alias partidos políticos). La Ley Electoral por primera vez establece que el INE debe otorgar cuantiosos recursos para que esas precampañas, que deben ser actos internos de cada partido o agrupamiento, reciban jugosísimos recursos para financiar esos actos de engaño y burla generalizados. ¿Reaparecerá la diva de Dzemul, demócrata recalcitrante, a zangolotearse por todo el estado apoyando a su bebé?

Por principio, esas precampañas deben ser actos para que los precandidatos, más de uno si es que los hay, se acerquen, reúnan, dialoguen y convenzan a los militantes para votar por ellos y elegir a uno como candidato. Como actos internos solo deben participar, ya sea como proponentes o como receptores de los mensajes, exclusivamente militantes de los cárteles, perdón partidos políticos. Están sobradamente bien subsidiados los cárteles para sufragar esos gastos que son de competencia interna. Tan es así que al fin de cada mensaje añaden: “estos mensajes van dirigidos exclusivamente a los militantes de este, o nuestro, partido”. Deberían regalarnos, a los no militantes y sufrientes radioescuchas o videntes, tapones para los oídos o antifaces para no oír ni ver tales esperpentos pagados con nuestro dinero. Al menos antes de los mensajes nos deberían advertir: el siguiente mensaje va dirigido exclusivamente a nuestros militantes, que ni ellos mismos saben quiénes y cuántos son.

No hay castigo para que aun siendo un “precandidato” haga campaña como si fueran varios. La Ley, mañosamente aprobada por los abnegados diputados, no especifica que para que haya precampaña deberían ser dos o más contendientes —precandidatos—. Por eso no se persigue de oficio; tendría que haber una denuncia por parte de otros partidos o precandidtaos para que el INE o la Fepade intervengan. Como no se harán “harakiri”, el dinero sigue fluyendo a manos llenas.

Así será por dos meses y después comenzarán las campañas legales.

Ya basta de burlas, engaños, falacias, mentiras, corrupción electoral legalizada, etc. Mientras sigamos solo criticando en corto y sigamos saliendo a votar por los mentirosos y corruptos, seguiremos siendo sus víctimas voluntarias.

Por principio, si salimos a votar debería ser después de analizar si el candidato de nuestra elección no es uno “más de lo mismo”. Si no es así saldremos a votar por el menos peor.

¿Hasta cuándo?

PS. ¿La candidatura de Sahuí es un premio a la diva de Dzemul por su “valiente” actitud de palera promoviendo la “verdadera” democracia en el PRI por todo México? Su visita a Los Pinos, que muchos vieron como una llamada para regañarla y tesarle los cables, fue para informar en directo a su titiritero, el presidente del PRI, de las fuerzas armadas y algunos mexicanos de su “honroso” encargo de “disidente” en busca de la candidatura. Peña Nieto y Rolando, el lobo feroz anticorrupción, la premiaron. ¿Es este el “nuevo” PRI que presenta como candidato presidencial a un “ciudadano” que actúa, habla, se comporta como priista, pero no es priista?— Mérida, Yucatán.

vitico90r@gmail.com

Profesor jubilado

 

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