En la precolombina Ho’, la actual Mérida, según evidencias cartográficas, hemerográficas y de análisis in situ, hubo varios sacbés que la comunicaban con Izamal y otros sitios

Evidencias cartográficas, fuentes bibliográficas coloniales y observaciones arqueastronómicas permiten establecer que la calle 65 fue el punto de unión de un sacbé precolombino que comunicaba la antigua Ho’, hoy Mérida, e Izamal.

El antiguo sendero maya, que desembocaría en lo que ahora es la calle 46, marcaría los límites de un núcleo arquitectónico prehispánico, con imponentes construcciones, hoy desaparecidas, en el corazón del actual Centro Histórico de Mérida, correspondiente al espacio entre los cruzamientos de las calles 65 a 69, y 54 a 56, donde actualmente están los mercados Lucas de Gálvez y San Benito, así como varios edificios comerciales.

El antropólogo Indalecio Cardeña Vázquez, después de estudiar diversos mapas de la época colonial, analizar las versiones de fray Diego de Landa y recurrir a las fotografías satelitales y la exploración del subsuelo con georradar hecha en el corazón meridano durante la década anterior, revela los hallazgos que podrían ofrecer mayor luz sobre la importancia social, política, económica y religiosa que ostentó, antes de la llegada de los conquistadores, la capital yucateca.

Camino importante

“Uno de los caminos precolombinos más importantes mencionados en las fuentes coloniales, que hasta ahora no ha sido identificado en su totalidad, es la antigua ruta maya que unía a las urbes prehispánicas de Ho’ (El lugar de los cinco, en maya), la actual Mérida, e Izamal”, reitera Cardeña.

“Esta vía fue citada por primera vez por Landa, cuando el autor describió parcialmente a mediados del siglo XVI en su obra ‘Relación de las cosas de Yucatán’ las derruidas construcciones de la pretérita metrópoli maya de Ho’: ‘Los segundos edificios que en esta tierra son más principales y antiguos —tanto que no hay memoria de sus fundadores— son los de T-ho; están a trece leguas de los de Izamal y a ocho del mar como los otros; y hay señales hoy día de haber habido una muy hermosa calzada de los unos a los otros’”, cita el experto.

De acuerdo con el estudioso de los fenómenos arqueoastronómicos, en ese documento el obispo de Yucatán de 1572 a 1579 señala la existencia de una imponente edificación, hoy desaparecida, en el corazón del actual Centro Histórico, un espacio entre los cruzamientos de las calles 65 a 69 y 54 a 56, donde están los mercados Lucas de Gálvez y San Benito.

“En la actualidad se conoce un sacbé que une los sitios arqueológicos de Izamal y Aké, lo que se considera sería la mitad de esa ruta de unos 66 kilómetros, así como de otros caminos que partían de la urbe precolombina de Itzmal (Rocío del cielo)”, dice.

Sin embargo, el investigador, con base en el análisis de fuentes documentales de los siglos XVI y XX, y de mapas de Yucatán y planos de Mérida, elaborados en el siglo XIX; el aprovechamiento de la nueva tecnología; la consideración de estudios hechos por expertos e instituciones en la ciudad durante el presente siglo, como la exploración del subsuelo con georradar y el empleo de fotografías satelitales obtuvo valiosos descubrimientos.

Además, indica que se apoyó en resultados de investigaciones arqueológicas y estéticas efectuadas por diversos autores en los siglos XX y el actual, y recorridos de superficie y la observación del paso de los astros, sol, luna, en calles del centro de Mérida que hizo en diversas fechas durante los últimos tres años. Así, llegó a la conclusión de que el sacbé, que comunicó en la época precortesiana las ciudades mayas de Izamal y Ho’, estaría ubicado donde ahora está el camino que une Mérida con las comunidades de Oncán, Tixkokob, Euán, Cacalchén, Citilcum e Izamal.

“Un punto importante que ayudaría a identificar esta teoría es que los caminos coloniales se construyeron sobre antiguos senderos mayas, como el de Mérida a Sisal, o a Campeche. Otro factor a considerar es que la calle 65 en el siglo XIX era nombrada, incluso hasta principios del XX, el antiguo camino a Izamal. Eso me dio pauta y me aboqué a buscar en mapas de la época de la colonia, pero la ruta Mérida-Izamal no aparece registrado en ningún camino. El motivo, creo, es que era un sendero carretero, paso de carretas nada más, no era propiamente un camino real, que había recibido adecuación y funcionamiento que la Corona española le daba a algunas calzadas que denominaba reales”, afirma Cardeña Vázquez.

El estudioso de los temas históricos refiere que para llegar a esas conclusiones acudió a una fotografía del plano de Mérida elaborado en el Segundo Imperio de Maximiliano, de 1865, que está en el Museo de la Ciudad, donde se ve con claridad la existencia de distintos vestigios prehispánicos que todavía se conservaban en el siglo XIX, como el llamado Castillo de San Benito o la Ciudadela, que ahora albergan a los mercados Lucas de Gálvez y San Benito, e incluso otro edificio muy grande conocido como El imposible, en la calle 50 entre 65 y 67.

En esa extensión de la antigua Ho’, según el antropólogo, se erigieron edificios importantes que habrían formado un núcleo arquitectónico, que posiblemente estuvo entre las actuales calles de Mérida: 46 a 66, y 71 a 53. Ese conjunto de construcciones precolombinas se habría realizado sobre un terreno cubierto con estuco, o acabado, formando una plaza de forma irregular, del mismo modo que ocurrió en todas las antiguas ciudades mayas.

“Si se ve cuál es el trazo que tiene la calle 65 se advierte que es prácticamente recto con una ligera curva, alrededor de la calle 40, aproximadamente, y después continúa en línea recta hasta la Cruz de Gálvez, donde hay una bifurcación importante, y prosigue después el camino al oriente. Si unimos el trazo actual con una fotografía satelital se ve el mercado ‘Lucas de Gálvez’ donde estaba la Ciudadela”, abunda.

“Si marcamos la calle 65 con ese plano tenemos una línea prácticamente recta, y vemos la vía al oriente, donde termina. Gracias a la fotografía satelital se aprecia que hay una carretera que termina en Izamal. A la mitad de ese sendero hay una desviación que lleva a Ekmul y al importante punto de Aké”, insiste.

Escondido en el monte

El antropólogo Cardeña recuerda que de esa antigua ruta de Izamal a Mérida lo único que está identificado plenamente es el sacbé que comunica Aké con Izamal, camino precolombino que recorrió por primera vez el extinto arqueólogo Víctor Segovia Pinto en la década de los años setenta. La otra mitad, la que unía Aké con Ho’, se puede pensar que está destruida u oculta, en escombros y el monte.

A partir de las fuentes coloniales, de la evidencia arquitectónica del trazo urbanístico, y del hecho de que la carretera a Izamal fue el antiguo camino real a esa ciudad, por la razón de que las vías en el siglo XVI y XVII se construían sobre senderos mayas abre la posibilidad y permite suponer que pudo ser el antiguo sacbé del que se habla en los documentos y aparece en cartografías de la época.

Otra cuestión esencial que apoya la hipótesis de Cardeña, la aporta el reconocido arqueólogo Mark Childress Lindsay, quien en sus investigaciones plantea que las calles 65 y 67 tienen direcciones solsticiales y equinoccionales, que en marzo y septiembre el sol se ubica a la mitad de esas vías, lo que tiene una simbología precolombina.

Y va más allá, hay otras pruebas que sugieren que además del sacbé de la calle 65, hubo otros paralelos, en la 61, 67 y 69, que aparecen en el mapa elaborado en 1853, lo que refuerza la hipótesis de que en la antigua ciudad maya de Ho’ convergían otros sacbés.— Carlos F. Cámara Gutiérrez

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